Crítica: «Deathbed: Lecho de Muerte», autobiografía ficcionada.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Entretenido
Antonio Luna es el hombre más extraordinario que ha existido. O seguramente el más censurable. En cualquier caso, nadie ha conocido su historia al completo
Antonio Luna es todo un personaje. Una vida disoluta repleta de aventuras y romances, con incontables episodios llenos de vibrantes experiencias que dejarían en pañales al súper espía más indómito. Pero la vida de Antonio se acerca a su final y, en su lecho de muerte (de ahí el título), recibe a una escritora de poca relevancia, Valentine Richards, especializada en escribir biografías.
Acompañamos a Valentine en su llegada a la Mansión Luna…. Y junto a ella nos sorprendemos cuando encontramos a un viejo aventurero que todavía tiene mucho que decir y hacer cuando algo/alguien amenaza a sus seres queridos. Esa será la nueva y, presumiblemente, última aventura de Antonio Luna. Le acompañará Valentine, como testigo, escriba y sidekick improvisada. Y de paso, entre combate y embate, Luna irá narrando su azarosa vida.
Con esta premisa nos sumergidos en una historia loca, absurda y acelerada… Pero también emocionante y profunda. La relación entre los dos protagonistas es complicada por sus caracteres antagónicos y, cuanto más conocemos de Antonio, más irreconciliables nos parecen. Pero la historia se complica conforme conocemos más y más a Antonio. Y esa será quizá la parte más trascendental del cómic, la relación entre los personajes y su evolución, que se torna más compleja y rica conforme van cayendo las máscaras y las poses… Y aparece su humanidad.
DeathBed: Lecho de Muerte es una serie cerrada de seis números publicada por DC/Vértigo que recopila en tomó único ECC Ediciones. Obra de Joshua Williamson, guionista ligado a la vertiente superheroína de la editorial donde ha dado productos de calidad dispar, y cuenta con el dibujo del canadiense Riley Rossmo, al que hemos disfrutado en Daken (el hijo de Lobezno) y en Batman. Nada menos que dos de los personajes más grandes de ambas editoriales… Y eso es por algo.
Ciertamente nos encontramos ante una obra atípica, por tanto, valiente pero de difícil catalogación. Disfrazada de falsa biografía, exagerando sucesos y ridiculizando situaciones, se nos lleva a un extremo y se nos situa en una posición estudiada para que nuestra reacción y nuestra implicación hacia (y por) los protagonistas cambie una vez llegamos al final. Ni la narración ni la intención es mala, la historia es divertida y graciosa y llena de locuras que nos hacen seguir leyendo con interés. Pero se ve venir de lejos lo que se nos quiere contar, aunque esté maquillado con fantasía y aventura, y el impacto emocional es, al final, mínimo.
A lo que no se le pone un «pero» es al apartado artístico. Riley Rossmo tiene un estilo particular que impacta con su fuerza y su trazo y que se apoya en unos brutales colores de un inspirado Iván Plascencia. En un cómic de este corte, en el que los protagonistas viajan por todo el mundo y tan pronto están huyendo por una gran ciudad como combatiendo en unas cavernas con unos caníbales, la exigencia en el dibujo es máxima. Y sin embargo Rossmo sale más que airoso, mejora el cómic y enriquece la historia y aporta su personal grafismo con diseños de entornos y personajes variopintos donde hay zombis, ninjas o civiles… donde asistimos a junglas, entierros o aquelarres. Una locura que solo ha podido ser llevada a cabo con tanta eficiencia con una implicación total.
La variedad no se queda solo en los que se ve (personajes, escenarios) sino también en «como» se ve. Riley Rossmo utiliza convencionalismos narrativos del cómic para romperlos a las pocas páginas, con splash pages o con viñetas integradas en la acción. Altera el orden de las viñetas o lo modifica, al servicio de la narrativa visual. Ese aparente caos, está en realidad medido para acompañar el tono de la obra. Lo hemos dicho al inicio, es un cómic valiente y lo es en todos los aspectos. Un hecho elogiable.
No es una mala apuesta en la Vertigo actual. Un cómic que huye de convencionalismos y que utiliza la aventura y el humor para hurgar en aspectos más personales e íntimos, más humanos, de los personajes. Una lástima que su intención sea transparente desde casi el principio y nos imaginemos a donde nos va a llevar la estrambótica vida de Antonio Luna, contada mientras aporrea todo tipo de seres. Eso sí, el periplo vale la pena. Nos sorprenderemos atónitos junto a la pobre Valentine, y también nos reiremos mucho… a su costa.
- Deathbed: Lecho de Muerte. ECC Ediciones
- edición original. Deathbed 1 al 6 USA. DC/Vertigo
- Cartoné. 152 pp. color. 16,95 €