Crítica: «Dead. Body. Road», tipos duros sobre ruedas.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Gráficamente destacable
Regular cómic de serie negra donde destaca un tremendo dibujo muy acertado en las persecuciones automovilísticas.
Justin Jordan, guionista de este Dead Body Road, quiere marcarse una historia de serie negra que sirva de homenaje a sus autores fetiches del género y, al mismo tiempo, sacudirse de encima los trabajos realizados como encargo y recrearse con lo que siempre le hubiera gustado hacer. La serie negra le enloquece, Jordan lo demuestra feacientemente y aglutina en los seis números que componen este tomo todos los tópicos existentes en el género.
Nos encontramos con una historia pura de venganza, plena de impulsos primarios donde prima la violencia, el crimen y la acción. Gage es un duro policia que comparte su vida con otra integrante del cuerpo, Anna. Cuando ella es asesinada durante un misterioso atraco, Gage decide reclamar venganza y colmarla a cualquier precio. Pero la banda de delincuentes no es un grupo de principiantes, precisamente, además de guardar celosamente el motivo del feroz y violento robo que costó la vida de Anna. Gage, junto a Rachel y Cobb, se encargará de consumar su particular justicia aun sabiendo el alto precio que pagará por ello.
Una historia de serie negra, pura y tópica, sin alardes ni riesgos, que ni sorprende ni termina nunca de enganchar definitivamente. Los personajes tienen un carisma espectacular, sobre todo los dos duros policias, Gage y Cobb, que nunca terminan de reconciliarse y cuya enemistad parece ser más letal para ellos mismos que la amenaza que persiguen. Pero sus motivaciones, sus rencores, no terminan de estar claros y dejan una continua sensación de elemento forzadamente irreconciliable. Rachel, siempre a la sombra de ambos, no termina nunca de despegar por sí misma ni despierta excesivas simpatías, pese a mostrarse como una luchadora independiente y no como la típica fémina indefensa. En los antagonistas tenemos un efecto parecido, solo el líder parece brillar sobre los demás, pero lo ecléctico de sus motivaciones vuelve a desaprovechar un buen personaje.
La historia no engancha ni sorprende, los personajes no terminan de explotar… la responsabilidad es únicamente de Justin Jordan, que no ha sabido terminar de trasmitir ese amor y esa pasión que dice sentir por el género.
Lo que sí puede dejarte con la boca abierta es el dibujo de Matteo Scalera. Se acomoda al género y retrata unos personajes y unos entornos sórdidos, férreos y crueles. La dureza del relato está latente en el apartado gráfico y los personajes se sienten firmes y contundentes, como contundentes son las escenas de violencia. retratadas sir reparos ni mojigatería. Lo que puede calificarse sin duda de sobresaliente en este cómic, son las escenas de persecuciones en vehículos. Que difícil debe ser trasladar al cómic una persecución automovilística, sujeta a lo estático de las viñetas. Por eso hay que ver para creer. Matteo Scalera consigue reproducir persecuciones de vehículos de forma absolutamente dinámica y envolvente, acelerando la acción o congelándola, si el plano lo merece y el ritmo lo exige. Un diez absoluto para este aspecto del cómic. Dos grandes escenas de este tipo dominan la historia y consiguen elevarla llevando a la obra a un lugar destacable que, de otra manera, jamás hubiera obtenido.
Un trabajo excelente de Matteo Scalera que queda empañado por el fallido intento de Justin Jordan por acercarse a la novela negra. Gustará a los amantes incondicionales del género violento puro y a los devotos del dibujante que encontrarán, en este personal proyecto publicado por Image en origen, uno de sus mejores trabajos.
Dead. Body. Road se presenta en un lujoso tomo de tapa dura, publicado por Planeta Cómic, y recopila los seis números americanos que componen la serie además de sus portadas y artículos de los autores.