Crítica de La maldición de Lake Manor
Valoración
Valoración
Una buena película de terror.
La cinta consigue hacernos disfrutar de una historia interesante y repleta de intrigas de principio a fin.
El próximo 22 de enero se estrena en España La maldición de Lake Manor, una película de producción italiana, dirigida por Roberto de Feo y distribuida por Alfa Pictures.
El argumento nos mete de lleno en una mansión, donde Samuel (Justin Korovkin), un niño paralítico, vive con su madre Elena (Francesca Cavallin), rodeado de familiares y personal de servicio, volcados al 100% en la protección y felicidad del pequeño.
Una sociedad nueva…
Desde un primer momento podremos ver el carácter sobreprotector de la madre, así como su obsesión por hacer que todos los habitantes de la propiedad cumplan unas estrictas normas, basadas en hacer que Samuel aprenda a vivir dentro de los límites de Lake Manor, donde se está formando para la creación de una nueva sociedad, de la cual nunca debe salir, ya que tiene todo lo que pueda desear en la misma.
Todo cambiará con la llegada de Denise (Ginevra Francesconi), una niña que un viejo amigo de Elena deja a su cargo, convirtiéndose en criada y conectando con Samuel en un episodio de amor adolescente, donde el niño descubrirá aspectos desconocidos hasta el momento, haciéndole plantearse hasta qué punto tiene su madre razón en todo aquello que intenta inculcarle.
Así, nos sumergiremos en una historia repleta de intriga, angustia y terror, mientras vemos la figura de Elena como una mujer obsesiva, sin escrúpulos. Una mujer centrada en la educación de Samuel dentro de un estricto orden, no dudando en hacer que todos los que allí viven cumplan con sus deseos a cualquier precio.
¿El mejor sitio del mundo?
La película consigue meternos en la atmósfera asfixiante de la mansión, mientras vivimos la tensión y el miedo que todos los habitantes tienen a la matriarca, respaldada por un médico sin escrúpulos genialmente interpretado por Maurizio Lombardi.
La intriga será la tónica dominante de esta obra, desgranando poco a poco los porqués de todo lo que allí sucede y regalándonos algún momento terrorífico. Un cóctel bien formado con el que disfrutar de una buena producción en su conjunto.
El ritmo de la cinta comienza un tanto lento, pero avanza consiguiendo captar la atención del público y haciendo subir la tensión y el odio hacia muchos aspectos de la madre de Samuel. Luego nos regala una bellísima historia de amor entre Samuel y Denise, suavizando la tensión para llevarnos de nuevo a desentrañar los misterios de Lake Manor.
Lo más destacable de esta película es la gran actuación de Francesca Cavallin, secundada por Maurizio Lombardi, así como los papeles de Justin Korovkin y Ginevra Francesconi. Gracias a las interpretaciones, la historia consigue la fuerza necesaria para ofrecernos un producto muy disfrutable en todo momento.
Todo bien atado.
La fotografía consigue ese ambiente gótico, incómodo, con lugares oscuros, iluminados tenuemente con la luz del sol. Los planos exteriores, aunque un tanto grises, consiguen dar un respiro a la claustrofóbica sensación del interior de la mansión.
La música y los efectos acompañan perfectamente cada una de las escenas, transmitiendo la tensión y dando un respiro con la interpretación al piano de Where is my Mind, de The Pixies. Una melodía que quedará en nuestra mente como recuerdo de esta cinta.
En general, podemos hablar de una producción bien realizada, jugando con el espectador en todo momento y consiguiendo que, tras su visualización, comencemos a atar cabos, entendiendo todos los porqués, mientras quedamos sorprendidos…
Si queréis disfrutar de una buena película este fin de semana, siempre que os gusten las historias de misterio y terror, no dudéis en darle una oportunidad a La maldición de Lake Manor. Espero que la disfrutéis tanto como yo lo he hecho.