Crítica de El Shaddai: Ascension of The Metatron, para PC (Steam)
Valoración
GRÁFICOS
SONIDO
JUGABILIDAD
DURACIÓN
Visualmente genial
El Shaddai es un título muy bello visualmente y divertido en su conjunto.
Últimamente estamos recibiendo un montón de remakes y remasters de títulos que en su día fueron míticos. En ocasiones podemos quedar asombrados por sus ports a los tiempos actuales, otras, llegaremos a quedar defraudados por encontrar que no eran para tanto…
El retorno de un juego que dejó huella.
Hace 10 años fue lanzado para PS3 y Xbox 360, El Shaddai: Ascension of The Metatron, un título que impactó en su momento por su arriesgado diseño visual, así como su argumento.
Y es que el juego bebe en su historia del libro de Enoc, un documento apócrifo pseudo–epigráfico intertestamentario, que forma parte del canon de la Iglesia Ortodoxa Etíope, no aceptado por otras iglesias cristianas.
Sawaki Takeyasu fue el encargado de dirigir y diseñar este peculiar título, teniendo el bagaje anterior del diseño de Okami, lo cual se refleja en unos diseños preciosos, los cuales aún hoy se mantienen frescos e impactantes, pese al paso de los años.
La historia nos pone en el papel de Enoch. Lucifel nos encomienda la tarea de buscar y eliminar a los siete ángeles caídos del cielo, con el fin de evitar que la humanidad sea destruida. De este modo, se nos proporcionará una armadura y comenzaremos nuestro periplo por 11 niveles, donde nuestro objetivo será combatir y eliminar diferentes enemigos y jefes finales, jugando con la transición entre niveles en 3D y otros 2D de plataformas y diseño más minimalista.
Una mezcla casi perfecta.
Una de las características del título, se basa en el hecho de que no nos encontramos en mundos abiertos, donde explorar y resolver algún que otro puzle. Aquí todo es muy lineal, debiendo avanzar, luchar y seguir adelante. Para ello contaremos con una especie de espada en un principio, pudiendo realizar combos según sea nuestra pulsación con un solo botón.
Avanzando en la aventura, conseguiremos otro tipo de arma, denominada Gale, con la cual podremos disparar a nuestros enemigos a distancia. Una última arma, denominada Veil, nos permitirá dar puñetazos y ráfagas de puños, gracias a unos guanteletes metálicos. Con ella, aparte de eliminar enemigos, podremos destruir algunos objetos que nos impiden el paso en ocasiones.
En cada momento deberemos elegir que arma utilizar, con la característica de que conseguirlas depende de arrebatárselas a nuestros enemigos tras aturdirlos, y antes de acabar con ellos, pudiendo decidir no empuñar su arma si la que llevamos nos resulta más necesaria en uno u otro momento. Únicamente podremos llevar un arma, aquí no existe ningún inventario.
Combate en entornos sorprendentes.
Podremos atacar, defendernos, saltar y esquivar; vamos, lo típico de un hack’n’slash pero un poco menos fluido, pues puede hacerse un poco pesado, debido a la repetición de tipos de enemigos y su mecánica, poco elástica en su conjunto, aunque puede aportarnos combates bastante frenéticos.
Hay que tener en cuenta que nuestras armas se irán desgastando con el uso, debiendo tomarnos algún momento para realizar una especie de oración de purificación de las mismas, lo cual no es aconsejable realizarlo con muchos enemigos cerca, pues quedaremos indefensos unos instantes.
En nuestra primera partida, no tendremos ningún hud en pantalla. No veremos ni vida, ni puntos, ni marcadores… Esto nos aparecerá si comenzamos de nuevo al terminar el juego por primera vez, permitiéndonos acceder a su modo difícil. Pero de todos modos, sabremos más o menos el daño que estamos recibiendo, pues nuestra armadura se irá deteriorando, dándonos un poco de información de en qué estado nos encontramos.
Revivir y seguir adelante.
Otro aspecto destacable se basa en el hecho de que cuando estamos a punto de morir, podremos seguir jugando pulsando repetidamente algunos botones, aspecto que se nos irá complicando a lo largo de la partida, por tener que ser más rápidos en la pulsación.
Veréis que estoy comentando en todo momento algunos controles, hablando de pulsación de botones. Y es que este port para PC sólo admite un mando para jugar, no permitiendo ni teclado ni ratón. Deberéis tenerlo en cuenta a la hora de valorar su adquisición.
Lo bueno de este título es que combina las luchas con niveles basados en velocidad y reflejos, así como otros de plataformas, tanto en 3D como en 2D, donde el juego cambiará totalmente a unos gráficos más minimalistas, con dibujos más planos. Esta es una de las gracias del juego, ese arriesgado cambio radical que rompe con una línea establecida, proporcionándonos un placer visual, disfrutable por todos los amantes de este gran arte de los videojuegos.
Gráficos.
A nivel gráfico, el título es abrumadoramente espectacular. Aún 11 años después de su lanzamiento podemos quedar maravillados por la calidad de sus cinemáticas, diseño de escenarios, colorido, texturas, luces… Una orgía de sensaciones visuales que podremos disfrutar con una mejor resolución en PC, ya que dispondremos de un menú antes de arrancar el título que nos permitirá configurar diferentes parámetros, con el fin de recibir una mayor experiencia.
Las cinemáticas se funden perfectamente con cada nivel, mostrándonos unos escenarios repletos de detalles, a veces imposibles, que nos sumergirán de lleno en la mística del tema tratado en el argumento.
El contraste entre entornos 3D, 2D, cambios de perspectivas, sin darnos opción a mover la cámara… Merece la pena, pese a ser un título un tanto extraño, dejarse llevar por el buen trabajo artístico de principio a fin.
Sonido.
La banda sonora acompaña genialmente a esta producción, aunque los efectos quedan un poco trillados, pero dando al conjunto una calidad más que aceptable.
Destaca su traducción de textos al castellano, así como un doblaje, tanto en inglés como en Japonés (aconsejamos este último, ya que el movimiento vocal va más acorde) que dan potencia a las acciones de los personajes.
Conclusión.
Llegados a este punto, podemos afirmar que si queréis disfrutar de una experiencia divertida, a la par que repleta de elementos artísticos bien ejecutados, os aconsejamos darle una oportunidad a este título. No es un juego de culto, pese a tener una repercusión que hace que sea recordado en el tiempo, aparte de que sus mecánicas no tienen la contundencia de otros títulos de juegos a la altura de los DMC o similares. Aún así, es muy disfrutable, pues nos puede aportar más de 10 horas de diversión con saltos en niveles diferentes que consiguen romper con la monotonía en todo momento.
El destino de la humanidad está en nuestras manos y Dios nos encomienda esta misión. ¿Estaréis a la altura?