Crítica de Birdsong, de Hendrik Willemyns
Valoración
VALORACIÓN
Una película muy interesante
Hendrik Willemyns consigue mezclar música e imagen en una historia bien estructurada, donde disfrutaremos de una experiencia de la que no saldremos indiferentes. Un placer para los sentidos.
Dentro del Festival Internacional de Cine & Cultura Entrelazada RIZOMA, se ha presentado Birdsong, la primera película de Hendrik Willemyns como director.
Gracias a #Conunpack y Menuetto, hemos podido disfrutar de una obra que no deja indiferente, mezclando un poco de thriller con drama y crítica, bien encajada de principio a fin.
El mundo musical.
El argumento nos presenta a Asuka, una mujer de la limpieza que trabaja en el edificio de un gran productor musical. Atraída por la idea de participar en el concurso televisivo que la productora realiza, del cual salen grandiosas estrellas, decide probar suerte con una canción propia.
Al comenzar a tocar, y en presencia del dueño de la productora, Akira Shiratori, este hace parar la actuación, llevándola a su despacho para preguntarle donde ha oído esa composición, ya que tiene en su poder un CD con esa misma melodía, entregado por Ryo, un famoso músico recientemente fallecido en extrañas circunstancias.
A partir de este momento, viviremos el relato de Asuka, haciendo un flashback y desentrañándonos un pasado, en el cual se destapa el lado oscuro de la industria musical, donde todo lo bonito de cara al público esconde un trasfondo repleto de perversiones, mentiras y engaños.
Un director con experiencia musical.
Y es que el director de esta película ha sido cofundador y compositor de la banda de pop belga Arsenal, durante más de 17 años. Por lógica, su primera andanza como guionista y director se ha centrado en este tema, donde ha vivido el funcionamiento del negocio de la música, con gente utilizada por otras personas para conseguir el estrellato.
La fotografía de esta cinta goza de una exquisitez abrumadora, mostrando planos de la ciudad de Tokio, sobre todo nocturnos, así como la fuerza de cada uno de los personajes que intervienen en la historia, consiguiendo dejarnos pegados a la pantalla desde el primer momento.
Metáforas en movimiento.
Es destacable el uso de representaciones de fluidos en movimiento cuando la protagonista recibe la inspiración para sus composiciones, haciendo sentir al espectador su estado de ánimo y esos golpes melódicos que llegan hasta nuestro cerebro, al recordar algunos de los momentos más duros que Asuka va teniendo a lo largo de la historia.
Existen metáforas visuales, las cuales intentan reflejar, por un lado, el olvido de la protagonista de su familia y su espiral autodestructiva por creer en un sueño que no es más que una pura ilusión, por otro lado, un panel que aparece en la casa de Ryo, donde se plasman animales u otros efectos, dependiendo de lo llenas que estén las melodías.
A todo esto, hay que sumar el color verde, predominante en el preludio de tres escenas sexuales en las que la protagonista se ve abocada, así como la forma en que son contadas; la primera hace surgir una especie de medusa que comienza a recorrer Tokio, la segunda se nos mostrará en forma de dibujos lineales con fondo blanco y la tercera con la aparición de un tentáculo, al más puro estilo “urotsukidoji”.
Conclusión.
No me gusta desvelar detalles de las películas, sólo os diré que he quedado encantado con esta historia, disfrutando de muy buenas interpretaciones, sobre todo de la protagonista, así como buenas composiciones musicales que envuelven la historia y consiguen hacer sentir al espectador sensaciones y emociones dispares. Francamente, es una experiencia llena de arte en cada una de las secuencias.
La película se estrenará el próximo año 2021 en salas de cine, así como en la plataforma HBO para Latinoamérica y Europa. Pese a no ser una película 100% comercial, os invito a darle una oportunidad, estoy seguro de que no os va a dejar indiferentes.
Ficha técnica:
TÍTULO: Birdsong
PAÍS: Bélgica/Japón, 2019
DURACIÓN: 90′
IDIOMA: japonés, VOSE
GÉNERO: Drama
DIRECTOR: Hendrik Willemyns
INTÉRPRETES: Kazuhiko Kanayama, Natsuko Kobayashi, Akaji Maro