Crítica: «Core Keeper 1.0», todo un mundo de pixels

Mucha atención al juego que os traemos hoy. Core Keeper, un indie desarrollado por Pugstorm que lleva más de dos años en Steam en acceso anticipado y que da ahora el salto a consolas, con su versión 1.0 que incluye nuevo contenido pero la misma diversión y adicción. Su base de jugadores no hace más que crecer y cuando lo juegas, entiendes por qué.

Desde el 27 de agosto pasado lo podéis encontrar en PS5, Xbox SerieS/X y, por supuesto, PC y nosotros, que llevamos ya un tiempo jugando (en Xbox S) gracias a la clave cedida por la distribuidora, no podemos más que recomendarlo avisando, eso sí, que es muy posible que quedes atrapado con su jugabilidad.

Pixel Art del bueno, sencillez en sus controles y rapidez en el juego se mezclan con unas mecánicas y unas posibilidades que parecen no tener límites. Minar, explorar, construir y combatir son solo cuatro de las innumerables posibilidades que ofrece este Core Keeper.

Vamos a contarte un poco de qué va este fenómeno…

Un indie que se «come» a los grandes

No estamos ante un juego que haya caído del cielo ni esté aquí por casualidad. Ganó el premio al «Mejor juego social de 2022» en los TIGA Games Industry Awards, así como el premio al «Mejor debut de 2023» en los Swedish Games Awards y lleva vendidas más de un millón de copias. No es una mala carta de presentación de cara a su llegada a las consolas, ¿verdad?

Core Keeper es un juego tipo sandbox, de minería, con una visión cenital y unos gráficos retro, pixel art, que a muchos jugadores no llamará inicialmente, pero todo es empezar…

La historia con la que arranca el juego es justita (y una excusa) para ponernos en situación de manera rápida y sin rodeos innecesarios: formamos parte de un grupo de exploradores que encuentran unas ruinas perdidas. De repente, algo nos teletransporta al interior de una cueva… y empieza el juego.

Sobrevivir a toda costa

De verdad que no hace falta más porque, a partir de ese punto, la historia la escribes tú. Empezando por un aparentemente sencillo editor de personajes con el que le podemos dar la apariencia que más nos guste a nuestro aventurero, aparte de elegirle una clase, o profesión, que determinará algunos parámetros mejorando nuestro rendimiento en ellos. Por ejemplo, si lo elegimos jardinero tendremos más facilidades a la hora de cultivar o, si lo seleccionamos minero, tendremos ciertas ventajas a la hora de «minar». Pero esto tampoco es tan determinante, ya que con el transcurso del juego iremos subiendo nuestras habilidades en todos los campos.

Y ahora es cuando comienza la «fiesta». En el momento de escribir esto no hemos finalizado el juego, porque os aseguramos que es una auténtica locura en extensión y posibilidades. Pero sigamos con la descripción de este maravilloso Core Keeper…

Nos encontramos en el interior de una cueva y nuestro objetivo será salir de allí, pero para eso tendremos que sobrevivir, claro. Una barra de vida y otra de comida determinarán nuestra salud (más adelante se incorporan nuevas barras, como la magia). Tendremos que mantenerlas llenas si queremos hacer todo lo que tenemos por delante.

Ha llegado el momento de minar, recolectando recursos como madera, fibra, minerales, alimentos, etc. Con ellos tendremos que fabricar utensilios y, poco a poco y sin darnos cuenta, nos encontraremos construyendo una base en la que poder refugiarnos, así como una armadura, armas, etc. Lo más sorprendente de todo es que comienzas sin saber qué botones usar ni qué comandos utilizar, no hay tutorial ni ayuda… pero en unas pocas horas vas a ser capaz de hacerlo todo.

Un diseño de juego digno de estudio

En Pugstorm han sido muy inteligentes colocando recursos por todas partes. Al principio necesitaremos fabricar antorchas, mejorar nuestro pico o cocinar aquello que encontremos… y como una cosa lleva a la otra, las opciones de creación se irán abriendo de manera automática de forma que pronto nos encontraremos con la posibilidad de fabricar prácticamente de todo.

Si empezamos con una espada de madera, pronto la cambiaremos por una de cobre y así iremos evolucionando y modernizando, con el tiempo, hasta llegar a un arma de fuego. Es solo un ejemplo pero podéis haceros una idea de la profundidad y las posibilidades que ofrece el juego si decimos que terminaremos fabricando vehículos, incluso usando electricidad. Core Keeper parece no tener límites.

Eso mismo pasa con su mapa: parece no acabarse nunca y podemos explorarlo a placer. Todo es destruible y los abismos podemos sortearlos fabricando puentes. Su profundidad es tal que podemos tener tierras de cultivo, granjas donde criar y cuidar ganado, podemos tener mascotas… incluso podemos habilitar habitaciones en algunas de nuestras construcciones para tener invitados, los pnjs que accederán a ayudarnos. Pero es que hay tanto… Y es todo tan sencillo…

Peleando a golpe de pixel

Tampoco descuida el combate. Vamos a encontrar enemigos que nos pueden atacar o acosar por oleadas, así como unos gigantescos titanes a los que tendremos que vencer para conseguir importantes recompensas. Con un botón de ataque cuerpo a cuerpo, que es el mismo para el ataque a distancia, tendremos que calcular y pensar nuestras estrategias (no viene mal utilizar trampas o explosivos!)

Dentro de su sencillez gráfica llama mucho la atención el cuidado que se ha puesto en el tema del color, diferenciando zonas y creando ambiente, así como la luz que en este juego toma un papel principal al estar ambientado una cueva (aunque con diferentes y variados biomas) donde el uso de antorchas y la luz que estas proyectan (luego cambiaremos a métodos más «modernos» de iluminación) crea una sensación impresionante.

Solo o con otros amigos pixelados

Cuesta encontrarle defectos. Incluso en el plano musical destaca con unas melodías muy bonitas y que, a pesar de ser estilo retro/sintetizador no son en absoluto machaconas. Los efectos de sonido, evidentemente, no van más allá de recrear golpes o explosiones, pero cumplen su función y jamás te sacan del juego.

Otra función/opción interesante que tiene el juego es la de poder jugar en solitario o en compañía de hasta ocho jugadores simultáneos. Como permite crear varios mundos y mantenerlos de forma coexistente, las partidas se pueden alternar sin mezclarse además de que serán totalmente distintas porque cada partida, cada caverna/mundo, se genera de manera procedural. No hay dos iguales. Buscar tesoros, combatir bestias o explorar este gigantesco mundo subterráneo se vuelve, si cabe, más divertido.

El único problema que le veo a Core Keeper es que, por su estilo retro, no atraiga a ciertos usuarios. Yo sería uno de ellos, pero tras jugar unos pocos minutos solo una idea me rondaba por la cabeza: «este juego es un comehoras». Engancha de una manera que hacía mucho tiempo no lo conseguía ningún título.

Un juego que ha evolucionado

Como decíamos al principio, el juego lleva más de dos años en acceso anticipado y es ahora cuando se lanza su versión pulida, la 1.0, que incluye un montón de mejoras como nuevas armas y equipamiento, nuevos jefes y enemigos, nuevo bioma, nuevo sistema de generación de mundos, nuevas clases/oficios, nuevas mascotas, etc, etc, etc, etc, etc…

Un juegazo, ni más ni menos, que está dando mucho que hablar y al que vale la pena acercarse. Exploras, construyes, combates, cultivas, pescas, planificas… haces de todo en este mundo oculto lleno de secretos que vas a ir descubriendo mientras disfrutas de uno de los juegos más absorbentes, divertidos y, sobre todo, bien diseñados, que hemos probado en mucho tiempo.

No hace falta ser un triple A ni tener unos gráficos de última generación para tenernos pegados a la pantalla. Core Keeper lo consigue con su imbatible propuesta.