Crítica: «Conan el Cimmerio 2. El Coloso Negro», General Conan

Llega el segundo tomo del Conan «europeo», la serie publicada en Francia por Glénat en la que distintos autores europeos dan su versión de los clásicos relatos de Robert E. Howard sobre el eterno guerrero cimmerio. Comenzaron a publicarse en el país vecino hace unos años, pero Planeta Cómic se ha propuesto ponerse al día lanzando a buen ritmo estos tomos, para goce y disfrute de los fanáticos del personaje que, por varias razones, son (somos) muchos en España.

Este segundo tomo adapta otro de los clásicos: El Coloso negro. Vincent Brugueas y Ronan Toulhoat son los autores responsables en esta ocasión, un par de jóvenes creadores franceses que muestran su visión del relato corto y del personaje.

Esta novela gráfica se diferencia en dos claras partes, siendo la segunda un dechado de virtudes y un auténtico festival… lástima que la primera sea tan pausada (entre otras cosas) que haga que la entrada en la historia sea un tanto dura. Encontramos a Conan como mercenario, formando parte del ejército de Khoraja. Demasiado tiempo de paz tiene nervioso a nuestro bárbaro, que ansía acción. Esta no va a tardar en llegar, pues la princesa regente pone sus ojos en él y le propone, nada menos, que comandar sus ejércitos ante el inminente ataque que se avecina.

La primera parte de la obra, necesaria para ponernos en situación y caldear la historia, tiene un ritmo demasiado lento y, cuando avanza, lo hace a golpes. Los autores no terminan de controlar las elipsis y se nota la transición de escenas un tanto abrupta. Suma esto al extraño aspecto que tiene Conan (culpa del icono que nos han metido Marvel y Hollywood en el subconsciente) y obtienes como resultado que la obra tarda en entrar en nosotros. Pero es entonces cuando llegamos a ese corte que divide la obra en dos: llega la batalla.

Conan es ahora general de los ejércitos y no solo tiene que sangrar en el campo de batalla, sino asumir decisiones que costarán decenas, cientos e incluso miles de vidas. Caerán aliados y amigos, y comprobaremos que la contienda no es tan épica ni ideal… pues está llena de sufrimiento y pérdida.

Ronan Toulhoat se luce con unos dibujos tremendos, con unas panorámicas de los ejércitos realmente espectaculares y con un dominio de la narrativa, aquí sí, que nos traslada directamente al centro de la contienda. Los primeros planos y los dibujos de personajes no son su fuerte, pero sabe impresionarnos cuando los pone en movimiento. De todos los personajes, el que sale ganando con el trazo y estilo del artista es el villano, el terrorífico hechicero Khotan, monstruoso y grotesco.

Una grandísima adaptación de este conocido relato que adolece de algunos leves errores narrativos y algún que otro altibajo en el dibujo… pero que en términos generales se convierte en un cómic altamente disfrutable, que va creciendo conforme avanzas en la historia y que deja un buen poso una vez lo terminas.

Una lástima no poder profundizar más en la amistad forjada entre Conan y sus compañeros de armas, pues se atisban algunos personajes de mucho interés… como también hubiera sido ideal explotar más la relación de Conan y la princesa… o haber conocido más del fantástico y libidinoso villano. Pero los relatos de Howard dan para lo que dan y esto es una adaptación. Como tal, recrea con estilo y con oficio esa obra, el Coloso Negro, y no desmerece a las que ya se habían hecho previamente.

Este Conan «europeo» lleva buen camino.