Crítica: «Bladed Fury», cazando demonios en 2D

Los juegos de acción de scroll lateral no pasan jamás de moda. De hecho, últimamente parecen vivir una nueva edad dorada y varias son las compañías que se han volcado en desarrollos de este tipo de juegos, apostando por su sencillez técnica (sencillez relativa si la comparamos con otros géneros) y volcando el esfuerzo en mostrar un apartado artístico sublime. El último título de esta guisa en llegar es Bladed Fury, un hack’n’slash que nos lleva hasta la China Imperial sumida en guerras de unificación, dándole un barniz de ficción incluyendo elementos sobrenaturales.

La desarrolladora y editora china NEXT studios se encargan de crear este Bladed Fury y apuestan por la sencillez en su jugabilidad, unos final boss muy interesantes a todos los niveles, una ambientación e historia bien elaborada, una protagonista con carisma… pero sobre todo con un apartado artístico de 10. Lo tenemos disponible para PC, PS4, Xbox One y Switch (nosotros hemos disfrutado la versión PS4) y os vamos a contar qué nos ha parecido…

Argumento, Historia, personajes

Ji Jiang, nuestra protagonista, es una joven princesa que tendrá que huir de la comodidad de palacio (en una escena introductoria a modo de tutorial) para poder sobrevivir y, gracias a la ayuda de… ciertos aliados… vengar la muerte de su padre y rescatar a su querida hermana. Entre misión y misión, que nos llevarán a recorrer diversos escenarios (algunos sobrenaturales), podemos seguir la historia a través de escenas dibujadas con ese estilo tradicional chino, el sumi-e… aunque en varias ocasiones se mezcla con otras técnicas. El resultado es bellísimo y evocador. Pero el arte empleado en el título no se limita a esas escenas narrativas: los escenarios están repletos de detalles similares como sombras tras biombos o seres traslúcidos. En definitiva, se percibe un cuidado minucioso en todo lo que respecta al arte gráfico empleado en la elaboración del juego.

Ji, la protagonista, así como los numerosos personajes que vamos encontrando, están dibujados con un estilo concreto que huye del realismo y recuerda los dibujos tipo cel shading, con trazos rectos, duros y precisos… pero sin ahorrar en detalles, sobre todo con los jefes finales. En ellos encontramos diseños variados y brillantes, desde guerreros de gran tamaño con imponentes armaduras hasta fantasmales figuras sin faltar las horrorosas monstruosidades. Los escenarios, por el contrario, si quedan en ocasiones algo sosos y vacíos, contrastando con algunas de las pantallas por donde transitamos que despliegan un ingenio admirable (transparencias, sombras, neblinas…)

Una jugabilidad para todos los públicos…

Estamos ante un juego de scroll lateral en el que debemos vencer a los enemigos que aparecen en pantalla para seguir avanzando, manteniendo la esencia pura de cualquier hack’n’slash. Los enemigos «normales» no son tan habituales como en otros títulos, aunque algunos se muestran duros en combate… sin llegar a ser desesperantes. Lo que sí encontramos en gran número son esos jefes de final de fase, o de «media-fase». Su dificultad varía mucho entre ellos aunque nada que no se pueda solventar estudiando sus patrones de ataque… y una vez que los conoces puedes disfrutar de combates muy divertidos.

Para poder sobrevivir, Ji tiene los acostumbrados combos de golpes que causan distinto daño y que podemos ir aumentando con el transcurrir del juego. Cada vez que guardamos la partida en una especie de santuario se nos ofrece la oportunidad de intercambiar las almas que arrebatamos a los enemigos por mejoras. Mejoras que podemos añadir al ataque normal, al ataque con espada o a nuestra defensa (con escudo). Pero hay algo todavía más interesante, los llamados Soul Sliver: cuando vencemos a algún enemigo poderoso se nos permite invocarlo por un breve espacio de tiempo y un número limitado de veces... siendo estas ayudas auténticos salvavidas en combate.

Aunque el juego se mueve en scroll lateral, transitamos por un mapeado de cierto carácter laberíntico por el que sería fácil perderse… si no contásemos con un mapa al que podemos recurrir con solo pulsar un botón. El juego no tiene mayor complejidad que el ir cumpliendo las misiones que los aliados nos proponen para, al final, conseguir nuestro objetivo… todo ello mientras recorremos sus diferentes pantallas y vencemos a los diversos enemigos que tienen la osadía de ponerse delante. Lo que no podemos dejar de admirar es la variedad y genialidad desplegada en los jefazos. Resulta difícil, a estas alturas, encontrar esos elementos en un juego de este tipo… pero aquí se encuentra y brilla absolutamente, consiguiendo que la jugabilidad, y por tanto la diversión, sea muy alta en este Bladed Fury.

Banda sonora con clases de chino e inglés…

La música que acompaña al juego y que nos envuelve en los combates evoca precisamente la época y acompaña sin molestar jamás. Suma los efectos sonoros que no son muy habituales pero que saben aparecer en el momento justo, como voces o risas, o golpes o explosiones, dando el do de pecho, de nuevo, en los enfrentamientos más climáticos, los reservados a los enemigos finales.

Las escenas dibujadas que arriba mencionábamos, así como las conversaciones que transcurren durante las escenas de juego, están habladas en perfecto chino y subtituladas al inglés. Si no dominas alguno de los dos idiomas es fácil que se te pasen detalles por alto, pues aunque la historia no tiene mucha complejidad al inicio, poco a poco se va complicando al incluir elementos sobrenaturales o de la cultura tradicional china… y ahí ya es más difícil entenderlo todo al 100%

Conclusiones finales

Bladed Fury es uno de esos títulos que llega sin hacer mucho ruido y que contiene todos los elementos para hacer disfrutar a los jugadores veteranos que disfrutamos con este tipo de títulos pero también a aquellos que sepan apreciar el Arte que contiene en su aspecto visual. Una apuesta por la adrenalina que te machacará los dedos y te atrapará con su evocadora protagonista y sus medidos y estudiados enemigos… sin olvidar ese sencillo manejo que a la vez es profundo (ya sabéis, fácil de jugar pero difícil de dominar).

Una aventura que mezcla la historia clásica china con tintes sobrenaturales, accesible a todo tipo de jugadores y con una cuidada estética, cada pantalla y cada escena entra por los ojos. Ya es mucho más de lo que ofrecen algunos títulos actuales que llegan con mucho más ruido.