Crítica: “BATMAN, El Último Caballero de la Tierra” Snyder´s End.
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“Déjeme abrazarle por última vez...déjeme abrazar al niño que amo...”
Propuesta valiente y diferente de un Batman futuro y probable. Un artículo de entretenimiento total que nos reconcilia con el mejor Scott Snyder.
Snyder resucita sus mitos pre-renacimiento y se monta su DKR particular en un drama futurista sorprendente, tanto para los lectores como para sus protagonistas. Conocidos los tics del escritor, más forma que fondo, consigue equilibrar su rasgo más notorio, el blockbuster, con otros matices más profundos y complejos en esta creación distópica coherente con el lado más oscuro de la batfamilia y con la esperanza que responde a su misión personal a través de tres actos llenos de suspense, imaginación, acción y terror.
Incluso a estas alturas, llama la atención que los giros argumentales expuestos sean emocionantes e inesperados, cuando lo habitual en su trayectoria (al menos para el que escribe) era que lo primero solía ser muy cortoplacista y lo segundo, más o menos previsible. En cambio, la asimetría del preludio, a través de tres secuencias sintéticas que introducen cada prestigio de la miniserie, junto con la aparición de Batman en la nueva realidad y el trasfondo que esconde esta, descolocan tanto, que funcionan como tres historias en sí mismas.
Para empezar, Snyder agita las bases originales de la creación mitológica de Bruce Wayne con una mirada terrorífica y rompedora a los verdaderos sucesos ocurridos en el callejón del crimen que dan para una posible reimaginación a futuro sobre el origen del personaje, muy distinta y refrescante a las numerosas que se han venido produciendo, más épicas y desafiantes que oscuras y opresivas.
Estos factores casan con la conexión cienciaficcionera de la parte final de su larga etapa regular iniciado en los Nuevos 52 y el plan de Wayne de reproducirse a perpetuidad. Lo bueno es que en vez de introducir nada más empezar un trasfondo ciberpunk o apocalíptico, sigue los patrones malsanos de su preludio en el mejor escenario posible: el asilo Arkham. Esta primera toma de contacto con la parte principal del volumen coloca al protagonista y al lector en el mismo punto, en el total desconcierto con lo que ocurre y con unas referencias metalingüísticas de buen nivel. Y sí, luego asistiremos a la celebración del matrimonio de los dos elementos más característicos de toda ficción futurista.
Por último, una vez despejado el camino y aclaradas las dudas, el misterio se traspasa a la escenografía y al porqué de las cosas. Esto ya sorprende menos, pero sí destaco el análisis pormenorizado de las causas del conflicto, con un discurso muy contemporáneo ante la situación política estadounidense en el momento de su publicación, y de las posibilidades de sus consecuencias, muy estremecedoras, dramáticas y sorprendentes.
Otro tema que entiendo debo sacar a relucir es la visión crepuscular muy recurrida en cualquier reimaginación del futuro del personaje. Aquí se rompe la tónica general. Siendo más equiparable en acción y pirotecnia a DKR III y diferente el paradigma de la situación del Wayne pasado de edad, sí respeta al original milleriano en lo que respecta a su resolución (con independencia de su motivación) y los diseños gráficos tan punk de los secundarios. Y no quiero pasar de alto las buenas referencias a la etapa de Grant Morrisson, donde ya la reproducción perpetua del personaje era ligeramente deudora del Batman de Zur-En-Arrh del autor escocés como recurso continuista de la misión si bats resultaba incapacitado y con la visión del futuro oscuro y pesimista en lo que respecta al protagonista que Morrisson reflejó en la parte final de Batman Inc.
Otro elemento a tener en cuenta es la generalidad del evento. Un planteamiento tan contundente y global debe repercutir en el universo DC en general, de ahí que más que un futuro posible de Batman, lo es de la propia editorial. Eso permite el juego de siempre, tan molón, de ver que pasa con quien y los cambios en cuanto a diseños y psicologías de todo el elenco. Y ahora por fin entro en Superman, lo comento así porque no hay evento futuro en DC que no tenga que resolver la patata caliente de tener al superhéroe original, al primero de todos y como justificar que el mundo termine así cuando un individuo de esta categoría, tanto en poder físico como en poder de masas y de moralidad intachable, está siempre presente. La solución lo da un giro argumental muy potente con Luthor como desencadenante, que sobretodo al lector norteamericano le habrá obsequiado con un escalofrío abrumador. Y si lo han leído en los primeros veinte días de lo que va de mes, más todavía. En cualquier caso, el debate alegórico entre Kent y Luthor es una guinda al pastel muy inspirada. Sí por inspirado el escrito lo está hasta con el humor negro representado por la última versión del Joker, más loca y marciana que nunca, Futurama forever.
En cuanto al dibujo, Capullo sigue su particular suma y sigue como catedral artística de toda la historia de Batman. Los textos ambiciosos y conceptuales de Snyder son dominados por el dibujante a la perfección. Lógico, después de tantos proyectos juntos. Si el todo es más que la suma de sus partes, la definición cobra todo el sentido del mundo con este binomio. El sentido narrativo tan espectacular, claro y sobrecogedor coincide con los golpes de efecto y la gran cantidad de diseños físicos, arquitectónicos y escenográficos creados ad hoc. Si la cantidad de misterios por descubrir enganchan la lectura, el camino por resolverlos bajo los lápices del norteamericano con los presupuestos antes mencionados, la convierten en una lectura obligatoria.
El último Caballero de la Tierra es una propuesta valiente y diferente en la visión futurista de Batman y un artículo de entretenimiento puntero y total que casi lo transforma en uno de lujo.
Batman: Last Knight on Earth Books 1-3, DC Comics. Batman, El Último Caballero de la Tierra, ECC Ediciones. Cartoné. 192 págs. A color. Pvp: 21,50 €.