Crítica: “BATMAN, El Regreso del Caballero Oscuro: El Chico Dorado”. Miller incontenible.

Miller aprovecha la marca DKR para desarrollar sin cortapisas sus reflexiones sobre la sociedad norteamericana contemporánea. Ejecuta su análisis político y sus reflexiones sobre el poder de masas a partir de alocadas estampidas urbanas de carne y sangre que recuerdan mucho a la espontánea “Hard Boliled”. Crítico con la humanidad en general y con el individuo en particular, se disfraza de alienígena para trasladar en palabras sus puntos de vista sobre la sociedad. Sin piedad, las manifestaciones de Lara, hija mestiza de kryptoniano y amazona, se convierten en el diario íntimo y personal del escritor sobre el rumbo del ser humano en el mundo y una crítica salida desde sus tripas sobre los hombres de paja políticos (encarnados literalmente en Donald Trump) fagocitados por mercadotecnia y oligarquías empresariales, pero en sus vertientes más dolosas y criminales. La metáfora, que no la representa Trump, sino uno que faltaba en la distopía deceíta, Darkseid, rompe totalmente con el equilibrio de su trilogía sobre el caballero oscuro del mañana y presenta un spin off desatado y delirante que los nuevos legatarios de la fantasía futurista milleriana dan forma. Fuera Wayne y Kent, estos son los tiempos de los hermanos Kent y Carrie Kelly.

Recupera el mito del Joker como excusa rompedora para quedarse a gusto y esplayarse en las dinámicas de acción y violencia a fin de justificar las reflexiones de Lara dirigidas a su hermano Jonathan, un niño con un poder inmenso que busca respuestas en función de sus propios actos, los de su hermana, los de los vigilantes y los de los ciudadanos que van de un lado a otro, confundidos y desorientados como un rebaño al que le quitan el sitio. Son precisamente los escarceos de la banda del neojoker lo que evoca la obra antes citada dibujada por Geoff Darrow y que obliga a la detención en el detalle de las planchas de Rafael Grampá, gracias a un estilo respetuoso con la fuerza del propio Miller pero con una profundidad de campo que en la mayor parte de la acción funcionaría mejor con un formato totalmente horizontal.

Volviendo con Grampá, está a la altura de un encargo tan explosivo y subordinado a la acción como este. No sólo por la sensación de movimiento vivo y realismo exagerado en las secuencias sino a la hora de dar vida y expresividad a todos los individuos que pueblan sus páginas. Puesto que la visceralidad y la emotividad dominan a los personajes, la fuerza necesaria para dotar de credibilidad lo angustioso de las situaciones presentadas se consigue al corresponder la vida interior de cada uno con la representada hacia el exterior. El mal surge de dentro hacia fuera (Joker y Darkseid), el heroísmo de fuera hacia dentro (Batwoman) y la indiferencia se mantiene plana y hermética (Lara). El dibujante interpreta a la perfección este tríptico emocional del Miller más incontenible.

Termino con el punto de partida del pequeño Jonathan, un bebito en “La Raza Superior” pero ahora un niño más inteligente que poderoso que irrumpe en la obra como némesis definitiva de un Darkseid agigantado por tanta mezquindad y egoísmo que implosionan el cómic en un enfrentamiento a lo Akira. Porque desde luego, el recorrido vital del pequeño desde sus dilemas personales hasta el desenlace, evoca las exageración y la potencia del manga más cañero e impactante gracias a dos fuerzas de la naturaleza convertidas en metáforas humanas que colisionan en un espacio urbano ciberpunk y salvaje.

El Chico Dorado es un nuevo volumen del diario íntimo y personal de Frank Miller. Una revisión actualizada de los puntos de vista del escritor a través de una narrativa frenética de acción y drama.

The Dark Knight Returns: The Golden Child, DC Comics. El Regreso del Caballero Oscuro: El Chico Dorado. Cartoné, 64 págs. Color. Pvp: 10,95 €.