Crítica: “Batman: El Príncipe Oscuro”. A todo gas.

La intersección Europa-DC cruzada por Marini es levantada a través de competencias externas del manga, la animación audiovisual y en el storyboard. El italiano escribe y dirige gráficamente su película personal de Batman. Y la verdad, me encantaría verla, porque aún nos falta una peli del personaje alejado de pretensiones (sin desde luego desmerecer la trilogía nolaniana), me apetece una mirada a la acción pura todoterrena sin solución de continuidad, donde un guion eficaz, fácil y funcional regale una interpretación de Batman donde la emoción explosiva y los momentos impactantes predominen sobre otro tipo de idea conceptual más profunda y pausada. Pues en esas estamos con esta obra. A través de un Joker ciberpunk y un Batman aerodinámico, duro y cortoplacista, Marini nos alucina con una joya gráfica y narrativa secuencial de primer nivel.

La influencia del manga campa a sus anchas a través de dos elementos, uno, en el respeto a los cánones en ámbitos de ciencia ficción futurista de este formato, gracias a los vehículos y maquinaria de esta índole y su hipnótica acción descomprimida, pirotécnica y dinámica; y dos, a través de los secundarios ridículos y exagerados muy propios de su catálogo coral. Además, abundan detalles de la cultura japonesa por los modos, usos y costumbres locales y en las apariencias físicas llamativas y exageradas focalizadas en los distintos registros del villano protagonista. Porque pienso que más que un cómic de Batman es del Joker y aprecio más atención a la mayoría de matices que este personaje puede mostrar que el que se supone principal. No obstante, también recopila conceptos actuales del submundo neocriminal occidental en modas y poses, sobre todo a partir de la interpretación que hace de Killer Croc, muy acertada, vistosa y original como trasunto del gansta moderno.

En lo que a la historia se refiere, es bastante lineal y apenas hay sorpresas. Tiene un ritmo trepidante a la vez que pausado por la presentación de escenas desestresantes necesarias para reposar e impulsar los rumbos y giros pertinentes. Aprovecha también la intervención del elenco secundario clásico del personaje aún sin la batfamilia disfrazada pero lo justo y necesario. No se marca un “Silencio” en este sentido, vamos. La estructura también es bastante cómoda, sigue un patrón de planteamiento rápido de acción, pausa calmada (salvo algún tirón cómico y violento del Joker) vuelta a la acción, de nuevo pausa y así sucesivamente. Aconsejo enchufarse alguna banda sonora del personaje cinematográfico y hasta el final, del tirón.

El arte es una absoluta maravilla. Se colorea directamente el trazo otorgando una imagen pictórica muy potente y reconocible más del franco belga en lo personal y en detalles arquitectónicos que del fumetti y del USA; más del manga en cuanto a maquinaría, objetos móviles y escenografía cienciaficcionera y cierto deje en conjunto de la animación disneyana.

“El Príncipe Oscuro” es una molonidad en toda regla, una lectura absorbente y trepidante que sirve como perfecto divertimento evasivo y como deslumbrante objeto artístico.

Batman: The Dark Prince Charming, DC Comics. Batman: Príncipe Oscuro Integral. Cartoné. Color. 144 págs. Pvp: 15,95 €.