Crítica: “Batman, El Impostor”. Sin impostura.
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“Esto no tiene vuelta atrás, Bruce...¿...ha merecido la pena?
Propuesta más que interesante y una sorpresa inesperada, Esta minisiere no es un tebeo de Batman cualquiera.
Como si de un descarte cinematográfico o de un episodio piloto se tratara, el guion de Mattson Tomlin plantea un nuevo “Año Dos” que merece ser continuado. El dibujo y narrativa de Sorrentino le viene muy bien como intermediario fiable entre lo audiovisual y la narrativa gráfica. Porque desde luego, el texto de Tomlin es tan adaptable a lo primero que uno ya le pone hasta banda sonora. En Estados Unidos, el cómic con rejilla es una especie en peligro en extinción. Al venir del medio, lógico que esos tics sean tan obvios. Pero eso no es óbice para destacar una serie de ideas que desde luego firmaría ver planteadas a futuro en cualquier campo. Eso de dejar regadas por Gotham motocicletas como recurso de apoyo para Wayne es una ideaza que la Navaja de Ockham va a ver que denominarla ahora la Moto de Tomlin por lo obvio pero no elegido durante años. La obra oculta a lo largo de sus páginas una serie de bocados de realidad que le da un empaque y verosimilitud de bastante fuste e independencia a cualquier tebeo de Batman de los últimos años. Y cabe decir que incluso cierta autonomía a la hora de distanciarse de sus desarrollos más canónicos, lo que le da un propósito mucho más apetitoso para el lector más casual que tema enfrentarse a una historia con muchos números a sus espaldas.
Nos encontramos con un Bruce Wayne extremadamente angustiado. Tanto en el rol simulado de Wayne como en su misión auténtica de vigilante, pero roto por dentro en ambos casos. A su crisis existencial se le suma otro problema, que no es otro que un individuo se dedica a ejecutar criminales con su aspecto y firma. En paralelo, nos encontramos con la detective Wong, quien comparte un mismo pasado traumático desde la infancia. No solo coincide en eso, sino que también serán socios narrativos al compartir protagonismo, incluso creo que en carisma y peso dramático, Wong se come al que lleva nombre en la cabecera. En cualquier caso, el guionista deja de preocuparse por eso al simultanear el guion con esas dos personalidades y alimentar el drama hasta el punto en que el impostor sea el mcguffin que mueva a estas dos personalidades, tanto separados como unidos.
La ambientación se aleja de los parajes tan sombríos y goticos de las versiones típicas de Gotham para presentar una atmósfera ciertamente corrupta pero más reconocible y tangible que se pueda ver en cualquier gran ciudad cosmopolita. Es decir, a lo New York. Como las pelis de Nolan. Que te dicen que es Gotham, pero huele y suena como New York. No pasa en otras versiones por ejemplo. Entonces, vas comprobando que a nivel empresarial hay toxicidad, en lo administrativo también, Batman siempre sale a colación hasta el punto que crea una unidad antivigilante como la que crearon para dar caza a Capone con Elliot Ness. Algo así, New York o Chicago pero nunca Gotham. Pero mola, ¿porqué no?
Sorrentino es fiable como siempre en obras de este tipo. Como dijimos, en las que serían perfectamente trasladables a una película o un episodio de televisión. La acción la resuelve con sus potentes objetivos multiángulos y sus enfoques minimalistas enmarcadas, como si fueran zooms o primeros planos fijos espontáneos. El ritmo más pausado, sobre todo en conversaciones, con más textos del escritor, los resuelve con sus trucos y recursos varios en espirales o laberintos. Para dramatizar más algunos momentos, simultanea situaciones independientes en espacio pero en el mismo tiempo, para poco a poco acercarles también en espacio, como si hubiera dos unidades de cámara siguiendo a dos personajes, fusionándose al final. Cosas así. Están bien. Como gráfica y narrativamente es muy bueno, la lectura funciona perfectamente. Y como la historia te embauca rápidamente, estos truquillos la amenizan bastante más.
Como verso suelto, creo que es una propuesta más que interesante y una sorpresa inesperada, porque lo he disfrutado mucho. Esa sensación de no esperar nada, pero nada y de repente, intrigado y entregado. Esta minisiere no es un tebeo de Batman cualquiera.
Batman: The Imposter 1-3, Dc Comics. Batman, el Impostor, ECC Ediciones. Cartoné. 168 págs. Color. Pvp: 19,95 euros.