Crítica: “Batman, Ciudad Secreta”. La Misión Imposible de Bruce Wayne.

Nuevo relanzamiento editorial, nueva revisión de origen. Los Nuevos 52 despejaron el camino para reactualizar los inicios de muchos de sus personajes, ajustándose a los tiempos actuales. Extrapolando al medio las novedosas formas de narración y los códigos de los productos audiovisuales de acción, suspense y misterio, el comic que nos ocupa está lleno de frases cortantes, apariciones imprevistas en primeros y grandes planos, ácidos diálogos y ambiguas conversaciones. Muchos movimientos secuenciales silenciosos y correlativos que terminan en impactos visuales y mucha molonidad. Scott Snyder es perro viejo en utilizar este tipo de resortes y conecta bien con el público gracias a sus buenas alternancias en tramas, personajes y clímax. Dosifica satisfactoriamente los tiempos y maneja bien las marchas. Cuándo hay que ir en tercera y cuándo en quinta, cuándo hay que pisar el acelerador y cuándo el freno. Como no podía ser de otra forma, con Batman no hay reboot que sobreviva sin una renovación de su origen.

No mira de tú a tú a “Año Uno” ni a “La Broma Asesina”, cuya conexión es evidente, pero tampoco pretende hacer eso. No es como le pasó en “Superman Desencadenado”, donde nunca entendí por que intentó colocar tanta trascendencia en un producto que se veía a la legua que era palomitera y con más forma que fondo. En mi opinión. En este caso, con el misterio inicial y ese enfoque retroapocalípico de cinco páginas, pica la curiosidad nada más empezar en un planteamiento que se desarrollará en el futuro. Y entrando ya en la historia del presente arco argumental, tiene el efectismo necesario para entretener con una historia de origen más a lo what if o ultimate que contenta a los que no se han leído un comic de Batman en su vida, a los que se han leído unos pocos, a los que se han leído unos cuantos y a los expertos.

La gran amenaza de Capucha Roja y el superequipo de acólitos enganchan al lector por su potencia visual y motivacional. La peligrosidad y sadismo de sus modos y planes son lo suficientemente contundentes para adelantar que se avecinan emociones fuertes. Los regalitos con las apariciones del Acertijo (con la cara de Jim Carrey), los Falcone y el Pingüino nos recuerdan que este es un comic de Batman. Y ya que por fin lo citamos, los pasos del joven Bruce Wayne transformándose en su alter ego tienen encaje desde un punto de vista verosímil en un contexto real. Su apariencia externa segura choca con su inseguridad interna y se demuestra con sus errores y sus aciertos. El look de joven sobradamente preparado y mens sana in corpore sano se mezcla con los elementos de espionaje y acción acrobática de Ethan Hunt en Misión Imposible. Sin dejar de lado el material y dispositivos jamesbondianos siglo XXI, una chuchería en este marco. Todo esto funciona muy bien por el claro enfoque de pirotecnia y acción que busca el comic. Pero hay más niveles de entretenimiento. El misterio funciona por los objetivos del villano principal ya citado y con los entresijos de Industrias Wayne. A su vez, el suspense lo encontramos con las pruebas que Capucha somete a Batman y por la angustia de este en soportar el caos que le lanza. El drama coincide con la propia razón de ser del valor editorial intrínseco del protagonista. Porqué Bruce Wayne se convierte en Batman (y sí, es respetuoso con su trayectoria editorial) y el tratamiento espiritual de su demencial estilo de vida. Coincidiendo con el de Miller en este caso, por la cantidad de palizas que se lleva el chaval.

Lo más importantes radica en que esta variedad de temas se sucede de forma clara, lógica y bien administrada. Se consigue una lectura global del tirón sin atascos ni empachos. Está muy bien equilibrado en tempo y giros. Sube en el momento oportuno y baja donde es necesario. En definitiva, la lectura es muy placentera.

Greg Capullo está muy bien en narración y composición. Visualmente es muy claro y legible manejándose bien en todas las facetas escenográficas, teniendo en cuenta además que el guión de Snyder le mueve por aire, mar y tierra. Los dramas internos de los Alfred, Bruce y Gordon están muy bien reflejados según los distintos registros expresivos que exigen las situaciones en que se encuentran y la tensión visual en los ambientes es creíble y coherente gracias a la fuerza visual de los lápices del dibujante.

Ciudad Secreta es el preámbulo de una historia que se tercia ambiciosa. La nueva puesta a punto del origen del protagonista sirve de excusa para hacer un lavado de cara a los inicios de este sin la presión de introducir novedades de retrocontinuidad, gracias a la tabula rasa que supone Nuevos 52. ¿La historia es brillante?, pues no. ¿Deja buen sabor de boca?, a mi parecer sí. Ya he dicho que entra como un tiro. La oportunidad de ver un Batman novato, falible y vulnerable pero con un montón de recursos y con ganas de comerse el mundo.

Batman (N52) 21-24 y Batman Zero Year: The Director´s Cut, DC Comics. Batman: Ciudad Secreta, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 186 pags. Pvp: 17,95 €. Fecha de edición: Mayo de 2017.