Crítica: «Batgirl. Interferencia», las protectoras de Burnside

Cuando leáis u oigáis por ahí que los nuevos52 de DC no han traído nada bueno, no hagáis mucho caso. En realidad son muchas las colecciones que superan con nota el aprobado y, así sin esforzarme demasiado, me sale Batman, Wonder Woman, Grayson, Shade… y por supuesto la fresca y divertida serie de Batgirl. Cameron Stewart y Brenden Fletcher se encargaron de la nueva etapa del personaje que comenzó en el tomo anterior. Allí iniciaron la divertida y desenfadada andadura en la que Barbara se muda de piso y de barrio y, por fuerza, mueve su centro de operaciones.

Nuevos e interesantes personajes aparecieron y continúan, amigos y compañeros de trabajo, vecinos, etc. dotan a la serie de una sensación de realidad que, acompañada del delicioso dibujo de Babs Tarr, consigue crear una serie con personalidad propia y diferenciada. Guiones divertidos y ágiles, llenos de guiños a la cotidianidad más cercana que puedas imaginar ayudan a que esta serie de superhéroes rompa la barrera de incredulidad y falsa pretensión de las que pecan la mayoría.

En el tomo que ECC publica con el título de Interferencias encontramos los números 41 al 44 de la serie americana, además del Annual núm. 3. En la serie regular vemos a Batgirl/Barbara enfrentándose a una villana clásica de las series de Superman y que hemos podido ver en la serie de TV de Supergirl: Livewire. Es una rival formidable, pero la chica murciélago está llena de recursos y cuenta con la ayuda logística de su peculiar círculo de amigos. Pero los enemigos quedan solapados ante otra amenaza que hace temer a Batgirl… la aparición de un nuevo Batman, enfundado en una poderosa armadura, con la premisa de atrapar a todo enmascarado que se encuentre. Si esto fuera poco, la cosa se complica cuando Batgirl descubre quién está bajo la armadura, quién es el nuevo Batman y la polémica decisión que debe tomar para seguir luchando contra el crimen. La serie queda así perfectamente encajada en el continuo del Universo DC, afrontando las consecuencias que eso conlleva.

El Annual núm. 3 está a muy buen nivel, aunque la ausencia de Babs Tarr, sustituida por múltiples dibujantes, hace desmerecer el producto final quitándole parte de esa chispa única que mencionaba antes. En esta historia Barbara se enfrenta a Gladius, una organización y una villana con un enrevesado plan que pondrá a nuestra protagonista en serios aprietos, aunque la ayuda de varios personajes de la «familia Batman» será suficiente para detenerla. Vamos a ver a personajes como Grayson, Batwoman o alumnos de la Academia Gotham. Divertido.

Interferencia sigue pues en la buena línea habitual del título, como una más de esas nuevas series protagonizadas por chicas, en manos de autores jóvenes con nuevas ideas y modernos conceptos argumentales y artísticos. No deja de ser sorprendente el contraste de este título con el de Batman, serie principal de la familia del murciélago, y su principal baluarte y atractivo es precisamente esa luminosidad y positivismo que destila. En común tiene el uso constante de la tecnología y las dotes detectivescas de sus protagonistas, rompiendo esta similitud por la forma de usar esa tecnología y por la irrefrenable capacidad de superación que tiene el personaje de Barbara, todo un modelo formado con excelente solvencia por Cameron Stewart, prometedor joven autor que, con Brenden Fletcher y Babs Tarr, nos están dando motivos para no querer que llegue nunca el inminente Rebirth.

Encantadora esta Batgirl, la seguiremos hasta el final.

• Batgirl. Interferencias. ECC Ediciones.
• Batgirl 41-44 USA. Batgirl Annual 3. DC Comics.
• rústica. 144 pp. color. 13’95 €