Crítica: «Atlas Fallen», de hombres, dioses, monstruos y arena.
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Recomendable
Dinámico e intenso rpg que intenta ser original y lo consigue, a veces. Ideal para jugarlo en cooperativo.
No se puede negar que vivimos una época en la que los RPG de acción dominan el catálogo en el mundo de los videojuegos. Casi todos ellos con reminiscencias de la saga soul. La cantidad de estos títulos que llega cada mes no es para nada desdeñable y, todo hay que decirlo, suelen tener todos una calidad mucho más que aceptable. Los distintos estudios desarrolladores están poniendo todo su talento y esfuerzo en crear obras que destaquen por uno o varios motivos.
Atlas Fallen es uno de ellos. Deck 13 Interactive y Focus Home Interactive ponen a la venta el 10 de agosto este rpg de acción de mundo semi-abierto que cuenta con todos los elementos para entretenernos y mantenernos pegados a la pantalla durante muchas horas.
Un mundo en decadencia y desolado, un héroe casual que irá haciendose más y más poderoso y que, sin quererlo, se verá inmerso en una peligrosa aventura para restablecer el orden.
Buena narrativa integrada en el juego
Una de las cosas que me llaman la atención en los videojuegos, últimamente, es su narrativa. No es solo que quieran contar una historia, sino que la cuenten bien. En este medio es algo particularmente difícil y, mientras algunos optan por tirar de cinemáticas, otros por transiciones animadas o ilustraciones, los hay, como este, que integran la historia directamente dentro de la aventura. Todo fluye y se va narrando conforme jugamos, de una manera natural e integrada que no interrumpe la experiencia y, bien al contrario, la enriquece. El ejemplo más reciente que se me ocurre es el gran Alien: Dark Descent que, no es casualidad, también pertenece a Focus Home Interactive.
El inicio del juego es muy desconcertante: manejamos a Nyaal, que de momento no sabemos quien es, en una sucesión de combates y huídas sin sentido. Tranquilos que luego, algo avanzada la trama, se explica. Pero nosotros pasaremos de controlar a ese tal Nyaal a manejar a un «sin nombre», protagonista que crearemos con el modesto editor del juego.
Nos encontramos formando parte de una caravana comercial, atrapados en plena noche incapaces de continuar nuestro camino pues, desviados de la ruta habitual por órdenes reales, estamos sitiados por fantasmas o espectros de las arenas y por una inclemente tormenta. Los soldados que custodian la caravana están nerviosos y, para ellos, los «sin nombre» no somos más que chusma sacrificable.
Se viene rebelión.
Giros en la Historia
Por azares del destino acabaremos fuera del campamento, lo que nos llevará a encontrar un artefacto milenario: un guantelete capaz de otorgar poderes a su portador. Con él comenzará nuestra aventura en la que nos iremos sumergiendo, poco a poco, hasta terminar convertidos en una especie de salvador, de última esperanza… pero el camino no va a ser fácil.
Para empezar, el mundo en el que nos encontramos. Atlas es un mundo dominado por la arena, una especie de gran desierto repleto de ruinas y donde encontrar asentamientos humanos, no digamos ciudades, es algo realmente difícil. Ruinas sí, por aquí y por allá. Y vestigios de una antigua civiliación, semi enterrados, que nos serán muy familiares a los jugadores.
Una de las características más importantes y únicas de Atlas Fallen es este entorno arenoso. Por él nos podemos deslizar, como surfeando, recorriendo grandes distancias en poco tiempo. Pero cuidado, esos espectros de la arena acechan por doquier. Los mapas están también repletos de cosas, bien coleccionables, bien tareas o misiones secundarias, bien enemigos legendarios o, bien, cualquiera de las 151 piedras ancestrales que debemos recolectar para potenciar y mejorar nuestro guantelete.
Pero si bien las dunas y el desierto dominan en el juego, no faltan otros hábitats como pequeños bosques, cuevas, pantanos, etc. El juego nos llevará a explorarlo todo si queremos realizar las distintas misiones: misiones principales, secundarias y tareas o encargos.
Combate, explora y recolecta
En Atlas fallen no faltan enemigos. No son muy variados, es cierto, incluso algunos demasiado repetitivos, pero los combates son suficientemente versátiles como para entretenernos mucho tiempo. De hecho, durante las más de veinte horas que nos ha llevado acabar el juego, dejando aun cosas por hacer, el combate jamás nos ha aburrido.
El guantelete nos deja golpear con dos tipos de armas (debemos elegir entre hacha, puño, látigo…) y con distintas combinaciones de botones. Pero si solo fuera eso, el guantelete no sería mágico… Tambien podemos efectuar ataques especiales cuando cierta barra se llene, lo que nos dará ventajas adicionales. Tres segmentos a rellenar tiene esa barra y, conforme la llenamos, los golpes son más poderosos, cambiando incluso visualmente. Cuando tenemos la barra plenamente cargada veremos como nuestra arma es un torbellino de destrucción y si, en ese momento usamos la fragmentación (el ataque especial), también será exponencialmente más destructivo. Hay muchas y muy variadas ventajas que añadir a las armas, que iremos descubriendo a lo largo de la aventura y con las que nos podemos equipar, cambiar o potenciar en cualquier momento solo pulsando la pausa/menú.
Por supuesto, también se puede esquivar y el típico parry, que aquí es muy original: podemos cubrirnos con arena, a modo de armadura adicional. Si lo hacemos en el momento justo (parry) dejaremos al enemigo congelado y vulnerable durante unos segundos. Con los enemigos normales esto sucede cada vez que hacemos parry, pero con los jefes nos tocará hacerlo tres veces consecutivas.
Dichos combates son bastante épicos. Los enemigos de gran tamaño son invulnerables en muchos puntos y debemos descubrir donde golpearles. Son enfrentamientos frenéticos, vertiginosos, que nos exigirán emplear a fondo todas las posiblidades del guantelete… y toda nuestra habilidad. Por suerte contamos con ese golpe especial que, una vez cargado, realizará un ataque super potente y, en muchas ocasiones, definitivo. Es la mencionada «fragmentación».
Y mientras combatimos, exploramos y recolectamos, encontraremos pnjs, lugares, documentos que nos llevarán a realizar tareas. Las secundarias son, a veces, algo decepcionantes. Como recoger unas manzanas robadas o limpiar un area de monstruos… pero lo interesante es que las misiones de la Historia te hacen avanzar por la misma casi sin darte cuenta. Están bien integradas y tienen sentido y, lo mejor, es que notas la importancia de cada una de ellas.
Aunque la historia no es demasiado compleja, si que aparecen distintos pnjs y hay algún que otro giro argumental. Los subtítulos en castellano nos ayudarán a no perdernos pero, esto es un error de fácil solución, a veces no duran en pantalla ni un segundo y no da tiempo a leerlos. También hemos detectado que, en algunas ocasiones y sobre todo al final del juego, interesantes conversaciones y narraciones quedan pobremente traducidas, homitiendo frases enteras y traduciéndolas de manera muy… precaria. A poco que entiendas inglés escuchas una bella narración y, sin embargo, el subtítulo es un pobre resumen que no hace justicia.
Nosotros hemos jugado la versión PS5 facilitada por Plaion, quienes se encargan de distribuirlo. Es, por lo tanto, una versión previa que tendrá futuras revisiones. Y como versión previa no hemos podido probar su modo cooperativo, pero debe ser toda una experiencia surcar las arenas con algún amigo y enfrentarse a esos feroces monstruos de la arena en compañía.
Entretenidos entre mapas
Hemos dicho antes que se trata de un juego de semi-mundo abierto. Atlas está compuesto por cuatro grandes zonas que iremos desbloqueando conforme avancemos por la aventura. Tres de ellas son considerables extensiones exteriores y una es una gran ciudad con unas ruinas subterraneas realmente enormes. En definitiva, cuatro mapas interconectados.
Llega el momento de hablar de los yunques. Estos lugares, que hay que desenterrar previamente con el poder de nuestro guantelete, sirven como punto de guardado manual y como lugar donde mejorar nuestras armas, armaduras,etc. Pero tambien sirve para hacer el típico viaje rápido, de yunque a yunque, incluso entre mapas. Es decir, puedes viajar de un mapa a otro a través de los yunques. Hay un par de momentos en el juego en el que te avisan de que «si abandonas esta zona, es posible que no puedas volver». Algo que nos ha hecho gracia porque no es cierto: los yunques te permiten viajar a cualquier lado en cualquier momento. Así que tranquilos cuando os adviertan de esto.
De coleccionables va sobrado el juego. Tenemos atalayas que destruir para recuperar zonas… estatuas de ídolos que derribar… documentos que encontrar… trozos de mapas del tesoro que nos llevarán a su correspondiente botín… animales que debemos seguir furtivamente para que nos guíen a tesoros… unas extrañas balizas que se activan con tiempo y que debemos completar su recorrido… la localización de enemigos legendarios… encontrar los Ecos de la Arena que nos explicarán más sobre este mundo… y varias más que nos tendrán entretenidos durante horas.
Saca partido de sus limitaciones, un juego hecho a medida
El aspecto visual de Atlas Fallen es genial. Acotar el juego a cuatro zonas permite que todo el mapa esté activo, que todo lo puedas ver moverse desde una gran altura y que todo luzca de fábula con ese aspecto rojizo de las arenas iluminadas por el sol. Crear este mundo devastado y desértico permite que todos los recursos del juego se centren en crear su particular estética. Es decir, conscientes de lo que puede dar de sí el juego a nivel técnico, se ha optado por optimizar sus recursos y aprovecharlos adaptándolos a una historia, un entorno, un lore, y consiguen ser consistentes y convincentes. También hay que mencionar que en esta versión previa al lanzamiento no están habilitados los supergráficos para la versión en consola, por lo que entendemos que el juego final lucirá todavía mejor.
Y la guinda, vamos a insistir, es el sistema de combate. Es difícil aburrirse con él y se puede decir que se trata de una inteligente mezcla de rol de acción con hack and slash. Golpear, esquivar, encadenar combos en el aire, usar la fragmentación, el parry, acumular poder, realizar ataques especiales, se convierte en una especie de danza que recompensa al jugador conforme adquiere experiencia. Los combates más bestias terminan siendo emocionantes, apoteósicos y vistosos. Se ha puesto mucho cuidado en el combate y es una de las piedras angulares de Atlas Fallen
Conclusiones
O mucho nos equivocamos o nace una nueva IP. Tiene gancho este mundo arenoso destruído y en proceso de reconstrucción donde la magia, los monstruos y los dioses campan a sus anchas. Su estética es realmente atractiva y se luce en pleno movimiento, mientras nos deslizamos por las interminables dunas, o saltamos por y entre sus abismos. El mundo de Atlas Fallen está ahí y queda mucho por contar.
El acierto se completa con su estudiado y cuidado sistema de combate. Tan versátil y variado en opciones que permitirá a cada jugador crearse sus propias estrategias, cambiarlas para enfrentarse a ciertos enemigos y, una vez hecho a su mecánica, lanzarse a explorar cada uno de los mapas que conforman el juego.
A niveles técnicos responde más que de sobra, sin querer dar más de lo que puede y aprovechándo al 100% aquello que ofrece. Atlas Fallen divierte y atrapa lo suficiente como para querer acabarlo, dejando un buen recuerdo y con la esperanza de regresar en alguna hipotética continuación para volver a surcar sus arenas y seguir descubriendo los secretos que hay allí enterrados.
Título: Atlas Fallen
Formatos: PS5 / Xbox Series / PC Steam
Desarrollador / Editor: Deck 13 Interactive / Focus Home Interactive
Género: Acción RPG
Idioma: Textos en castellano
Lanzamiento: 10 de agosto de 2023
PEGI: +16
Web oficial: https://www.focus-entmt.com/en/games/atlas-fallen