Crítica: «Asilo Arkham: Purgatorio», vuelta a la demencia
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Nos adentramos en el Asilo Arkham otra vez para tratar una historia de Batman sin Batman. Bienvenido a la locura.
ECC ediciones nos trae este excelente trabajo creado por Dan Slott y Ryan Snook en 2013, y lo hace en una impecable edición en tapa dura, 176 páginas a todo color (4 tintas). Una edición además con un montón de extras como los borradores de Slott y los bocetos de Ryan Sook. Todo un lujazo.
La historia se centra en el personaje inventado para la ocasión, Warren White un hombre de negocios duro y sin escrúpulos, que ha sido condenado por malversación de fondos, estafa, etc (os suena de algo?). Tratando de evadir la prisión alega locura y lo destinan a Arkham. Ya os podéis imaginar que en este caso ha sido peor el remedio que la enfermedad, ya que en Arkham se encuentran los peores asesinos, psicópatas y dementes de todo Gotham. El protagonista de la historia no tardará en pasar de cazador a presa en cuestión de segundos.
El guionista nos mete de lleno en una historia llena de locura haciendo uso de un emplazamiento ya emblemático en la mitología de Gotham, y que como no podía ser de otra forma se trata del Asilo Arkham. Slott nos muestra sus dotes creativas inventando nuevos personajes para esta mini colección, y haciendo uso de “actores” secundarios, lo cual se agradece. Algunos de los nuevos personajes son Temblor Mortal, Perro de Vertedero, Humpty Dumpty que es de los que más nos han gustado, y por supuesto el propio Warren White, en el que se centra la historia de este cómic. Pero también estarán clásicos del Universo Batman como el Joker, Dos Caras o Killer Croc.
White sufrirá un viaje a la locura mientras conocemos las historias de cada uno de los personajes, y las revueltas se suceden en Arkham. También tendremos una trama ocultista que se extenderá mientras Dos Caras trata de descubrir el causante de una serie de crímenes rituales. El final deja buen sabor de boca pero no calificaríamos de redondo, ya que donde más disfrutamos en el tramo intermedio de la historia. No es que se vaya desinflando, pero no destaca por un final trepidante o inesperado.
En cuanto al apartado gráfico, Ryan Sook hace un uso excelente del claroscuro recordándonos en ocasiones a la obra de Mignola, sin centrarse demasiado en los detalles, pero que no obstante logra que nos adentremos en Arkham a través de sus lápices y curiosamente nos muestra escenas en flashbacks mucho más detalladas que el resto de viñetas.
De nuevo, un buen cómic de Batman sin Batman, como tantos otros, repleto de secundarios y nuevas creaciones de lujo, al que todo aficionado a la mitología que rodea este sanatorio mental debería acercarse.