Resumen de la Crítica
Valoración
La película solo tiene 80 minutos de metraje. Podemos pregutarnos ¿Falta algo? ¿Se queda corta? Los actores están perfectos, la puesta en escena perfecta, los diálogos son agudos, la producción cuidada al milímetro. Pero alguien se puede preguntar si es simplemente teatro filmado. La película está basada en una obra teatral de Yasmina Reza pero Polanski tiene el cine en los genes, en la sangre. Lleva casi toda su vida demostrándolo. En todo momento somos conscientes de que estamos viendo cine. Y del bueno. En sus películas no hay planos fortuitos, cada imagen tiene su razón de ser, sin exhibicionismos. Pura narrativa. Polanki cuenta algo con cada plano. Así que aunque estemos viendo una obra cuya acción se desarrolla en tiempo real en un solo escenario, salvo unos breves prólogo y epílogo, no da la sensación de monotonia visual que si tienen otras películas basadas en obras de teatro.
Como le pasa a Eastwood, Polanski está en la edad en la que no tiene que demostrar nada a nadie, en la edad en que parecen jactarse de tener una energía creativa a la altura de cualquier director mas joven.
Dos matrimonios se reúnen para discutir civilizadamente sobre una pelea de sus hijos. Desde que los personajes se van presentando sabes que van a saltar las chispas. Ves que entre la liberal engreída Penélope Longstreet (Jodie Foster) y Alan Cowan (Christoph Waltz) el abogado prepotente va a haber un choque frontal. Que sus dos consortes, Michael Longstreet ( John C. Reilly) el vendedor simplón y Nancy Cowan (Kate Winslet) la asesora pija , ocultan algo tras su imagen complaciente y pacífica. En fin que detrás de una fachada de modos civilizados aflorarán actitudes mezquinas, infantiles o simplemente vulgares. Todo ello mostrado de forma ridículamente cómica en un combate verbal a cuatro bandas en el que todo vale para aplastar al adversario.
El punto de malicia que siempre ha tenido Polanski se acopla perfectamente a la obra de la escritora francesa Yasmina Reza, autora de Arte o Chicas, que también interviene en el guión. La acción de la obra original ha sido trasladada de París a Nueva York tal vez para darle mayor empaque internacional .
De los actores poco se puede decir. Simplemente están perfectos y son de lo mejor que se puede encontrar hoy día. Lo mismo podríamos decir del equipo técnico en el que destaca el diseñador Dean Tavoularis, el fotógrafo Pawel Edelman y el músico Alexandre Desplat.
En resumen, tenemos una obra que con ojo clínico y certero nos muestra esas pequeñas miserias cotidianas que en alguna medida disimulamos simplemente por aguantarnos los unos a nosotros. ¿Que por qué seguimos juntos y no aflora mas a menudo el dios salvaje interior que todos podemos tener? Tal vez relaciones humanas sean tan imprevisibles como un teléfono móvil averiado al que después de darle por muerto y de forma inesperada vuelve a funcionar. Por eso intuimos que pese a todo lo visto los personajes seguirán juntos.
Y todo en ochenta minutos.
