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Crítica: «Star Wars: Episodio VI – El Retorno del Jedi»

Resumen de la Crítica

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Valoración de los Usuarios 4.4 ( 3 votos)

Y llegó el final. El listón estaba muy, muy alto, y el fantástico título de esta tercera y última entrega prometía estar a la altura. No lo estuvo. Cargada de infantilismos, estamos sin duda ante la cinta más floja de la trilogía, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que sea una mala película, pues es entretenidísima, espectacular e incluso emotiva. Un cierre más que digno… Pero debería haber sido muchísimo más, se mire por donde se mire.

Han Solo congelado en carbonita y en manos de Jabba el Hutt. Luke sabiendo que su mayor enemigo es su padre. Los espectadores sabiendo que "hay otro". ¿Otro qué? ¿Otro Jedi? ¿Otro Skywalker? ¿Quién? ¿Leia? ¡Respuestas, maldita sea! La emoción que se debía respirar en la sala el día del estreno tenía que ser brutal. Al fin y al cabo, si 'El Retorno del Jedi' igualaba a sus predecesoras, obtendríamos una trilogía perfecta. Pero no fue así. Bastan unos pocos minutos para darse cuenta de que algo falla. Si la magistral segunda parte de la trilogía, 'El Imperio Contraataca', iba por un camino muy diferente al de la primera entrega, en esta ocasión nos encontramos con una clara repetición de esquemas y conceptos. El más evidente, claro está, es que hay una segunda Estrella de la Muerte en construcción, idéntica a la primera. Señores, eso me huele a una falta de ideas y de imaginación alarmantes. ¿Qué ha sido del Lucas imaginativo? Parece como si quisiera dar carpetazo a la saga lo más rápido posible… Y de hecho es así, pues la idea de Lucas es que esta trilogía, en términos de cronología interna, no hubiese sido la última, si no la intermedia. Después nos mostraría el inicio de todo, los episodios I, II, y III, y años más tarde, habríamos visto el cierre de la historia, una trilogía de secuelas, los episodios VII, VIII y IX, que estarían protagonizados por la hermana de Luke , y no sería Leia, si no otra chica criogenizada que despertaría cuando su hermano mellizo ya fuera anciano. Por supuesto, sería entrenada por este. ¿Os imagináis a Luke ya convertido en una gran Maestro Jedi?. Hubiese sido fantástico. Pero Lucas cambió de planes y decidió suprimir la última trilogía, cerrando de golpe la saga en este episodio VI, y tomando decisiones un tanto cuestionables.

 

Aunque para ser justos, la cinta empieza con buen pie, con un segmento muy recordado, el rescate de Han en el palacio de Jabba. Hay instantes verdaderamente emoionantes en esta parte, como la descongelación de Solo (que penita da verle ciego y tembloroso), o la primera aparición de Luke, a quién vemos mucho más maduro y poderoso. Fantástica la progresiva evolución de este personaje, la verdad. Da gusto verle tan calmado, seguro de sí mismo y usando trucos mentales. Todo un Caballero Jedi, por fin.

Volviendo a la escena, debo señalar que aunque es divertida, emocionante y trepidante en su recta final, creo que es excesivamente duradera. Más de media hora para que al final se resuelva todo de una forma simplísima. Pero es, efectivamente, un gran arranque. Y mítico además, ya sea por el archi-conocido modelito de Leia (que dejó embobados a los pre-adolescentes de la época), o por ver por fin al repugnante mafioso Jabba, una enorme y magistral marioneta.

 

Con Han sano y salvo, seguimos a Luke de vuelta a Dagobah para terminar con su adiestramiento a manos de Yoda. Creo que a todos se nos cae el alma a los pies al ver al grandísimo (y diminuto) Maestro enfermo y a punto de morir. Muy triste su muerte, pues realmente llegamos a idolatrar a esa pequeña marioneta. Poco después, Luke se encuentra con el espíritu de Obi-Wan y mantienen una trascendental conversación, en la que descubrimos más cosillas sobre Vader (entre otras su nombre real, Anakin Skywalker), y la identidad de la hermana de Luke, que, como todos sabemos, resulta ser Leia. Personalmente, me resulta insultante la poca importancia que se le da a este hecho. Debería haber sido un momentazo a la altura del "yo soy tu padre", pero en vez de eso obtenemos un instante frío y anti-climático donde los haya. Además, la reacción de Luke es de risa, pues poco parece importarle que la chica por la que hasta hace bien poco estaba coladito, sea sangre de su sangre. Desastrosa la forma en que manejan este asunto, más aún teniendo en cuenta que al final este parentesco no tiene ninguna relevancia en la historia.

 

De vuelta a la base rebelde, nos enteramos del plan para destruir la Estrella de la Muerte (déjà vu). Destrucción que esta vez será decisiva, pues el mismísimo Emperador estará en ella. El Emperador, la gran incorporación en este capítulo, un Ian McDiarmid que parece comer, beber y respirar la más concentrada y pura maldad. Fantásticas todas sus escenas, especialmente porque vemos a un Vader mucho más rebelde con respecto a su Maestro, algo que ya intuíamos en 'El Imperio Contraataca' (¿Por que si no le reveló a Luke su identidad?).

Volvamos con nuestros héroes. Por un lado Lando, a bordo del Halcón Milenario, dirigirá el ataque contra la Estación Espacial, y por otro Han y los suyos deberán destruir el emisor del campo de energía que protege dicha estación, situado en la luna de Endor, donde conoceremos a unas simpáticas, adorables y ODIOSAS criaturitas: Los malditos Ewoks. ¡Unos osos de peluche! Al parecer, creyeron conveniente rebajar la oscuridad y madurez de 'El Imperio Contraataca' (porque si no los nenes se aburren, ya sabéis), pero es que… Estos personajes, que SOLO pueden gustar a los críos, ocupan demasiado metraje, haciendo que la llegada y asentamiento de nuestros protagonistas en Endor se haga incluso larga, a pesar de momentos realmente buenos, como la persecución por los bosques en esa especie de motos. Al menos Han está en su línea. Pero la cosa se anima cuando Luke se va al encuentro de Vader con la esperanza de rescatar lo que queda de Anakin. La despedida con Leia (donde le revela su parentesco) es bastante bonita, pero el hecho de que Han, desconocedor de estos lazos sanguíneos, parezca estar celoso de Luke… No. No, no. Eres HAN SOLO, el tío mas genial de toda la galaxia. ¡¡Es IMPOSIBLE que TÚ estés celoso de cualquier ser en el universo!! En fin, dejémoslo que me pongo malo.

 

A partir de aquí, entramos en un largo clímax con un ritmo tan brutal, épico y espectacular que hace que se pase en un suspiro y casi hasta se me olviden las cosas malas de la cinta. Dicho clímax está dividido en tres frentes paralelos bien diferenciados: Por un lado asistimos a la batalla terrestre en Endor entre Han, su equipo, los… Ag… Los Ewoks y las tropas imperiales. Está muy bien hecha, es espectacular, y nos tiene en vilo esperando a que Solo consiga destruir el emisor del escudo de energía que mencione antes. Lo único malo… Es que nuestros protagonistas están casi en un segundo plano frente a los Ewoks. ¿Se supone que debemos creernos que esos ositos se cargan a las tropas imperiales? ¿Tirándoles piedras? ¿¡¿Es una broma?!? Un dato: Originalmente los Ewoks iban a ser Wookies. Cientos de Chewbaccas rugiendo y arrancando brazos. En lugar de eso, ositos de peluche tirando piedras. Magnífico. Pero ya digo que a pesar de esto… Es una batalla bien chula. Y los otros dos frentes son aún mejores.

 

El de Lando destruyendo la Estrella de la Muerte, es, simple y llanamente, un espectáculo deslumbrante y frenético, infinitamente superior al de 'La Guerra de las Galaxias' en todos los aspectos. Bueno, puede que no sea tan emocionante, pero entre la música de Williams (una vez más, sublime) y los IMPRESIONANTES eectos especiales, queda una secuencia para enmarcar.

 

Pero lo que hace que esta película deje un sabor de boca inmejorable, es la lucha entre Luke, Vader y el Emperador. Impresionante el enfrentamiento psicológico entre padre e hijo. Luke, resistiéndose con todas sus fuerzas a caer en el Lado Oscuro, trata de recordarle a su padre quién fue en el pasado. Insiste en que Anakin sigue vivo. Y de forma milagrosa, llegamos a creernos sin dudar que efectivamente queda algo de bien en el villano que nos aterró en la cinta anterior. Se nos contagia la conmovedora compasión de Luke. Pero Vader se resiste a creer que aún no está todo perdido para él e intenta arrastrar a su hijo hacia el mal. Todo esto con el cruel Emperador como espectador. Por fin, Vader triunfa sobre Luke al mencionar a Leia, consiguiendo que Skywalker lo ataque con todas su furia. Esta vez, quién lanza espadazos a diestro y siniestro como un loco es Luke, y el que se protege como puede es Vader. La tremenda música que acompaña a este, por desgracia, brevísimo duelo, hace que esta sea, simplemente, una de las mejores escenas de la saga. Pero aún se puede hacer más emocionante, pues cuando Luke arroja su sable de luz y se rinde, consiguiendo así vencer al Emperador, dan ganas de aplaudir, ni más ni menos. ¿Y cuando Vader por fin se redime y salva la vida de su hijo? ¡Puf! Emoción pura y dura. Y es que lo bueno que tiene esta cinta es que, a pesar de sus fallos incuestionables, cuando vemos aparecer el espíritu de Anakin junto al de Yoda y Obi-Wan, olvidamos esas cosas malas y recordamos solo lo bueno.

Un final dignísimo, dirigido por un muy impersonal Richard Marquand (¿Seguro que no es Lucas?) a una trilogía para el recuerdo.

 

Nada menos que 16 años después, comenzarían, con no muy buen pie, unas precuelas con un estilo totalmente distinto, que cuenta con tantos detractores como defensores. Las repasaremos en breve.

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