Crítica: «La pesca del salmón en Yemen», un catalizador de optimismo.

“La pesca del salmón en Yemen” es de esas comedias británicas que no sólo no tienen malicia, sino todo lo contrario: van cargadas de buenas intenciones. Con la hilarante idea que le da nombre como telón de fondo, el director sueco Lasse Hallström (autor de “Chocolat” y “Las normas de la casa de la sidra”)  teje una sencilla trama entorno a tres dispares personajes: un rutinario y aburrido funcionario, un multimillonario jeque árabe místico y soñador, y la representante de este último, una mujer sensible y emotiva.
 
Con una premisa tan interesante como esta, nada más y nada menos que el transporte de 10.000 salmones vivos (pez típico de climas húmedos y fríos) a unas instalaciones en mitad del desierto Yemení., se desarrolla una historia en la que no faltan choques entre intereses políticos (con su consiguiente crítica a la burocracia británica), dramas amorosos a tres bandas y realización de proyectos imposibles. Todo tratado de una forma tan elegante, delicada y afable que es imposible no relajarse, dejar atrás todos los problemas del mundo real, y disfrutar de la película. Tal es tono positivista y esperanzador de la cinta que las dos escenas en las que se tratan temas más turbios como el asesinato o el sabotaje chirrían de forma estrepitosa, como si hubiera sitio en el largometraje para ellas.

Se trata, además, de una película de confrontación de opuestos: lo occidental y lo oriental, lo antiguo y lo moderno, lo rutinario y lo emocional, lo racional y lo místico, y cómo no, lo religioso y lo científico. Y pese a lo ambicioso de la empresa, este abanico de contrastes funciona a la perfección gracias al reparto que encarna al trío protagonista: unos fantásticos Ewan McGregor, Emily Blunt y Amr Waked. Sin olvidarnos de la siempre genial Kristin Scott Thomas, encargada de cargar las tintas con la típica acidez británica en el papel de jefa de prensa autoritaria, férrea e implacable.
 
Como algunas de los anteriores proyectos del director, la película cae en algunos momentos en lo convencional y previsible. Sin embargo, estos comodines narrativos no evitan que la sensación final que deja “La pesca del salmón en Yemen” sea de buen sabor de boca. Aunque algunos la tachen de insulsa, de poco cómica y le echen en cara algunos deslices argumentales, “La pesca del salmón en Yemen” es una película que encantará a los amantes de la comedia británica suave y desenfadada.

En definitiva, es una película bonita a la vieja usanza, en la que salen personas buenas haciendo cosas buenas en lugares bellos. Un modesto granito de arena que contribuye a recuperar nuestra fé en la humanidad, tan perjudicada en estos tiempos de desesperación, miedo e incertidumbre. Si estas cansado de oír cosas como prima de riesgo, subida del IVA y rescate económico, déjate llevar por el esperanzador y reconfortante mensaje de “La pesca del salmón en Yemen”. Porque a veces, alcanzar objetivos tan imposibles como que un salmón de piscifactoría remonte un río artificial construido en medio del desierto es sólo cuestión de paciencia, esfuerzo conjunto y fé.