Críticas de cine

Crítica: «De Mayor Quiero Ser Soldado». Cuando los padres son la tele.

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Esta cinta en cuyo póster aparecía un crío vestido con ropa militar y apuntándose a la afeitada cabeza con un mando a distancia no tardó en ser catalogada de “políticamente incorrecta” y en situarse en el punto de mira de la desesperada (e incomprensible) censura de Cataluña.
 
Quizá esa “incorrección” se deba al hecho de que la película no se desarrolla en un hogar idílico, filmada con el brillo artificial que envuelve a esas familias compradas por catálogo (perro incluido) a las que el celuloide nos tiene acostumbrados. Quizá sea porque la conclusión se aleja bastante de esos finales inverosímiles en los que el padre de familia llega al partido de béisbol de su hijo casi agitando la bandera de su nación. O, directamente, porque resulta molesto que te obliguen a ver lo que ya es una realidad social: la escasa y pobre educación de la mayoría de los niños.
 
El caso es que Molina nos sacude de principio a fin situándonos tras el punto de vista de Álex (Fergus Riordan), un niño feliz y querido por sus padres, que sueña con ser astronauta. Pero Álex tiene miedo. Miedo a perder el fuerte vínculo que tiene con su madre al nacer los mellizos que ésta está esperando.
 
Y, cuando sus temores se hacen realidad y el pequeño se ve relegado a un segundo plano, sentimos con él la rabia del desplazamiento, casi del abandono, aumentada aun más si cabe por la estupidez infinita de un padre egoísta (perfecta la interpretación de progenitor-mueble que realiza Andrew Tarbet).
 
Y si al crío le quedaba una parte racional, representada por su amigo imaginario- el astronauta Capitán Harry (Ben Temple), que le repite las frases tranquilizadoras que su cabeza quiere oír-, esta desaparece en un pestañeo cuando el deseo del padre por quitarse a la criatura de encima lo lleva a ponerle una televisión en su cuarto.


 

 
Es en este punto cuando, mediante una magnífica labor de montaje, “la caja tonta” nos muestra un torrente de imágenes de violencia en las que la rabia del pequeño Álex no tarda en hallar consuelo, combatiendo su propia ira mediante un comportamiento destructivo hacia todo lo que le rodea y hacia sí mismo.
 
Quizá lo mas perturbador es que la mayoría de espectadores habrá sentido alguna vez estas ganas de explotar, como hace el protagonista, y de mandarlo todo al traste y, aunque el comportamiento plasmado en la cinta puede resultar a veces exagerado, “De mayor quiero ser soldado” es una buena metáfora de cómo puede reaccionar un niño sin ningún tipo de orientación ni límites paternos ante tales sentimientos de frustración e impotencia.
 
El trabajo del director español Christian Molina es una cinta escalofriantemente reflexiva sobre la educación hoy en día de los más pequeños, que trata de hacer reaccionar al espectador por medio de esta fábula paramilitar y de un grandioso reparto tanto novel (Fergus Riordan ha sido todo un descubrimiento) como de veteranos secundarios (Danny Glover y Robert Englund).
 
En palabras del propio director, “es un retrato crítico, irónico violento, cruel, impactante, surrealista, brutal, delirante y conmovedor del mundo que nos ha tocado vivir”.

Marta C. Catalán

Foto, vídeo y gestión cultural. Aprendiendo a gestionar vías de escape al aburrimiento.

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