Críticas de cine
Crítica: Avatar
Resumen de la Crítica
Valoración
Escuchando de nuevo la música étnica de los Na’vi, vuelvo a transportarme a Pandora como sólo James Cameron supo hacerlo durante el estreno de su último y sublime trabajo, “Avatar”.
Una sala de cine abarrotada y ni un solo murmullo se alzaba por encima del sonido del film y la magistral banda sonora de James Horner.
Es el resultado del hipnótico efecto que el bucólico mundo de Cameron ejerce sobre los espectadores. Es la reacción de querer formar parte de Pandora, ser de color azul y medir tres metros de estatura, con el sentimiento de estar en consonancia con la naturaleza como nunca antes se ha estado, hasta el punto de que se lamenta, casi tanto como lo hace el propio protagonista, el regreso de las imágenes que hacen referencia al mundo real.
Esta sensación se acrecienta por el contraste que el director establece intercalando escenas de ensueño desde un punto de vista visual (que bien han costado sus 500 millones de dólares) con la rudeza y frialdad de las naves e instrumentos de guerra, de modo que el espectador espera con ansiedad volver a Pandora, facilitando el sentirse identificado con el protagonista.
Cameron aprovecha este vínculo para que el público sienta la necesidad de conocer la asombrosa profundidad con que ha podido dotar a sus personajes en las dos horas y media que dura el film. Tiempo que, por cierto, se hace francamente corto, de un modo casi absorbente.
Y es que, pese a convencionalismos del guión (un pueblo invade a otro para dominarlo y obtener provecho de ello; un hombre y una mujer de razas opuestas se enamoran, obligando al héroe de la historia a traicionar a su propia raza para ser fiel a su corazón y convicciones) o escenas poco realistas que nos recuerdan quien es el creador de “Terminator 2”, “Avatar” constituye una obra magistral que dejará huella en la historia del cine (si bien ya lo ha hecho con su astronómico presupuesto).
Es la puerta que James Cameron nos ha abierto hacia un nuevo mundo, tratándose lo que hemos visto tan sólo del principio.