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Crítica: «Asesinos de élite» Los hombres duros no lloran

Resumen de la Crítica

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Los hombres duros no lloran.
 
Pero casi. "Asesinos de élite" es una mezcla de película de acción no muy vistosa y thriller político no muy vistoso. El resultado como no podía  ser de otra manera es bastante discreto. 1980. Un moribundo jeque árabe encarga a Danny ( Jason Stathan) un asesino a sueldo La muerte de un grupo de SAS británicos. Estos soldados asesinaron a tres hijos del anciano en una operación clandestina. El equipo de asesinos se traslada al Reino Unido pero no cuenta con que los militares están protegidos por un grupo clandestino liderado por Spike (Clive Owen).
 
Al principio de la película leemos que está basada en hechos reales.  En 1991 Sir Ranulph Fiennes, un exmilitar y explorador publicó el libro "The Feather Men" que causó controversia en el Reino Unido y que inspira la película. Al final Fiennes declaró que el libro era una amalgama de realidad y ficción. Si no para destapar de forma convincente una conspiración real, la historia tenía los elementos suficientes para crear una especie de versión inversa de "Munich". Pero la distancia que separa la obra maestra de Spielberg es inmensa.
 
De entrada el protagonista es Jason Stathan. Si alguna vez protagoniza una versión del Quijote que se preparen los de la posada que se cachondeaban del ingenioso hidalgo o el criado de los mercaderes de Toledo: acabaran con todos los huesos rotos. Además te intentan colar una de esas tonterías innecesarias que hacen algunas superproducciones: vendernos a un asesino profesional dechado de virtudes, vamos que tenemos que empatizar con el protagonista si o si. En la película Danny decide dejar el negocio cuando tras atentar contra un vehículo descubre un niño asustado en su interior. Solo vuelve a ejercerlo cuando su amigo Hunter ( De Niro, que ha conocido momentos mejores ) es secuestrado y sus captores amenazan con matarlo si Danny no cumple sus instrucciones. Rechaza ingentes cantidades de dinero que le son ofrecidas ya que solo hace el "trabajo" por lealtad. Además cuando algún miembro de su grupo mata a alguien que no era el objetivo pone cara contrariada y dice "ese no era el plan". Un buen tipo, vamos con corazoncito, todo simpatía. Un asesino que debería de haber trabajado en una ONG. Lo mismo exiten asesinos así pero no es verosimil. Ignoro que si esta estrategia reportará un euro o dólar mas en taquilla pero lo que si es seguro es que es veneno para la creatividad.
 
La aportación de Clive Owen a la función es poner cara de mala leche  con ojo de cristal incluido, sacudirse con Stathan y abroncar a sus subordinados (cosa totalmente justificable ya que son incompetentes hasta decir basta).
 
Los giros argumentales son tontorrones cuando no inverosímiles.
 
La estética es  de los 70 con una imagen sucia y funcional. Causa estupor comprobar que el presupuesto ha sido de mas del doble de "Anonymous" y el mismo, salvando las distancias ya que habría que calcular la inflación desde 2005, que "Munich".
 
La historia de amor haría las delicias de cualquier concursante de "Granjero busca esposa". En su retiro Danny se enrolla con Anne (Yvonne Strahovski, la Sarah de Chuck) una chica de campo que le ayuda en las rudas tareas de la granja. Real como la vida misma, si la Strahovski no hubiese estado libre se podría haber buscado a Giselle Bündchen.

No veréis a Wayne y a O´Hara besándose como en "El hombre tranquilo". Ni a a DiCaprio y Winslet en la proa del Titanic, pero si queréis ver a Stathan saltando por la ventana atado a una silla esta es vuestra película.

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