Crítica: «Arrietty y el mundo de los diminutos». El Pequeño Ghibli.
Resumen de la Crítica
Valoración
Sinopsis
CríticaArrietty y el Mundo de los Diminutos es la última película de la fantástica factoría de animación Ghibli, famosamente conocida y venerada por películas como El Viaje de Chihiro, Porco Rosso o La Princesa Mononoke. Si bien el maestro Hayao Miyazaki no ha llevado esta vez la batuta en la dirección, ha estado presente en el desarrollo del guión de la historia. Sin embargo, a pesar de la presencia del genio japonés, Arriety y el Mundo de los Diminutos, no llega a alcanzar el nivel de las grandes obras del estudio. No obstante, el trabajo resultante es de un más que respetable nivel.Podemos dividir esta película en dos partes. Una primera magistral, que englobaría los primeros veinte o treinta minutos, donde se nos muestra el pequeño mundo donde se mueven los diminutos. La imaginación y el ingenio de Ghibli se encuentran perfectamente recogidos a lo largo de estas escenas. No dejan de ser magníficos cada detalle, cada sorpresa, o el uso de los objetos por parte de los diminutos. Tras esta parte, comienza a desarrollarse la verdadera trama de la historia y la relación de Arrietty con el joven humano. A partir de este punto, el cuento comienza a perder fuerza. Se acerca a temas como la supervivencia y la convivencia entre especies, temas que no son nuevos en Ghibli, pero se llega a echar de menos un poco más de acción, imaginación y fantasía. Uno no deja de acudir al cine esperando volver a ver el mundo de magia y monstruos de Miyazaki, y en este aspecto, Arrietty puede dejar al espectador un tanto frío. La historia que se nos cuenta, está ubicada en el mundo actual y bien podría ocurrir en la realidad. Una historia correcta que podría haber ganado con un poco más de acción para interés tanto de adultos como de infantes.
Independientemente de que la historia pueda atrapar más o menos, hay un aspecto que mancha realmente a la película. La música, las canciones que acompañan a la película (que no los sonidos, ojo) son un verdadero sufrimiento. En ningún momento llegan estas músicas a encajar con la narración de la película. Y es una lástima, porque Ghibli siempre ha sabido acertar con las bandas sonoras, como un elemento secundario de apoyo a la trama. La música, aunque suela pasar desapercibida muchas veces al espectador, realiza un importante papel de apoyo y potenciación de la historia. En Arrietty y el Mundo de los Diminutos, la música es algo desquiciante, excesivamente presente y uno ansía que se termine para disfrutar del mundo que se nos presenta en pantalla.
Visualmente la película es una delicia. En este aspecto, Arrietty está al nivel de las grandes películas del estudio, y puede que incluso por encima de ellas. El detallismo de cada escena, los colores, las acuarelas, e incluso el punto de vista de los diminutos, son un resultado artístico sobresaliente de una belleza indescriptible. Cualquier fan de Ghibli bien sabe esto.
Así pues, no encontramos ante una película muy bien realizada, con una historia un peldaño por debajo de las últimas obras del estudio y con una banda sonora digna de olvidar. Arrietty y el Mundo de los Diminutos es una película para verla y disfrutar y para salir, eso sí, satisfecho del cine. Mejor o peor, Ghibli es sinónimo de calidad.