Crítica: «Wolf Children». Naturalezas encontradas.
Resumen de la Crítica
Valoración
Con una noticia tan reciente como la de la adaptación de «La Tumba de las Luciérnagas» a imagen real (de cuyo resultado no estamos muy seguros), no he podido evitar rescatar una joya de la animación japonesa que, pese a su escasa distribución (como ya suele ser costumbre), no merece caer en el olvido.
Se trata de la que ya ganó el premio a la mejor cinta de animación en el pasado Festival de Sitges, «Wolf Children» (o «Okami kodomo no ame to yuki» en su título original), un drama fantástico que narra los devenires de una joven madre que trae al mundo a las crías de un hombre lobo.
Lo cierto es que ya hemos visto muchas producciones de hombre lobos en los que estas bestias legendarias siembran el terror de los pueblos, desgarran hombres y se enamoran de bellas mujeres; historias de que han ido por las ramas de lo romántico con las últimas tendencias de la literatura juvenil.
Pero lo que probablemente no nos hemos planteado nunca es lo que pasaría si una de esas zoofílicas relaciones amorosas diera como fruto a dos pequeños niños-lobeznos. Y cómo sería la crianza, ya de por sí difícil, de unos retoños que deben encontrar su lugar entre su naturaleza humana y la de la bestia.
Y nos damos cuenta de que el dolor y la desorientación de una madre abandonada tras la muerte del ser amado es el mismo, sea cual sea la naturaleza de los pequeños que se han quedado a su cargo.
Ame y Yuki son dos niños totalmente diferentes. Yuki es activa, fuerte y extrovertida, en contraste con el tímido y enfermizo Ame. Pero los esfuerzos de su madre por controlar los dificiles carácteres de ambos se invierten al llegar la adolescencia; un momento de cambio, tanto externo como interno, en que cada uno de los niños-lobo acepta o rechaza cada una de las naturalezas que conviven en su interior, cambiando así sus vidad para siempre.
El éxito de la historia reside en la integración de elementos fantásticos en un entorno cotidiano, costumbrista, que refleja la vida en el campo en un pequeño pueblo de japón. Y al final el espectador está casi tan interesado por que crezcan las hortalizas como por la transformación de los pequeños niños-lobo.
Se centra en el detalle, en la iluminación de una vieja casa abandonada al ser de nuevo habitada, en el miedo y la determinación en los ojos de una madre soltera o en el rechazo a las naturalezas encontradas de uno mismo. Y para ello emplea largos planos que, aunque en otras circunstancias podrían parecer tediosos, en la obra del director Mamoru Hosoda encogen el alma.
Y a esto contribuyen unos personajes muy bien definidos, no tanto en lo que a animación se refiere como en personalidad, a cuya creación ha contribuído el creador de la serie «Evangelion», Yoshiyuki Sadamoto.
Si bien es cierto que la animación es extraña, combinando un dibujo muy simple de los personajes (en los que las expresiones se plasman con un par de trazos) con fondos en animación 3D muy realistas. Y lo cierto es que, aunque impacta, no desagrada; resulta innovador y da un toque de aire fresco al género del anime.
«Wolf Children» es una minoritaria joya de animación para amantes de esos dramas costumbristas que, con paciencia, se detienen y recrean en cada bello detalle de lo cotidiano.