Crítica: Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma
Resumen de la Crítica
Valoración
Vuelta a empezar. 16 años después de que Luke Skywalker se convirtiese en un Jedi, redimiese a su padre, y los Rebeldes acabasen con el Imperio, Lucas decidió contarnos como se llegó a la situación que vimos en 'La Guerra de las Galaxias'. Y el primer episodio de esta nueva trilogía no podría ser más decepcionante. Apenas conserva algo de la magia que hizo grande a las cintas originales, resultando un producto vacío, soso, sin vida. Afortunadamente algunos buenos personajes y varios destellos que recuerdan a las auténticas películas de 'Star Wars' consiguen salvar una película que se contenta con ser correcta, pero que es, sin duda, la peor de la saga.
Y por último: ¿Qué pintan ahí C-3PO y R2-D2? Supongo que funcionan a modo de conexión con las películas originales, pero es que están metidos con calzador… ¿Tan indispensables son que hay que meterlos pase lo que pase?
Pero lo cierto es que a pesar de todo esto (que no es poco), el segmento en Tatooine es bastante bueno. Neeson hace que suba el nivel cada vez que abre la boca, y nos interesan sus sospechas sobre Anakin, así como el inicio de la relación entre Skywalker y la Reina (bueno, vale, aún no sabemos que Padmé es la autentica reina, pero… es tan evidente…), que en esta peli es más fraternal que romántica, como es lógico.
Ahora bien, si hay algo por lo que todo este trozo (y la película entera) es recordado, es sin duda por la carrera de vainas.
PEDAZO de escena. Ya desde que empieza, con Qui-Gon diciéndole a Anakin que use su instinto, y que recuerda al espíritu de Obi-Wan diciéndoselo a Luke antes de destruir la Estrella de la Muerte, se nos ponen los pelos como escarpias, y lo que viene después es aún mejor. Una secuencia formidable, adrenalítica, emocionante y espectacular, que se cuela sin problemas entre los mejores momentos de la saga.
A continuación, asistimos a la despedida entre Anakin y su madre. Un momento muy emotivo, sin duda, que lamentablemente se ve empequeñecido por la "interpretación" de Lloyd. Por cierto, el instante en el que (ojo) Anakin conoce a su futuro Maestro, Obi-Wan, no podría ser menos mágico y tener menos chispa. He dicho.
Y así abandonamos Tatooine, con la sensación de que la cosa se está alargando demasiado, y listos para entrar en la recta final del film, donde vemos, por fin, al Consejo Jedi, entre los que se encuentra una horrible marioneta de Yoda que no le llega a la suela de los zapatos a la de 'El Imperio Contraataca' y que ha sido sustituida, gracias a Dios, por un monigote CGI en el Blu-ray.
De lo más interesante de la película el debate acerca de Anakin, pues Yoda, que percibe el Lado Oscuro en el joven Skywalker, no está de acuerdo con entrenarle, pero Qui-Gon insiste en que el niño es el Elegido que destruirá a los Sith (por fin conocemos el nombre de "los malos") y traerá el equilibrio a la Fuerza. Curioso que, al final, ambos tengan razón…
El hecho de que Qui-Gon le lleve la contraria al Consejo, y de forma habitual según parece, hace que el personaje de Neeson mole aún más. El gran hallazgo de la cinta, sin duda. Mientras tanto, politiqueo y más politiqueo. Observar el ascenso al poder de Palpatine (está interpretado por Ian mcDiarmid, así que sabemos quién será) está muy bien, es interesante y tal, pero yo quiero espíritu 'Star Wars', aventura, fantasía… Y de eso hay muy poquito.
Afortunadamente, enseguida llegamos al clímax de la cinta, dividido nada menos que en cuatro partes, y que si bien supone un subidón de emoción con respecto al resto de la peli (exceptuando la carrera, claro), tampoco es que sea muy brillante, pues solo uno de los cuatro frentes es realmente bueno. Repasémoslos: La batalla entre los Gungans (la raza de Jar Jar) y los droides es espectacular, cierto, pero Binks no para de tropezarse y decir chorradas, con lo cual estropea la escena.
El tiroteo por los pasillos del palacio liderado por Padmé… Soso. Correr, disparar, esconderse. Nada más.
La batalla en el espacio protagonizada por Anakin… Pues sí y no. Recuerda a la destrucción de la Estrella de la Muerte, con lo cual estamos con un nudo en la garganta, y es espectacular y emocionante. Bien. Pero es que Lloyd es TAN, pero TAN malo… Me saca por completo de la peli. Además, tampoco me convence que lo haga todo de chiripa, pero bueno, eso lo perdono. Lo que me molesta de verdad es que la carrera artística de ese crío debió acabar con 'Un padre en apuros'.
Y por fin… La parte buena de verdad. Qui-Gon y Obi-Wan contra Darth Maul. ¿Quién es ese? Pues apenas sabemos nada de él, pero con su aspecto demoníaco y su silencio desprende invulnerabilidad por los cuatro costados. Efectivamente, estamos ante un combate de sables de luz grandioso. Siempre he defendido el estilo de lucha más realista de los dos últimos episodios de la trilogía original, pero este nuevo estilo, lleno de piruetas y acrobacias, es un regalo para la vista. Además está acompañado magistralmente por "Duel of the Fates", la gran aportación de John Williams a esta nueva trilogía. Una escena sublime, magnífica. Además nos hace sufrir, pues cuando Obi-Wan queda separado de su Maestro, empezamos a temer lo peor, y cuando finalmente sucede, uno está entre triste e indignado. Triste por que Qui-Gon era el mejor personaje, e indignado porque ¡Qui-Gon era el mejor personaje! ¡Y se lo han cargado! Resulta que este gran Maestro solo era una herramienta para que Obi-Wan entrenase a Anakin. Pues que bien. Ah, al final Maul también es asesinado, de una forma un tanto boba, por Kenobi, con lo que acabamos el combate con las dos estrellas de la peli muertos. ¿No podía haber mantenido Lucas a Maul en los sucesivos episodios y hacerle luchar contra Skywalker? Anda que no habría molado.
Y de este modo, tras una escena de celebración y felicidad que, sin embargo, no consigue ocultar la sensación de que hay un gran peligro en la sombra (la amenaza fantasma del título) cerniéndose sobre nuestros héroes, termina esta primera película. Y me siento contrariado. No está mal, es entretenida, y encierra grandes momentos… Pero te quedas como estabas. Realmente, lo único que nos han contado es como Anakin empieza a ser entrenado como Jedi. Y por el camino, muy poca chispa o emoción y muchas chorradas por parte de Jar Jar. A pesar de todo, dan ganas de continuar. No nos han contado casi nada, pero lo que se insinúa… Engancha. Afortunadamente, la cosa no haría más que mejorar y mejorar.
Para finalizar, me gustaría señalar que aunque esta cinta en concreto no le llega ni a la suela de lo zapatos a las tres pelis clásicas, tampoco es como para atacarla de la manera que lo hacen algunos. Tiene muchos fallos, pero también innegables virtudes. Es un estilo muy diferente al de sus predecesoras (o continuaciones, según se mire) pero flipó a los niños de la época, resucitando así la fiebre 'Star Wars'. Y eso no puede ser malo en absoluto. Ah, no se me puede olvidar comentar que los efectos visuales, en su día impresionantes, hoy se han quedado un tanto desfasados, cosa que no sucede on los efectos artesanales de la trilogía de toda la vida.
Nada más. Próximamente comentaremos el Episodio II, muy superior en todos los aspectos y, en mi opinión, bastante infravalorado. Nos vemos allí.