Crítica: Civilization V. Un turno más…
Resumen de la Crítica
Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Originalidad
Must have
Recomendado a novatos y expertos.
Sid Meier’s Civilization V, también conocido simplemente como Civilization V, fue publicado en 2010, desarrollado por Firaxis Games y distribuido por 2K Games. Es un juego de estrategia por turnos, con diferentes civilizaciones y modos de victoria, además de contar con multijugador. Esta quinta entrega, pese a los años, mantiene su calidad elevada, siendo uno de los referentes en cuanto a juegos de estrategia por turnos.
La Complete Edition (o Edición Completa) contiene las expansiones Gods & kings (Dioses y reyes) y Brave new world (Cambia el mundo) las cuales expanden las mecánicas del juego y añaden diferentes formas de victoria. Por otra parte, contiene escenarios y civilizaciones extra, tales como el Mediterráneo o la civilización babilónica.
La expansión Gods & Kings añade la religión, junto con otras civilizaciones. Por otra parte, Brave New World, la última expansión, modifica la victoria cultural por turismo. Es recomendable hacerse con estas dos expansiones (incluidas en la Edición Completa) ya que enriquecen el juego de manera sustancial. Pero, ¿qué hay que hacer en Civilization V?
El objetivo del juego es simple: vencer a nuestros oponentes. Para ello podremos lograr diferentes tipos de victorias:
Dominación es la victoria militar, conseguida al capturar las capitales de los oponentes. Para ello, debemos lograrlo con nuestros ejércitos, desde soldados a pies, hasta arqueros, jinetes o catapultas, las cuales irán avanzando según qué tecnologías desarrollemos, convirtiéndose en marines, ballesteros, tanques o cañones.
La victoria científica se consigue una vez consigamos desarrollar e investigar un programa espacial, lo que nos permite construir una nave capaz de llegar hasta Alfa Centauri. Una vez conseguido esto, conseguiremos una victoria mediante la ciencia.
Para conseguir una victoria diplomática, debemos de aliarnos con las demás facciones y ciudades estado para que estas nos voten como líderes mundiales.
Mediante la cultura podemos conseguir otro tipo de victoria. Sin Brave New World deberemos adquirir políticas sociales y construir el proyecto Utopía. Con la expansión recurrimos al turismo mediante diferentes obras de arte y maravillas, haciendo que las otras naciones escuchen nuestra música y amen nuestras pinturas.
Finalmente, si nadie consigue estas victorias, una vez terminado el último turno, quien tenga más puntos, gana.
Esta descripción de las victorias muestra la gran amplitud de posibilidades de jugar a esta magnífica entrega. Aquellos más pacíficos tendrán su oportunidad de ganar, limitándose al desarrollo de tecnologías o a adquirir nuevos artistas. Sin embargo, todas ellas están entrelazadas. Necesitaremos ejército para proteger nuestro avance tecnológico y, por otra parte, el desarrollo de nuevas armas nos permitirá tener mejores soldados.
Para conseguir estos objetivos primero debemos decidir qué civilización histórica vamos a jugar, pues cada una cuenta con diferentes bonificaciones, habilidades especiales y unidades únicas que nos permiten conseguir de una forma más fácil los diferentes tipos de victoria.
Por ejemplo, tenemos los mongoles, representados por Genghis Khan. Representado fielmente la historia, es una civilización centrada en la conquista, con énfasis en las unidades a caballo. Por otra parte, tenemos a los suecos, representados por Gustavo Adolfo, quienes generan Grandes Personas con mayor facilidad, ya que son quienes otorgan los premios Nobel.
Los detalles históricos son precisos. Las Grandes Personas son reconocibles, artistas como Pablo Picasso, músicos como Vivaldi, ingenieros como Edison o escritores como Alejandro Dumas. También podemos construir en nuestras ciudades maravillas como las Pirámides, la Gran Muralla o el telescopio Hubble. Por otra parte, existen unidades reconocibles, como los legionarios romanos o los conquistadores españoles, así como las tecnologías que el ser humano desarrolló para su progreso, desde el dominio del metal, las matemáticas, la escritura, hasta la refrigeración o el poder del átomo.
Todo esto crea un juego completo, una simulación casi-realista del surgimiento de civilizaciones, su desarrollo y conflictos. Cada aspecto del juego enriquece la experiencia. Aunque en un principio sea difícil dominar las diferentes partes (ciudades estado, producción, tecnología, comercio, guerra, religión) esto hace que Civilization V ofrezca una experiencia única.
Con todo esto, podemos afirmar que es un juego que consigue que el jugador se meta en el papel de gobernante de una civilización, llegando a odiar o amar otras civilizaciones que se oponen o ayudan al jugador a conseguir su victoria. ¿Los franceses han decidido embargarnos? ¿Los mayas están construyendo el proyecto Manhattan? ¿Los asirios han construido un asentamiento ahí dónde queríamos construir nuestra segunda ciudad? Civilization V engancha al jugador, que en vez de jugar un par de turnos, puede pasarse noches en vela con tal de lidiar con dichos problemas.
Por ello, no es un juego para jugar una “partida” Dependiendo del mapa, los oponentes y como juguemos, podemos pasarnos de 40 minutos hasta tres horas, llegando incluso a más, tal vez haciendo el juego casi infinito si decidimos seguir jugando una vez terminada la partida, ya que, una vez conseguida la victoria, nos da la opción de continuar. Aunque hayamos conseguido que los demás nos voten como líder mundial… ¿Por qué no lanzar bombas atómicas a diestro y siniesto?
Gráficos
Los juegos de estrategia no suelen ser un poderío visual, debido al número de unidades representadas en pantalla. Aun así consigue representar fielmente las diferentes unidades del juego, como los samurái, o, representar la evolución tecnológica: nuestras caravanas pasarán a ser camiones una vez llegada a la era moderna. Los edificios son representados mediante imágenes en la pantalla de información de la ciudad, y sólo las maravillas aparecen en el mapa del mundo cerca de nuestra ciudad. No obstante, de vez en cuando pueden aparecer nuestras pirámides en medio del mar si nuestra ciudad está en la costa, fallo poco importante que no obstruye con la experiencia del juego en sí.
También cabe destacar que cada representante de las civilizaciones tiene su “avatar” en el juego. Es decir, podremos ver a George Washington o Gandhi en persona. También hemos de añadir que hay obras de artes reales representadas en el juego, como Noche Estrellada de Van Gogh.
Sonido
La música cambia según la civilización o la era, y el juego cuenta con diferentes canciones representativas de las grandes personas, como la quinta sinfonía o las cuatro estaciones. Durante todo el juego tendremos canciones sonando de fondo, sin ser molestas ni intrusivas, y que complementan el juego de manera perfecta.
Jugabilidad
El punto fuerte de Civilization V. Es adictivo, entretenido y, de paso, puedes aprender historia. Si no hacemos ascos a la estrategia, este juego es, en definitiva, un must have. Una vez se termina una partida, se crean pequeñas historias. Como ejemplo, los venecianos intentaban conseguir una victoria mediante cultura. Tenían a los mejores artistas del mundo. Durante su trayecto, los songhai les robaron tecnologías y los etíopes votaron en las naciones unidas para torpedear sus recursos. Sin embargo, estaban a un paso de alzarse con la victoria… salvo por los franceses, sus vecinos, con los que competían culturalmente. El tiempo llegaba a su fin, y dichos franceses habían construido la bomba atómica. Las presiones en la frontera significaban guerra inminente. Hasta que los juegos internacionales fueron admitidos en las naciones unidas. Los venecianos ganaron la copa de oro, aumentando su turismo, y los franceses sucumbieron ante la supremacía cultural.
La inteligencia artificial es moderada. Podemos hacer pequeñas trampas para llevar unidades enemigas hasta nuestro territorio, o, pese a tener un ejército masivo, nos declararan la guerra por nimiedades como crear asentamientos cercanos o no votar en sus proposiciones de las naciones unidas, así como pedirnos oro y recursos por simplemente tener una embajada en su capital.
La configuración de las partidas es bastante extensa. Podemos elegir nuestra civilización, la de los oponentes (o ponerlas aleatorias) y los equipos, además de elegir el mapa, la edad del planeta, el nivel del mar y la cantidad de recursos que existen en el mapa.
Estos recursos son variados, y hacen que el juego sea especial. Las gemas, el cobre o el incienso incrementaran la felicidad de nuestra civilización, mientras que los caballos o el hierro son recursos estratégicos de alto valor para nuestro ejército y producción.
Originalidad
El juego en sí es original. Otros juegos de estrategia, como Age of Empries o Starcraft se centran únicamente en las batallas contra otros oponentes, mientras que en Civilization V tenemos diferentes formas de jugar. También cabe destacar que con cada expansión aumentan las posibilidades, por lo que si consideramos las expansiones, tenemos un juego completo.
Aun así, sigue la misma fórmula de los antiguos Civilization. Colonos para construir ciudades, sistema de recursos y diplomacia. Tienen mejoras de sus respectivas anteriores entregas, pero siguen un sistema parecido. El juego Beyond Earth consigue cambiar la fórmula, pero quizás porque trate del futuro y no de las etapas históricas de las que se ha ocupado los Civilization clásicos.
Resumen
Un juego adictivo, entretenido y que consigue enganchar desde el primer turno. Capaz de involucrar al jugador en la partida de forma emocional (seguro que el jugador exclamará alguna vez “¡Malditos X, han construido la bomba atómica!” o maldecirá a los hunos por atacarle por tercera vez consecutiva)
Recomendado para los fanáticos de juegos de estrategia, perfecto para iniciarse en la estrategia por turnos a los novatos, y juego apto para jóvenes, los cuales aprenderán a manejar ciudades y pensar con la cabeza la vez que aprenden historia.
Un juego, en definitiva, que consigue sacar lo mejor y lo peor de nosotros.