La distopía del mes (XIV): Colonia V
Colonia V presenta un futuro en el que una glaciación obliga a los humanos a vivir bajo tierra, en unos espacios diseñados para ser autosuficientes y, de este modo, no tener que salir a la superficie. La claustrofobia, el miedo a las enfermedades y la desesperanza hacen mella en los habitantes del gélido planeta Tierra.
El director
Jeff Renfroe es un director, productor, escritor y editor canadiense. Es copropietario de Milk Boss Industries, una empresa dedicada a desarrollar proyectos audiovisuales, mayoritariamente para televisión; es por ello que no es muy conocido lejos de sus fronteras. Esta película (vista en Sitges 2013) aunque cuenta con un llamativo reparto y tiene una gran proyección internacional, lamentablemente no se ha estrenado en cines en nuestro país. Estaremos atentos a las próximas películas de Renfroe, que actualmente está preparando un documental sobre Steve McQueen.
La trama
Durante la próxima glaciación, la superficie del planeta se vuelve inhabitable, lo que conduce a los seres humanos a vivir en el subsuelo. Para ello cuentan con estructuras arquitectónicas que les permiten crear las condiciones necesarias para subsistir varios años sin salir a la superficie, llamadas colonias. Sin embargo, una llamada de socorro proveniente de la Colonia V obliga a acudir a un equipo de rescate de la Colonia VII, la más cercana. Una vez allí, descubrirán que la pérdida de la esperanza ha convertido a los colonos en algo extremadamente perverso.
La distopía
La sociedad se ha visto obligada a vivir bajo tierra, debido a que las condiciones en la superficie no son precisamente confortables. La tierra sufre una glaciación, y los seres humanos habitan en colonias aisladas autosuficientes. Aunque pueda parecer una solución, la paranoia, la claustrofobia y la desesperación pueden hacer estragos.
Si fuéramos capaces de anticiparnos a esta situación, la propuesta (probablemente) sería diferente; ya que seríamos capaces de dar una respuesta adecuada. Sin embargo, si una glaciación irrumpiera en nuestras vidas de forma súbita… quién sabe. De todos es sabido que este no es un tema novedoso. La próxima Edad de Hielo ha sido objeto de rumores, leyendas y predicciones (más o menos fundadas) desde hace muchos años. De hecho, ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, bien como parte de una serie de catástrofes naturales o bien como protagonista absoluta. Algunos ejemplos son: 2012 (2009), El día de mañana (The day after tomorrow, 2004) o Glaciación 2012 (2012: Ice Age, 2011).
¿Estamos realmente cerca de una glaciación? Los más optimistas dicen que se producirá dentro de unos 15.000 años (día arriba, día abajo); los más pesimistas dicen que el presente año dará comienzo la próxima Edad de Hielo. Por lo pronto, una buena bufanda no vendría nada mal.
La crítica
La película, en su inicio, orienta al espectador e introduce la situación. En primer lugar, llama la atención por sus movimientos de cámara y su particular estética, con una fría fotografía (como no podía ser de otro modo) y unos notables efectos visuales que recrean los exteriores.
La música no es interesante. Es curioso pensar cómo esta película podría ser sensiblemente mejor valorada si hubiera contado con una banda sonora más atractiva.
El casting está liderado por Lawrence Fishburne, conocido por sus papeles en Matrix (1999), Mystic River (2003) y en la serie Hannibal (2013), hace un gran trabajo, acorde a lo que estamos acostumbrados. El papel le viene como un guante, incluso quizá demasiado. El personaje es un estereotipo sin fisuras; es entretenido pero carece de la profundidad y complejidad necesaria para dejar huella en el espectador.
El papel protagonista lo ostenta Kevin Zegers, un actor que lleva toda su vida delante de las cámaras. Algunas de las películas en las que ha trabajado son: Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004), Transamérica (Transamerica, 2005) o Cazadores de sombras: Ciudad de hueso (The Mortal Instruments: City of Bones, 2013). Zegers hace un buen trabajo en Colonia V encarnando al personaje con el que el espectador más se identifica, aunque se ve indudablemente eclipsado por Fishburne y Bill Paxton.
Bill Paxton es un viejo conocido como secundario en películas tan conocidas como Titanic (1997), Apolo 13 (Apollo 13, 1995), Aliens (El regreso) (Aliens, 1986) o Twister (1996). En este caso, Paxton encarna al antihéroe, un tirano que pretende ejercer su voluntad a la fuerza. Sorprendentemente, tener algo de villano le convierte en el personaje más interesante, más complejo y con más matices. Paxton hace un trabajo espléndido, muy recomendable para todos aquellos que le hayan perdido la pista y quieran verle en plena forma.
La historia es predecible hasta la médula, y se parece (incluso demasiado) a 30 días de oscuridad (30 Days of Night, 2007). Sin embargo, es de destacar el diseño del mundo glaciar (que como poco, es definible como poético); así como la presencia de una serie de ideas originales, que, incluso desaprovechadas como están, merecen la pena ser vistas. Eso sí, sin pretensiones, con una buena manta y un café caliente.