Crítica: «Nebraska»: Un Bruce Dern para la historia

Tras recibir una carta indicándole que es el ganador de un millón de dólares, Woody Grant, un anciano ex-alcohólico y con claros síntomas de demencia senil piensa que ahora es rico e insiste en ir a cobrar su premio aunque sea andando. Finalmente su hijo David se ve casi obligado a ayudarle a llegar hasta la sede de la empresa que le ha mandado el sobre, en un viaje donde evolucionará su relación de forma sorprendente y redescubrirá su pasado así como una serie de anécdotas y personajes entrañables.

Nebraska ha llegado a este certamen casi de incógnito, y es que todos los focos estaban puestos en aclamadas producciones como ‘El lobo de Wall Street’, que ya veremos si pasa a la historia como una gran obra o como ese chiste excesivamente largo que creó demasiadas expectativas.

La película que estamos tratando ha conseguido por méritos propios y sin la ayuda del marketing o de grandes nombres, convertirse en la cuarta película más nominada, junto a ‘Dallas Buyers Club’ y ‘Capitán Phillips, en 6 categorías, todas ellas además de las consideradas importantes: mejor película, mejor director, mejor actor (Bruce Dern), que ya recibió el premio en el festival de Canes, mejor actriz de reparto (June Squibb), mejor guión original y mejor fotografía. Esta última bajo mi punto de vista debería llevársela de calle. Y es que el trabajo del griego Phedon Papamichael es sublime. El hecho de rodar en blanco y negro enriquece la película y la historia, pero no se ha tomado como recurso facilón, si no que es una clara visión de cómo percibe el mundo el protagonista, sobre el que atisbamos la sombra de esa horrible enfermedad que es el alzhéimer, aunque no llega a quedar claro que esto sea así.

Payne y Papamichael ya habían trabajado juntos en un trabajo que me gustó muchísimo, ‘Los Descendientes’ (2011), donde me vi casi obligado a buscar el nombre del director de fotografía por lo maravillado que me había dejado al mostrarme de una forma cotidiana ese paraíso alejado de todo que es Hawai.

El director Alexander Payne, más querido por la crítica que por el público, sin duda una de las figuras más importantes del cine independientemente norteamericano de las últimas décadas con películas que en su día me sorprendieron como ‘A propósito de Schmidt’ (2002) y ‘Entre copas’ (2004), nos habla de esa América rural, imperfecta y si quieres “paleta”, pero a su vez encantadora, en la que vemos a unos personajes perfectamente construidos, donde además de la sublime interpretación de Bruce Dern, para muchos la actuación de su carrera, cabe destacar la gran interpretación de la octogenaria June Squibb, la esposa del protagonista, una de las grandes sorpresas de la película que se come la pantalla con un personaje muy particular. El resto de personajes contagian emoción y son creíbles hasta el punto de pensar que son realmente así en sus vidas detrás de las cámaras.

Una comedia dramática vestida de road movie, una obra sencilla pero llena de detalles.