Crítica: Watch Dogs

Mucho se ha hablado de este juego, desde que lo vimos por primera vez en el E3 de hace dos años levantando todas las expectativas del mundo, y mucho más se ha hablado desde que salió a la venta el pasado mes de mayo.

Os hablo de Watch Dogs, un juego que ha recibido y sigue recibiendo muchas críticas por algo comprensible como es el empeoramiento gráfico desde la primera versión que se nos mostró hasta la que ha llegado a nuestras manos. Como he podido leer en algunos medios, parece que este juego ha puesto de moda o incluso ha inventado el término “downgrade”.

Desarrollado por Ubisoft Montreal, creadores de los Assassin’s Creed y Far Cry 3, una vez más han demostrado su amplia experiencia en los sandbox, su habilidad para crear grandes espacios abiertos y recrear a la perfección las ubicaciones donde transcurren los acontecimientos.

Watch Dogs se desarrolla en la ciudad de Chicago, en la que toda la tecnología y la información se encuentra conectada mediante un sistema operativo central llamado ctOS, siglas que nos aprenderemos de memoria tras unas horas de juego.

Nos meteremos en la piel de Aiden Pearce, un veterano hacker, que mediante su dispositivo móvil puede manipular casi cualquier elemento de la ciudad en su propio beneficio. Por ejemplo, podremos cambiar el color de los semáforos, activar puentes levadizos, usar las cámaras de vigilancia y saltar de una a otra, incluso hasta el interior de edificios y viviendas para desactivar alarmas o robar números de cuenta, siembre y cuando haya una cámara de seguridad o webcams dentro del edificio, claro. Y este precisamente es el elemento que hace diferente al juego. Además de ser adictivo, es intuitivo y fácil de utilizar.

La historia básicamente nos cuenta cómo al protagonista se le va de las manos uno de sus trabajos ilegales, y este acaba con la muerte de un familiar. A partir de este momento buscará venganza, intentando dar con los culpables. La historia, la verdad es que es sencilla y me hubiera encantado conocer un poco sobre el pasado del protagonista. Tal vez en una próxima secuela.

La jugabilidad.

Se divide en cuatro categorías que serían: acción, sigilo, hackeo y conducción.

Las misiones principales siempre cuentan con alguna combinación de estos elementos, aunque a veces podremos optar por prescindir del hackeo e ir a saco, aunque obviamente si queremos enriquecer la experiencia del juego, siempre es mejor ahorrar balas y sobretodo explosivos, que facilitan muchísimo el juego, sobretodo en las persecuciones.

El entorno.

La ciudad de Chicago está perfectamente recreada, el agua está hecha bestial, la iluminación y las texturas son de una calidad bastante alta, y es muy destacable este como podemos interactuar prácticamente con cualquier elemento del entorno, tanto destruyendo mobiliario urbano durante la conducción, como haciendo explotar tuberías de gas o bombonas en un tiroteo.

La conducción.

En este sentido el juego simplemente cumple, porque además de que los coches son inventados, y no es el elemento que mejores gráficos tiene, es prácticamente imposible llevar a cabo una persecución o una huida sin chocarnos. En este sentido cabe nombrar la dificultad de escapar de la policía. Pero no todo va a ser malo, ya que la conducción se ve enriquecida por el hackeo, y podremos hacer cosas tan chulas como levantar bolardos, puentes levadizos, cambiar de color los semáforos y reventar tuberías de vapor mientras te persiguen. Al principio resulta un poco complicado, pero nos haremos con la dinámica del juego enseguida.

Habilidades.

Tanto las habilidades de hackeo, combate, creación de objetos y conducción las vamos mejorando y ampliando a lo largo de la aventura, conforme nos den puntos de habilidad al subir de nivel.

Las misiones.

Disponemos de 39 misiones principales que nos van a parecer muchas más, ya que a medida que avanzamos nos van surgiendo todo tipo de misiones secundarias, minijuegos (póquer, beber chupitos, ajedrez), investigaciones, y recolectables. Y lo más original y divertido de todo son los viajes digitales, que nos ofrecerá un individuo en plan Morfeo dandole una pastilla a Neo. Se trata de cuatro juegos muy bien hechos como por ejemplo: Madness, una especie de Carmageddon en el que tienes que atropellar demonios, o Spider-Tank, en el que con una araña gigante mecánica tienes que arrasar con todo.

Además tenemos hasta 6 modos online, dependiendo de si tenemos contratado o no Ps Plus, que aunque no es todo lo que se esperaba, si que es verdad que están muy bien integrados en la aventura. El más entretenido sin duda es el Modo libre en línea, en el que te puedes juntar con ocho amigos para explorar la ciudad y cazar agentes enemigos y también el modo Carrera en línea, que como podemos imaginar son carreras de coches.

Duración: Si vas al grano con las misiones principales, lo cual ya os digo que es del todo imposible, el juego te puede durar unas 20 horas. Y la partida se te puede ir al doble perfectamente si eres muy completista.

Sin duda es un juego muy divertido, una apuesta ambiciosa, enorme en dimensiones, con un montón de alicientes y misiones secundarias para hacer el gambitero y alargar la experiencia todo lo que queramos y más, que además ha introducido algunas mecánicas innovadoras, y que sin duda ha plantado los cimientos de lo que sin duda será una gran saga.