Análisis de The Spirit of the Samurai, para PC (Steam).

El estudio español Digital Mind Games nos trae un título que sorprende desde un primer momento por su arte visual, ofreciéndonos una mezcla de juego de acción, con plataformeo y combates al estilo souls.

El destino del Samurái.

Ambientado en el Japón feudal, el título nos mete en el papel de Takeshi, un samurái que tiene el papel de proteger su aldea ante el inminente ataque de un demonio que pretende conquistar la Tierra, ayudado por sus ejercito, mezcla de Yokais y no muertos.

Lo que más llama la atención al iniciar el juego es el hecho de que disfrutaremos de unas cinemáticas en 3D con mucho realismo. Y es que, el estudio de desarrollo viene de la producción cinematográfica, siendo este su primer proyecto dentro del mundo de los videojuegos.

Tras una primera secuencia cinemática, la imagen se fundirá en cierto modo, dando paso a la vista lateral de nuestro protagonista, con un aspecto 2.5D y unas animaciones ejecutadas en stop motion, las cuales dotan al juego de una atractiva personalidad propia.

Luchando contra el mal.

Como hemos comentado, vamos a empezar manejando a Takeshi, pudiendo caminar, correr, agacharnos y sobre todo atacar y defendernos a base de combos y bloqueos.

Por otro lado, iremos consiguiendo consumibles, armas arrojadizas y flechas para nuestro arco, tanto normales como de fuego.

Esto hace que los combates a lo largo del juego sean en cierto modo el punto fuerte del mismo, ya que nos encontraremos con enemigos y “jefes” que pondrán a prueba nuestras habilidades, entrando en este punto en un estilo souls, en lo que a combate se refiere, aunque sin tanta dificultad como los títulos de From Software.

Acción y plataformas.

A parte de combatir, nos veremos en situaciones de exploración, plataformas y recolección de objetos, con el fin de seguir desbloqueando la historia principal, todo esto mientras subimos de nivel y desbloqueamos nuevos tipos de ataques, entre otras habilidades.

Al recolectar objetos, también podremos conseguir alimentos y otros materiales, con los cuales se nos permitirá realizar ofrendas en zonas específicas, con el fin de obtener a cambio pociones, armas, etc.

Pero no acaba aquí la cosa, ya que a lo largo de la aventura no manejaremos únicamente a Takeshi, sino que también habrá niveles en los cuales deberemos manejar a Chisai, un gato compañero, o bien a un pequeño espíritu Kodama.

Cuando manejamos al gato, tendremos que hacer frente al sigilo y a las plataformas, y con el Kodama, podremos atacar, pero nunca será igual que con Takeshi.

Estos cambios de personajes y mecánicas están muy bien implementadas, jugando un papel importante en el argumento y dando toques de variedad al mismo.

Guardando.

Mientras vamos avanzando, encontraremos altares donde se nos guardará el progreso, como un punto de control, aunque a veces puede llegar a desesperar un poco el hecho de tener que volver a pasar por alguna zona que nos haya costado superar, teniendo que repetirla de nuevo…

Existe una buena variedad de escenarios a lo largo de esta aventura, la cual nos puede tomar entre 8-10 horas superarla completamente.

Así, pasaremos de la aldea principal a cuevas, e incluso a zonas del inframundo, en una cruzada desesperada por traer de nuevo la paz a nuestro pueblo.

Una jugabilidad un tanto…

A nivel de jugabilidad es donde el título pierde enteros, pues hay ocasiones en las cuales los combates resultan un tanto tediosos por algunas mecánicas toscas, así como a la hora de saltar o tener que agarrarnos de un saliente que debemos adivinar exactamente su punto de enganche correcto al saltar.

Esto hace que, pese a disfrutar de una rica variedad de situaciones y acciones, su ejecución quede un tanto frustrante por momentos, sobre todo si se nos lleva a tener que repetir un trozo ya superado porque el punto de control se encuentra lejos de donde habíamos llegado en un momento dado.

Nuestro personaje contará con una barra de energía formada por tres orbes, los cuales iremos perdiendo con cada golpe recibido, hasta perecer.

Por otro lado, dispondremos de una barra de resistencia, la cual bajará al atacar continuamente, o bien al correr un tiempo determinado.

Y por último tendremos una barra de experiencia, que nos subirá de nivel al llenarla tras conseguir puntos de experiencia en combate, o bien recolectando objetos.

Gráficos.

A nivel gráfico, tal y como hemos comentado desde el principio de estas líneas, disfrutaremos de unas cinemáticas bastante espectaculares, así como en el diseño de los escenarios y los personajes, con una calidad bastante buena a nivel general, pero lastrada un poco por las mecánicas jugables, las cuales nos van a hacer sufrir bastante para conseguir avanzar.

Es interesante ver como los escenarios nos muestran en primer plano o a lo lejos, animaciones de gente trabajando en el campo, o bien monstruos caminando, entre otras cosas, haciendo que todo mantenga una profundidad bastante buena visualmente.

Sonido.

El apartado sonoro nos trae melodías que acompañan a lo largo de la aventura, sin ser memorables, pero consiguiendo su cometido a nivel general.

Los efectos y las voces están bien realizadas, con un buen doblaje en inglés y subtítulos en castellano.

Conclusión.

Estamos ante un título hecho en España, con un arte visual bastante llamativo y que nos pide pocos recursos relativamente para PC:

• SO: Windows10 64-bit.
• Procesador: AMD FX–6300 | Intel i5 4440.
• Memoria: 4 GB de RAM.
• Gráficos: Nvidia GeForce GT 730 | AMD Radeon R7 240 | Intel HD Graphics 630.
• DirectX: Versión 11.
• Almacenamiento: 8 GB de espacio disponible.

Esto es un valor añadido a la hora de tener en cuenta su adquisición.

Si a esto le sumamos que su precio de compra no llega a los 20 euros, considero que, pese a sus carencias, las cuales pueden ser solventadas con algún que otro parche futuro, tenéis un título que os va a dar diversión y un buen reto para unas cuantas horas de juego.

¿Queréis restaurar la paz en vuestra aldea? Sacad la espada y prepararos para una encarnizada y difícil batalla.