Anáilisis de Kingdom Come Deliverance 2, un juego que marca época

Kingdom Come Deliverance 2 es uno de los lanzamientos más importantes del año. Y no decimos de principios de año, sino de todo 2025, seguro candidato al GOTY. Su precuela, que se convirtió por méritos propios en juego de culto, ya nos presentaba el mismo concepto que este aunque, como suele pasar, Warhorse Studios lo ha perfeccionado y mejorado en todos los aspectos. La experiencia es ahora más inmersiva y más compleja, pero igual de divertida.

Desde su reciente salida en PS5, Xbox SerieS/X y PC no ha hecho más que cosechar buenas críticas y eso le ha valido haber vendido, en el momento que escribimos esto, nada menos que dos millones de copias. Y las que quedan.

El estudio desarrollador, junto a los veteranos Deep Silver y Plaion, han mimado y cuidado todos y cada uno de los aspectos que rodean al juego. Desde su producción, desarrollo, promoción… Y eso da sus frutos: una aventura realista que nos lleva a la Baja Edad Media y en la que debemos sobrevivir mientras realizamos las misiones que nos encomiendan.

La Historia, con H mayúscula

La historia continúa allá donde quedó el juego anterior y, si bien no es necesario haberlo jugado para poder disfrutarlo, sin duda hace mucho el haber vivido todo lo que nuestro prota, Henry, sufrió en aquella aventura. Pero que no cunda el pánico, porque la historia está tan bien narrada y los personajes están tan bien trabajados que pronto entraremos de lleno en la acción, empatizando con pnjs y encariñandonos con Henry y su amigo forzado, el difícil Hans Capon.

Todo comienza mientras viajamos con un pequeño grupo, escoltando a Hans para que entregue una importante carta a un noble local. Pero claro, no va a ser tan fácil: un contratiempo hará que perdamos la carta, los enseres, la compañía… y pasemos a ser unos pedigüeños sin una moneda en el zurrón y con mucho por lo que pelear. En estos primeros compases también se aprovechan unos momentos… oníricos, para narrarnos lo más importante del primer Kingdom Come y que así no se nos escape nada.

Y de ahí parte el juego, teniendo que rehacernos prácticamente de cero y terminar de cumplir la misión que nos habían mandado. El problema es que todo se complica, se lía, se tuerce, se enreda, se confunde… ya me entendéis.

Bienvenido al Siglo XV

Kingdom Come Deliverance 2 nos traslada a la zona de Bohemia, la actual República Checa, a principios del Siglo XV. Una época (y una región) regida por grandes señores y por la religión, por las diferencias de clase más brutales y por una gran crueldad fruto de una civilización decadente. El juego se preocupa en todo momento que tengas esto muy claro, ya que los aldeanos o los soldados no serán condescendientes primero porque eres extranjero y no te conocen y segundo porque apareces como un «don nadie». De hecho, si las ropas que llevas no son adecuadas o/y si no cuidas tu higiene, te lo reprocharán y te lo echarán en cara. Así que nos toca, poco a poco, ir ganando reputación.

Además, debes cumplir siempre la ley, la de los hombres y la de Dios, para no crearte problemas tanto con las gentes como con las autoridades. No será raro vernos en la picota, encadenados, castigados en la plaza pública, etc. El realismo es absoluto. De hecho, al inicio, una de las maneras rápidas de conseguir dinero es robar… pero cuidado si te pillan, que las consecuencias pueden ser nefastas.

Exactamente eso es importante remarcar: nuestros actos siempre tienen consecuencias. La línea narrativa de la aventura puede cambiar mucho dependiendo de las decisiones que tomemos y las alianzas o las enemistades con algunos personajes son también decisivas. En realidad, todos los pnjs responden de diversas maneras según nos relacionemos con ellos, pero hay algunos personajes que, insistimos, son clave.

A pelear también se aprende

La inmersiva cámara en tercera persona nos acompaña durante todo el juego y debemos acostumbrarnos a ella. Donde más exige que nos familiaricemos es durante los combates, que son más rápidos y pulidos que en el anterior juego. Bien a puñetazos o bien armados (mejor armados) nos enfrentamos a los enemigos con la posibilidad de bloquear y de hacer una especie de parry, al que respondemos eligiendo la zona en la que golpear. Muy importante también vigilar el nivel de cansancio para no quedar desfondados en mitad del combate.

Aunque al principio es duro y pelear con más de un enemigo supone una muerte casi segura, nos iremos haciendo al combate, mejorando también gracias a las habilidades y trucos que iremos aprendiendo en el transcurso de la aventura. Para esto del combate y para otras «artes» podemos recurrir a un maestro, a los libros…

En el juego será clave también el sigilo, de hecho algunas importantes (y divertidas) misiones se basan en él. Y esa habilidad puede ser una de las más útiles para poder salir victorioso de diversos aprietos, incluso para poder huir.

La exploración del basto mapa que presenta el juego es una delicia. Inmenso y repleto de lugares, personajes, aventuras siempre, para poder perdernos y disfrutar de esta realista aventura. De hecho, una vez acabado el juego, podemos seguir recorriendo los caminos y completando misiones que hayan quedado inexploradas o, por placer, comerciar y seguir expandiendo nuestra experiencia.

Henry, un personaje de su época

Sobre la jugabilidad y sus casi ilimitadas posibilidades podría seguir escribiendo mucho, muchísimo más. Como el progreso del personaje, su complejo sistema de supervivencia cuidando nuestro cansancio/hambre/sueño, el peligro de alcoholizarse, el poder cocinar y crear pociones, el minijuego de los dados, la posibilidad de adquirir una residencia permanente, etc. La profundidad que tiene es asombrosa.

Y eso se nota también en el códice que acompaña al juego y que vamos desbloqueando durante nuestro periplo. Infinidad de información histórica real de lugares, oficios, personajes y un larguísimo etc. Tampoco hay que asustarse ante esa profundidad, ya que podemos acceder a la guía del juego, en cualquier momento, y recordar como se hacía tal o cual cosa. Está todo explicado al detalle.

Por eso Kingdom Come Deliverance 2 también nos exige algo como jugadores: paciencia. Hay que involucrarse, leer, asumir que como juego realista no va a hacer concesiones ni van a suceder cosas «mágicamente».

Y uno de los apartados que más atención nos pide es nuestra pantalla de personaje. Accedemos pulsando un botón y tenemos acceso a toda la información relativa a nuestro Henry: habilidades, características, inventario completo, etc. Desde ahí lo gestionamos todo y desde ahí accedemos también al mapa, a las misiones disponibles, etc. En este caso también está todo explicado al detalle y jamás te sientes perdido.

Sonido y gráficos fuera de serie

Gráficamente es una verdadera maravilla. Desde el modelado de personajes, con sus expresiones y gestos propios, hasta el detalle absurdamente obsesivo puesto en los escenarios. Lo hemos jugado en PS5 y se nota como la exprime casi al límite, notando un ligero retraso en la carga de algunas texturas, pero solo puntualmente. Cualquier defecto/limitación menor de este estilo se le perdona cuando contemplas los hermosos paisajes, las ciudades con la arquitectura de la época, los bosques tupidos y frondosos.

Además el paso del tiempo y el cambio de clima está reflejado con exactitud. El primero por el lógico cambio de luz, que al caer la noche queda todo oscurecido excepto por las pocas antorchas que puedan portar los caminantes con los que te cruces… el segundo cuando, por ejemplo, te pilla una tormenta y sientes con un realismo absoluto como te cae encima el chaparrón y como su ilumina todo con un relámpago cercano. En ningún otro juego he tenido esa sensación tan realista.

A eso contribuye un apartado sonoro de 10. El viento, la lluvia, el cauce de un río, un trueno en la distancia, el aullar de los hambrientos lobos o el piafar de nuestra montura… infinidad de efectos que han sido reproducidos con el mismo detalle que el resto de los apartados del juego. La música también acompaña con unas melodías de época que encajan en cada escena pero, si hay algo que llama la atención en este sentido es, sin duda, el magistral doblaje.

Un doblaje de cine

El juego se encuentra completamente doblado al castellano y, siendo un título con tantísimas posibilidades cambiantes y líneas de guión, debe haber sido una tarea titánica. Nos consta que el trabajo de actores y actrices ha durado meses, pero el resultado es absolutamente maravilloso. Un acierto (otro) porque la narrativa es aquí un pilar fundamental para que funcione el conjunto y, si tras poner tanto empeño en los otros apartados este se hubiera abandonado, el resultado final sería bien distinto. Pero es que han echado el resto en el 100% del juego y por eso está recibiendo unanimidad en críticas positivas.

Aun así tenemos que advertir de algunos errores encontrados. Por ejemplo, la falta de coherencia cuando pactas con algún pnj o adquieres un alto grado de confianza con él/ella y luego te denuncia a las autoridades por entrar en su casa. O cuando dejas a tu caballo y al verlo en la distancia compruebas que está flotando, a «dos palmos» del suelo.

Errores que se pueden solventar en el futuro pero que no empañan la experiencia y, además, son totalmente perdonables en un juego de estas brutales dimensiones. Quedan como una anécdota tras tantas, tantísimas horas, de diversión.

Conclusiones

Estamos ante uno de los mejores rpg que se han lanzado en mucho tiempo, que mira de tú a tú a otros ya considerados clásicos o imprescindibles como The Witcher 3, por ejemplo. Un juego que no descuida ni uno solo de sus aspectos y es difícil decir en cual de ellos destaca más.

Gráficos imponentes y sonido demoledor, con un doblaje impecable que termina de redondear una narrativa sensacional. Lleno de humor, de buenos personajes, de posibilidades y con una jugabilidad profunda en todos sus aspectos: combate, rol, creación, etc.

Son pocas las ocasiones en las que podemos afirmar que un juego brilla en todos sus apartados y, cuando eso sucede, hay que felicitar a sus creadores y sus desarrolladores pero, sobre todo, hay que recomendarlo. Aquí se demuestra que no hacen falta dragones, magia ni orcos para que un juego de este corte sea divertido.

Todo un viaje virtual en el tiempo.