Crítica “Otra Tierra”. Bienvestida de Seda

Rhoda es una joven, que provoca un accidente de tráfico después de saber, que un grupo de astrónomos ha encontrado un cercano planeta con capacidad de albergar vida. Después de pasar varios años en prisión, la chica sale en libertad sintiéndose culpable de lo sucedido. Paseando un día por la zona del accidente, descubre al único superviviente de aquel fatídico día. Intentando poner paz en su espíritu, Rhoda decidirá hablar con él acerca de lo sucedido años atrás.

Como ya dice el refrán: “Aunque la mona se vista de seda, mona es y mona se queda”. Lo mismo ocurre con la película que nos atañe. “Otra Tierra”, por mucho que intenten disimularla, es un drama. Un dramón. Si bien se ha vendido esta película casi como una producción de ciencia ficción, empezando por el mismo título; realmente, y como bien se puede ver en la sinopsis del primer párrafo, la idea de que un planeta idéntico a la Tierra haga aparición en el cielo, no es algo importante para el desarrollo de la historia.

El planeta Tierra 2, así llamado en la película, es un elemento secundario, casi terciario para la trama. Si bien en el inicio de “Otra Tierra” parece que va a ser el eje central bajo el cual va a girar todo, conforme van pasando los minutos pierde ese breve protagonismo de la apertura. El verdadero eje es el accidente de tráfico y las consecuencias psicológicas y humanas que va a producir en la protagonista. Tierra 2 está como un elemento de fondo. Simplemente se utiliza para variar el escenario dónde se produce una historia mil veces tratada. Pero el trasfondo es el mismo.

Veo la idea de la Tierra Gemela como un aspecto desaprovechado. La película intenta crear un ambiente filosófico y metafísico que, sin embargo, apenas llega a rozar. A lo máximo a lo que llega “Otra Tierra” es a citar la siempre genial pero muy básica teoría de la Caverna de Platón y a construir una interesante comparación entre los navegantes antiguos y los viajeros al planeta espejo. Apenas se toca la idea más que interesante de que pueda existir una persona idéntica a ti, un mundo similar o la posibilidad de encontrarte contigo mismo frente a frente. Se hacen breves menciones, pero de una manera muy superficial, sin profundizar en ello. Queda bonito, vende más, pero es lo que menos importa. Un par de escenas en relación al asunto y vuelta al drama personal. Quizás, dando mayor importancia a la Tierra Gemela y creando una comunicación entre protagonistas de ambos mundos, una confrontación de la protagonista consigo misma haciendo frente a sus temores y males, habría dado un toque de mayor profundidad e interés a este trabajo.

“Otra Tierra” es una película muy bien presentada. Aunque sea un drama vulgar y corriente, está presentado de una forma bastante curiosa. La idea del director, es envolver parte de la historia con un ambiente filosófico que la haga parecer, por decirlo de alguna manera, más profunda. Más intelectual de lo que realmente es. Apoya esto con un montaje extremadamente rápido. Planos de muy pocos segundos, apenas cuatro o cinco segundos a lo largo de toda la película. Muchas tomas para una sola escena y uso constante de cámara en mano o de Steady-Cam. Son planos tan rápidos que la película parece más bien una sucesión de imágenes. Entiendo esto como una idea más para despistar, para descolocar y confundir levemente al espectador: Capas de seda. El conjunto general final es correcto. Se presenta una historia plana y conocida de una manera diferente a la normal, jugando con los planos, la cámara y un contexto filosófico. Curioso sin duda.

El final de la película, es un intento de disimular un poquito toda la trama dramática que ha rodeado a la historia. Entiendo el final como un simple e innecesario giro para, una vez más, intentar alejar al espectador de lo que realmente ha sido partícipe. Te has tragado un dramón, pero ahora, te voy a dar un dulce por haber estado ahí hasta el final. Habrá quien se sorprenda, pero la cosa está clara. La mona, mona es.