Críticas de cine
Crítica: «Prometheus», la nueva incursión espacial de Ridley Scott
Resumen de la Crítica
Valoración
Este 2012 estaba marcado como el año en el que Ridley Scott volvería, tras una época de films épicos, al género que le proporcionó un mayor número de adeptos. Si Blade Runner y sus replicantes fue la obra que lo consagró dentro del grupo como denominado "directores de culto", con Alien el Octavo Pasajero se convirtió en todo un referente de la ciencia ficción.
Ya desde hace algunos años iban generándose rumores de una supuesta precuela de aquella película que contaba la supervivencia de la tripulación de la nave comercial Nostromo. Poco a poco el proyecto Prometheus iba tomando forma, al mismo tiempo que, desde la productora y el director, intentaban desvincular el guión de una nueva obra basada en el origen del alienígena mas famoso de todo Hollywood.
El secretismo era notable, y poco o nada se filtraba del que se suponía iba a ser un nuevo empuje a la proyección de un director que desde Gladiator, no ofrecía un film verdaderamente notable y que contase con el favor de la crítica.
Así, con dos meses de antelación, con respecto a nuestras salas, llegaba a las pantallas de medio mundo Prometheus, un film de ciencia ficción que contaba con el handicap de la falsa creencia que íbamos a ver de nuevo en acción al devastador depredador que se enfrentó a la teniente Ripley. Así, el pasado 3 de agosto, tras un par de meses de retraso con respecto a otros países, se estrenaba en el interior de nuestras fornteras una de las obras más esperadas de este verano.
En sistema tridimensional y con posibilidad de disfrutarla en IMAX, nos enfrentábamos a una nueva obra de ciencia ficción de uno de los grandes directores del cine actual. Podemos asegurar que el 3D utilizado en el rodaje está a un gran nivel, consiguiendo perfectamente los efectos de profundidad y añadiendo un cierto punto de espectacularidad a la obra que se agradece especialmente en este género.
La historia, que para muchos puede parecer original, a los que ya estamos curtidos en la ciencia ficción no termina de sorprendernos del todo. Si lo analizamos fríamente, nos da la impresión de haber visto esa situación en alguna que otra ocasión, y no hay que irse muy lejos en el tiempo para reafirmarlo. Si recordamos films como "La Cosa" de John Carpenter o la infame "Alien vs. Predators" de Paul W.S. Anderson encontramos un gran número de detalles que tienen una equivalencia bastante evidente con el film de Scott. En todas ellas hay un grupo de especialistas en distintos campos (paleontología, geología, etc.), hay una búsqueda de vida extraterrestre en un lugar aislado y, en todas, se topan con un ser o seres hostiles que poco a poco irán afectando a la normal convivencia de los protagonistas.
En esta ocasión la acción, que se desarrolla en un planeta a millones de años luz de la Tierra, se reparte entre una construcción extraterrestre y la nave Prometheus, a diferencia de las ya mencionadas donde toda la trama se desarrollaba únicamente en una base polar o en una construcción alienigena. Este hecho provoca que los momentos de tensión se vean duplicados y, a efectos de espectador, tenga que prestar una mayor atención a los distintos lugares donde tiene lugar la acción. Situaciones que se ven magnificadas gracias a unos espectaculares efectos visuales y la espléndida fotografía de Dariusz Wolski.
El sistema de mapeado holográfico , las espectaculares edificaciones alienígenas o la cámara de cirugía de la nave son algunos ejemplos de la gran cantidad de elementos generados por ordenador, que dan habida cuenta de lo que se han cuidado los detalles a la hora de adaptar el guion escrito por John Spaihts y Damon Lidelof. Entre ambos nos presentan una superproducción que contiene todos los cánones de la ciencia ficción y que, continuamente, hace guiños a la obra que introdujo a Ridley Scott en el mundo de los viajes espaciales.
Y es que para llevar cabo esta misión de investigación interplanetaria se contó con la aportación de la oscarizada Charline Theron. La actriz sudafricana se enfunda el mono espacial para representar el rol de Meredith Vickers, la dueña de la Prometheus y una mujer con nervios de acero y muy poca empatía. Su trabajo podemos tildarlo de aceptable, cumpliendo su cometido y poco más. Junto a ella, la verdadera protagonista del film. Conocida por su espectacular interpretación como Lisbeth Salander en la saga Millenium, Noomi Rapace da vida a la doctora Elisabeth Shaw. Su papel es el que mayor protagonismo adquiere a lo largo de los 124 minutos que dura la acción, consiguiendo solventarlo de una manera perfecta convirtiéndose en el auténtico icono del film.
Compartiendo reparto discurren actores mas o menos conocidos como Guy Pierce, Sean Harris o Idris Elba que realizan un buen trabajo pero sin demasiado que ensalzar. Es quizás la interpretación de Michael Fassbender la más destacable de la película, en la que da vida a David, un androide con apariencia humana que recuerda muchísimo al robot Ash de Alien. Su personaje es fundamental en el desarrollo del guión, tomando un protagonismo que en ocasiones, consigue eclipsar el de la doctora Shaw. Sin duda uno de los puntos mas favorables de esta superproducción.
Superproducción que cuenta con las partituras de Marc Streintfeld, un compositor que poco a poco se va haciendo un hueco entre los grandes nombres de las bandas sonoras. Su creación es una mezcla de sonidos melódicos con movimientos cargados de tensión que dan como resultado una composición muy efectiva para el film pero que lejos de este, puede transmitirnos mas bien poco.
Prometheus es la vuelta a los orígenes de un Ridley Scott que ha intentado relanzar su carrera tras una campaña publicitaria que nos vendía un producto totalmente novedoso pero que, subliminalmente, insinuaba un regreso a los orígenes de Alien. A todos aquellos que esperaban ver al ser de doble mandíbula y secreciones bucales de alta acidez, podemos asegurarles que se van a encontrar con una producción que se aleja bastante de lo que ansiaban. Para aquellos que como yo, esperaban disfrutar de una buena obra de ciencia ficción, invitarles a que se dirijan a su sala cinematográfica y se sumerjan en los pequeños detalles que van formando ese puzzle que es Prometheus y quizás, con el paso del tiempo, lleguen a encontrar aquello que en el fondo querían conocer.