Análisis de The Stone of Madness, otra joya indie
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Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración
Recomendable
Muy buena aventura de acción y estrategia, original aunque con sabor de clásico
«Ubicado en los Pirineos, un monasterio jesuita desgastado por el tiempo es el hogar tanto de un manicomio como de una prisión inquisitorial; cinco misteriosos personajes han sido encarcelados entre sus muros bajo diferentes pretextos. Acosados por el castigo cruel, la locura y la desesperación, pronto idearán un plan para escapar de este lugar y de sus malvados habitantes, confiando unos en otros para enfrentar sus miedos más profundos.«
Entre el prolífico e imaginativo mundo de los videojuegos «made in Spain» hay dos títulos que son considerados clásicos por méritos propios. Uno es La Abadía del Crimen, que llevaba a los ordenadores de la época, Spectrum, Amstrad, etc. la trama del éxito literario y cinematográfico El nombre de la rosa. El otro es Commandos, convertido en saga y todo un referente en la estrategia bélica. Seguro que, si no los habéis jugado, los habéis oído mencionar con admiración docenas de veces.
Bien, pues imaginad que los desarrolladores de un tercer juego español de éxito, Blasphemous, deciden crear una mezcla de aquellas dos maravillas. Un híbrido de La abadía del crimen y Commandos. El resultado es The Stone of Madness y el resultado es uno de los mejores juegos que han aparecido en este inicio de año.
Ya lo hemos jugado y os contamos todo lo que se puede contar para animaros a probar esta nueva joya de producción nacional, disponible con precio reducido para PC, PS5, Xbox SerieS/X y Nintendo Switch.
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Sucedió en Los Pirineos
Nos encontramos en Los Pirineos, el norte de España, a finales del S. XVIII, en un monasterio que hace también funciones de hospital psiquiátrico. Allí se encierra a las personas que por alguna razón han perdido la cabeza o tienen algún trastorno. Con un grupo de internos, cada uno con sus particularidades, tendremos que escapar de este encierro y, de paso, descubrir que oscuros misterios esconde el siniestro lugar.
El primero al que conoceremos será Alfredo Martín, un sacerdote encarcelado de manera injusta que, un buen día, presencia como los carceleros se llevan a una joven, a la fuerza. Es una interna, como él, y no ha hecho nada… así que decide investigar para descubrir qué demonios está pasando. En su aventura conocerá a los otros cuatro integrantes del grupo: Agnes, una anciana con poderes «brujeriles»; Amelia, una niña escurridiza; el forzudo pero asustadizo Eduardo; y Leonora, una mujer de armas tomar.
Cada uno con sus virtudes y sus defectos y nosotros, controlando hasta tres al mismo tiempo, tendremos que abrirnos caminos por los peligrosos pasillos y las laberínticas estancias de este monasterio/hospital plagado de enemigos de todo tipo.
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Los cinco inadaptados que deben cooperar
Con vista isométrica y unos gráficos preciosos nuestros protagonistas deambularán en busca del objetivo final: escapar del lugar. Como hemos dicho, cada uno tiene sus habilidades que, combinadas, nos permitirán avanzar por la historia y por el juego… pero también tienen sus propias taras que nos obligarán a pensar mucho las cosas antes de actuar.
El juego mezcla con sabiduría acción y estrategia y siempre plantea un nuevo reto que nos pone contra las cuerdas. Desglosando algunos personajes para que os hagáis una idea: Eduardo es el fuerte del grupo, pero no vale para pelear por su cobardía. Será el encargado de mover objetos pesados, crear puentes o construir pequeñas cosas. Su mayor problema es el miedo cerval que le tiene a la oscuridad, así que tendremos que llevarlo siempre por zonas iluminadas o acompañado de Alfredo, capaz de portar un quinqué. Alfredo también puede exorcizar las almas en pena que vagan por el monasterio, así que será fundamental en algunos lugares. Leonora, por su parte, se puede enfrentar con garantías a los violentos guardas, además de ser capaz de abrir cerraduras… pero le tiene un miedo visceral al fuego. Con estos ejemplos podéis imaginar las posibilidades jugables que da la combinación de personajes (podemos controlar a tres simultáneamente), posibilidades tanto para nuestro beneficio como para nuestro detrimento… porque cada cual tiene su «fobia»
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Hospital de día, hospital de noche
Y es que la locura es un factor importante en The Stone of Madness. Cada personaje será capaz de absorber un nivel de estrés determinado que, una vez superado, nos pondrá contra las cuerdas ya que actuará de manera irracional y nos podrá dejar expuestos, además de que sus trastornos pueden empeorar.
Debemos movernos siempre con sigilo, evitando a los guardas y monjas y demás personajes que nos buscan. El juego te muestra su campo de visión y si será capaz de verte, permitiéndote agacharte y/o esconderte… o bien crear distracciones o engaños mientras huimos en otra dirección. El diseño del mapa se presta a ello, siendo un monasterio/hospital gigantesco, repleto de lugares ocultos, secretos y estancias por descubrir. Y ojo, que deambular de día o de noche tiene claras diferencias… y distinta dificultad. A veces será mejor usar el ciclo nocturno para descansar y recuperar cordura.
Y conforme avanza la trama del juego descubriremos que escapar de aquí será solo uno de los problemas a resolver, porque hay interesantes sorpresas a lo largo de su desarrollo.
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Dibujado a mano con inspiración goyesca
Visualmente se trata de un juego notable. Se nota que los gráficos y las animaciones han sido dibujadas de forma manual, recreándose en otorgar al sanatorio de una personalidad marcada convirtiéndolo en algo imprescindible para la jugabilidad, la ambientación y la personalidad del título. Los jardines, las celdas, la capilla… todo está dibujado de manera pormenorizada y, en este entorno, destacan los personajes, los principales y los pnjs, dibujados con otro tipo de trazo.
Además, desde el primer minuto, notas algo en su aspecto que te resulta familiar… hasta que caes en la cuenta de que está inspirado en las pinturas de Francisco de Goya. Sus colores, la indumentaria de los personajes, todo evoca a la obra del maestro pintor.
En el apartado sonoro, evidentemente, optamos por el español como idioma y aquí encontramos las voces de Pedro Molina, Carla Ravelo, Ramón Martínez o Ramón Canals, veteranos actores de doblaje en esto de los videojuegos. Los efectos y la música son discretos, lo que hace que no termine por ser un aspecto remarcable pero al mismo tiempo acompañan con el estilo de juego que tiene el título, más relajado y orientado a «pensar antes de actuar»
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Conclusiones
Dos años después de Blasphemous 2 la gente de The Game Kitchen lo vuelve a hacer. Crean un juego antológico y genial tomando como base nuestro folklore patrio, lo adaptan y lo mezclan con nuestra cultura y lo sazonan con una jugabilidad poco explotada últimamente. El resultado es esta maravillosa sorpresa que terminará posicionándose como ya lo hicieron sus anteriores juegos, una de esas obras indie que destacan con brillo propio.
Por supuesto tiene defectos, como una curva de dificultad lenta y algunas situaciones de ridícula resolución… o como la difícil manera de hacer que en ocasiones los personajes interactuen… o su escasa duración compensada solo por dos maneras de resolver el juego. Defectos que no empañan la obra en su aspecto general, porque estamos ante un sensacional título que merece ser mencionado como heredero de esos dos grandes juegos con los que empezábamos esta entrada.
Junto a la Abadía del crimen y a Commandos, ahora está este The Stone of Madness. Para no perdérselo.