Análisis de Taito Milestones 3, para Nintendo Switch.

Taito vuelve a la carga trayendo una buena dosis de nostalgia con Taito Milestones 3, la tercera entrega de esta serie, con diez títulos que marcaron los 80 y los 90.

Máquinas arcade míticas.

Editado por Taito y United Games Entertainment Gmbh,publicado por ININ Games y contando con su edición física en España, de la mano de Meridiem Games, los usuarios de Nintendo Switch podrán disfrutar de una de las mejores selecciones hasta la fecha de títulos clásicos, tanto para uno como varios jugadores en modo local, rememorando aquellas partidas en los salones recreativos de antaño.

Iniciando el título accederemos a un menú inicial muy sencillo, en el cual se nos presentaran las pantallas de los diez títulos disponibles, que son los que os indicamos a continuación:

• Bubble Bobble
• Rainbow Islands
• Rastan Saga
• Rastan Saga 2
• Champion Wrestler
• Cadash
• Thunder Fox
• Runark
• Warrior Blade
• Dead Connection

Títulos para todos los gustos.

Muchos de vosotros conoceréis la mayoría de títulos, pero tanto para aquellos que los hayáis disfrutado en su momento como para quienes no tuvieron la suerte y desean conocer que se van a encontrar en esta colección, voy a desgranar un poco de que va cada uno:

Bubble Bobble: En este título controlaremos a los dos dragones Bubby y Bobby, adentrándonos en un centenar de niveles a base de disparar burbujas para acabar con los enemigos que nos vayan apareciendo en cada uno de ellos.

Rainbow Islands: La segunda parte de Bubble Bobble, en la cual manejaremos las versiones humanas de Bubby y Bobby en un mundo en el cual nos desplazamos lanzando arco iris y subiendo por los mismos en cada uno de los niveles del título.

Nuestro Conan particular.

Rastan Saga: Aquí tomamos el rol de un guerrero, el cual recuerda en gran medida el mítico Conan, embarcándonos en una aventura repleta de enemigos y peligros, dentro de un mundo fantástico. Un juego mítico y difícil.

Rastan Saga 2: La continuación de Rastan Saga, con unos gráficos un tanto exagerados y unos movimientos más toscos, pero consiguiendo una experiencia jugable bastante divertida en su conjunto, al añadir multitud de armas y mejoras para las mismas.

Acción y tortas.

Champion Wrestler: Un buen juego de lucha libre, en el cual podremos elegir entre varios luchadores y meternos de lleno en el ring para acabar con nuestros rivales a base de patadas y lanzamientos contra las cuerdas, entre otros.

Cadash: Este título es bastante interesante, pues nos introduce en todo un RPG, debiendo abrirnos espacio por diferentes mazmorras lineales, enfrentándonos a peligros con una vista lateral y ganando oro, experiencia y objetos mientras avanzamos en nuestra aventura, ya sea en solitario o con compañeros.

Thunder Fox: Aquí nos encontramos un título para uno o dos jugadores, con un scroll lateral y un modo de juego que recuerda a juegos beat’em’up con disparos, al más puro estilo Metal Slug.

Esencia arcade.

Runark: Todo un beat’em’up, para hasta cuatro jugadores, en una aventura cuya historia nos mete en la piel de defensores del tráfico de animales salvajes, con una estética a lo Indiana Jones y mucha acción, armas, enemigos y jefes finales.

Warrior Blade: La tercera entrega del mítico Rastan Saga, siendo en esta ocasión un beat’em’up de scroll lateral para uno o dos jugadores, con unos gráficos muy coloridos y detallados.

Dead Connection: Este es sin lugar a dudas una joya que no habiamos podido disfrutar en ningún recopilatorio y que nos llega directamente, ofreciéndonos un juego frenético, ambientado en el mundo de la mafia y que nos presenta diferentes escenarios para uno o dos jugadores, donde deberemos acabar con un número determinado de enemigos para avanzar al siguiente nivel, destacando el poder destrozar todo el entorno y desplazarnos en diferentes alturas, disparando en todas las direcciones.

Recuerdos a flor de piel.

Como podréis observar, nos encontramos ante un recopilatorio con variedad de títulos y una muy buena selección, con la cual pasaremos buenos ratos, disfrutando solos o en compañía de amigos.

Lo único que cabe destacar es el hecho de que únicamente contaremos con un escueto menú principal, en el cual se nos presentan los diez títulos sin más, con una música de fondo. Luego, cuando elegimos cualquier título, nos aparece una pantalla indicando los controles y pasaremos directamente a la carga del juego, pudiendo acceder a un menú de opciones donde configurar aspectos del título, si queremos marco en la pantalla, tipos de resolución y la posibilidad de acceder a un pequeño manual del juego, entre otras opciones.

Pero ha faltado mimo.

Es una lástima que la versión de Dead Connection que se nos presenta en este recopilatorio, únicamente consta de textos en japonés, no pudiendo entender algunas partes que se nos cuentan de la historia. Hubiese estado bien poder cambiar el idioma en las opciones, por ejemplo.

Nos encontramos ante títulos que van desde 1986 a 1992, mostrando a su paso la evolución gráfica de la época y dejándonos atisbar hacia donde se iba dirigiendo la industria del mundo de los videojuegos arcade. Resulta curioso como cada título consigue engancharnos y hacernos disfrutar de trepidantes partidas, con esa magia retro, tan casual hoy en día, pero que por aquel entonces nos hacía soñar con mundos espectaculares, repletos de acción y peligros.

Conclusión.

Personalmente, he echado en falta un mayor cuidado a nivel de menús y opciones. También la posibilidad de que se hubiera añadido un poco de la historia de cada videojuego, con algunos bocetos, entrevistas, imágenes, etc., al igual que hemos podido disfrutar con el recopilatorio de Atari, o más recientemente, con el de la historia de Tetris.

Por lo demás, si estáis buscando un buen recopilatorio, sin demasiadas florituras, pero ofreciendo títulos muy divertidos, y con el añadido del divertidísimo Dead Connection, no dudéis en haceros con Taito Milestones 3.

En estas fechas navideñas, tenéis una buena escusa para juntaros con familiares alrededor de la consola y echar unas partidas rememorando aquellos maravillosos años, donde tener cinco duros era una puerta a la diversión.