Críticas de videojuegos

Crítica: «Dead Rising Deluxe Remastered», gloriosa resurrección

Gráficos
Sonido
Jugabilidad
Duración

Muy recomendable

Casi veinte años a sus espaldas, un clásico ya, que merecía esta estupenda revisión. Impecable Capcom

Valoración de los Usuarios Be the first one !

Dead Rising era uno de esos juegos que excusaban la compra de la Xbox 360. Los amantes del género zombi, ya a vueltas con los Resident Evil y clones, gozábamos sin límites con la posibilidad de recrear, en plan cafre y divertido, la fantasía de quedar encerrados en un gran centro comercial durante una pandemia zombi. Algo así como El Amanecer de los Muertos, pero en primera persona. Bueno, en tercera.

Su protagonista era un tipo con carisma, Frank West. Un fotógrafo de prensa rudo con aspecto de haberse escapado de un episodio de Los Soprano. La combinación de este protagonista carismático, el apocalipsis vivido en el centro comercial y la apuesta contra-reloj del juego daban como resultado un vibrante título que quedó muy grabado en los jugadores y marcó el inicio de una franquicia.

Después de casi veinte años, que se dice pronto, regresa este Dead Rising, pero lo hace adaptándose en todo a los nuevos tiempos y bajo un engañoso título: Dead Rising Deluxe Remastered (DRDR). Engañoso porque esto no es un «remaster», sino un remake en toda regla.

Ha cambiado todo para seguir siendo el mismo juego, divertido y vibrante, tantos años después. Explicamos esta contradicción en los siguientes párrafos, pero os adelantamos que tenéis la resurrección de este clásico, una verdadera maravilla, disponible para PS5, Xbox One y PC (STeam) desde el 19 de septiembre. La versión física llegará el próximo 8 de noviembre... pero no hemos podido esperar.

Siempre con estilo, vestimos y peinamos a nuestro prota

Una pandemia en un centro comercial

Nuestro protagonista, un arrojado fotógrafo, decide investigar por qué el ejército ha acordonado Willamette, en Colorado. Algo oculta el Gobierno y Frank West está dispuesto a averiguarlo, cámara en mano, alquilando un helicóptero y sobrevolando la zona. Ya las primeras fotos que conseguimos muestran que la locura homicida se ha adueñado del lugar, donde vemos como unos vecinos atacan a otros así que, para asegurarnos la noticia, vamos a pedir al piloto que nos deje en la azotea de aquel centro comercial, el Willamette Parkview.

Y ese será el comienzo de la pesadilla… y la diversión.

Así arranca Dead Rising, con nuestro prota en un centro comercial en el que debe colaborar con otros supervivientes para sobrevivir y, si puede, averiguar qué demonios ha pasado. Por el camino podemos rescatar y ayudar a la gente que queda, viva, en distintas zonas de este grandísimo centro de ocio. Pero cuidado, que también es refugio de algunos peligrosos personajes, delincuentes, y de algún que otro psicópata que ha quedado «tocado» tras la pandemia zombi.

Y no nos olvidamos, por favor, de los miles de zombis que deambulan por todos lados.

Curiosa manera de matar zombis… sartén incandescente en la cara!

La clave del juego: la diversión

La premisa es bien sencilla. Tenemos 72 horas para estar en el Willamette Parkview (unas 10 horas de juego). Tras este periodo de tiempo el helicóptero volverá a recogernos y más vale que estemos en la azotea, porque el ejército va a saltarlo todo por los aires.

En ese periodo de tiempo cerrado tenemos libertad total para hacer lo que queramos. Podemos centrarnos en averiguar que ha pasado siguiendo las misiones de la historia… podemos dedicarnos a salvar gente… podemos capturar delincuentes o derrotar peligrosos tarados… o podemos centrarnos en sobrevivir y disfrutar de zombicidios de todo tipo. Una cosa u otra, porque todo no da tiempo. De hecho, Capcom asegura que es imposible rescatar a todos en una sola partida. Así que tenemos que escoger qué hacer sin renunciar, eso sí, a la más adrenalítica diversión.

Una vez acabado el juego, de la manera que sea, podremos volver a intentarlo y, sin spoilear, ya cambiarán las condiciones para que podamos explayarnos un poco más (Nuevas Partidas, Nuevos Modos de Juego). Y si queremos ver los distintos finales, no hay más remedio que volver una y otra vez.

La sombrilla anti-zombis

Mil y una formas de re-matar zombis

Era y es uno de los fuertes de Dead Rising. Poder acceder a todo tipo de objetos y usarlos como armas contra los zombis. Desde pegarles con un peluche, con palos, arrasarlos con el cortacésped, usar armas de fuego, explosiones, bolos de bolera (y hacer un strike con zombis), cajas, brazos amputados, sillas, macetas… la lista sería interminable y cada una tiene sus propios y divertidos efectos, como el de la captura de arriba: calentamos una sartén al fuego y se la ponemos en la cara a un zombi.

Lanzar, golpear, disparar y correr. Y nuestro personaje sube de nivel aumentando sus parámetros al tiempo que conseguimos nuevos golpes, movimientos, etc. Tal versatilidad hace que el juego sea un festival de destrucción y, a poco que seamos imaginativos, inventaremos nuevas fórmulas de destrucción. Pero si incluso podemos crear cócteles para obtener ventajas y ser más letales, más rápidos, más duros.

Un número limitado de objetos en el inventario, cuya capacidad irá aumentando con nuestra evolución, así como unos cuadrados (igual que la versión antigua) determinan nuestra vida y que podremos recuperar consumiendo alimentos. Curioso medidor de recuperación con el que una manzana apenas recupera un cuadrado y una botella de vino recupera toda la que habíamos perdido.

Los zombis no… los psicópatas sí dan miedo

Hay que jugar con cabeza, y estilo

Queremos decir que el juego está pensado para que lo pasemos bien escamochando zombis y no para que nos obsesionemos cumpliendo misiones y salvando gente. Si hacemos esto último vamos a quedar frustrados, pues los PNJs mueren y son devorados con facilidad y el tiempo pasa, inexorable, mientras misiones ubicadas en distintos puntos suceden simultáneamente.

Quedarse anclado (por ejemplo) en la eliminación de un duro psicópata es un error, al menos en las primeras partidas. Una vez que nos conocemos el lugar, sus muchas tiendas y posibilidades, y somos más duros y más fuertes… ese es el momento de volver.

Y ya puestos, hacerlo con estilo. Entre las muchisisisimas cosas que se pueden encontrar tenemos ropas y complementos. Las tiendas nos van a proveer de todo esto, no solo de armas. Y para la ocasión, se da la posibilidad de vestir a Frank de las maneras más divertidas. Algunas emulan personajes clásicos de Capcom y otras son puras frikadas. Vamos, que podemos incluso jugar vestidos de mascota o de Rikuo (Darkstalkers) o de Nemesis del Resident Evil 3, entre muchos otros.

Quizá el vestido no sea la mejor ropa para matar zombis

La fotografía es un Arte

La cámara forma parte importante del juego. No solo para completar coleccionables y cosas así, sino para conseguir puntos y salvar ciertas misiones. Se nos puntuará la calidad de la foto, el riesgo, etc. y obtendremos una calificación en cada disparo dependiendo de estos y otros factores. Como novedad en este DRDR encontramos filtros para la cámara pero también restricciones: ya no nos valoran las fotografías sexys. El signo de los tiempos manda.

Pero las novedades van mucho, mucho más allá.

Un juego nuevo

DRDR ha sido rehecho desde cero usando el RE Engine que tan bien le ha salido a Capcom con los remakes de Resident Evil. El resultado es un juego con gráficos actuales y con un centro comercial Willamette como nunca se había visto. Sigue siendo el mismo de antes, pero se ve como nunca. Lo mismo pasa con los zombis y con los pnjs, supervivientes y dementes, aunque es cierto que algunos tienen mayor carga gráfica que otros. Eso se traduce en que algunos se ven actualizados, sin más, mientras que otros son sorprendentemente reales.

Los personajes principales, Frank incluído, por supuesto gozan de la misma mejora… pero en ocasiones se ven acartonados. Es raro, como si algunas escenas estén más elaboradas y cuidadas que otras. Pero como sea, el juego luce como lo que se espera en un título de nueva generación. También lucen de maravilla las animaciones dedicadas a distintas muertes de enemigos o ataques, tanto provocados como sufridos por Frank.

La IA de los PNJ ha sido mejorada… pero no siempre. Mientras que algunos se defienden y reaccionan de manera más rápida de lo que recordamos, otros siguen siendo torpes y descontrolados, llegando a quedarse enganchados con obstáculos del camino. Muy frustrante esto cuando están rodeados de zombis y no son capaces de seguir nuestras órdenes sin esquivar, por ejemplo, un mostrador

Los controles también han sido actualizados (aunque se pueden poner los controles clásicos). Dicha actualización tiene su punto fuerte en el hecho de que ahora Frank puede disparar mientras se mueve, haciendo de nuestro personaje un blanco menos vulnerable.

Una de las habilidades a desbloquear: caminar sobre zombis

Te entiendo, Frank

Entre las muchísimas mejoras que incluye DRDR hay una que destaca: el doblaje al castellano. Todos los personajes han sido doblados por actores y actrices, dando una experiencia totalmente cinematográfica a las escenas del juego. Los gritos de ayuda, de auxilio, las órdenes, todo ha sido doblado. Como ese impresionante detalle del walkie, que si en medio de una comunicación nos atacan o tenemos que cortar… una vez restablecida la calma retomamos la conversación donde se quedó. Incluso pueden echarnos en cara que les hayamos cortado y dejado con la palabra en la boca!

No menos importante es el hecho de que ahora podamos grabar la partida de manera manual en muchos puntos del mapa. Además de que el juego graba, automáticamente, de forma constante. Esto permite que retomemos la partida, o que resucitemos, en zonas cercanas sin perder mucho progreso. Era uno de los problemas del juego original, que contaba con poquísimos momentos de guardado.

Algunos de los disfraces del juego… como el Frank West original

Conclusiones

Hay mucho más. Las novedades y añadidos parecen estar pensados con cuidado para que este remake sea un homenaje y al tiempo (casi) un juego nuevo. Gráficamente funciona de lujo, su doblaje lo hace más inmersivo, su posibilidad de guardar partida permite que sea más accesible y cercano. Y su temática, pues parece que no pasa nunca de moda.

Las horas y horas de diversión cafre que permite DRDR lo convierten en un remake que no sabíamos que necesitábamos. Y con sus «cosillas» aun por pulir, es una de las apuestas más divertidas de la temporada. Los que ya lo jugaron lo van (vamos) a redescubrir y, aquellos muchos que no llegaron a catarlo, comprobarán lo divertido que es machacar zombis de cien mil maneras diferentes.

Casi no nos acordábamos de esta franquicia, pero todo apunta a que, como sus silenciosos protagonistas, va a resucitar.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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