Crítica: «Parasomnia». La delgada línea entre el sueño y la realidad.
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Una premisa interesante que no tiene muy claro hacia dónde quiere ir.
La parasomnia es una interrupción anormal del sueño que provoca que las personas que la padecen lleguen a hablar dormidos, puedan ser sonámbulos o sufran terrores nocturnos. Esta definición ya nos pone en contexto sobre el nuevo trabajo de Cullen Bunn, autor que se maneja muy bien en el género del terror y el misterio como demostró en «Historias de Harrow County» de Dark Horse. En este nuevo proyecto, al guionista le acompaña el fantástico dibujante Andrea Mutti, al que conocemos por obras como «La Sociedad Paranormal Británica». Juntos se embarcan en una historia en la que sueño y realidad se entremezclan y están separados por una delgada línea que cada vez es más difícil de distinguir.
Todo comienza con un vagabundo sucio y desaliñado del que no conocemos su identidad. Vive en las calles y duerme refugiado debajo de un puente, en un banco del parque o donde buenamente pueda. Está desesperado ya que su hijo fue secuestrado y ese hecho tan desolador lo ha consumido. Durante el día, mientras está despierto, tiene que lidiar con la policía, defenderse de las agresiones de otras personas y sufrir los problemas de vivir en la calle mientras continúa con la búsqueda de su pequeño, pero todo cambia radicalmente cuando el protagonista duerme, ya que en sus sueños se transforma en una especie de Solomon Kane, de Robert E. Howard, que a lomos de su caballo y espada en mano va tras los pasos del niño desaparecido. No es una tarea fácil ya que una secta que pretende apoderarse del mundo de los sueños trata de impedírselo. A eso hay que añadirle otro problema, y es que cuanto más tiempo pasa soñando, más le cuesta diferenciar el mundo onírico del real hasta el punto de que si no tiene cuidado, podría llegar a perderse en él.
El guión que nos plantea Cullen no es nuevo, la combinación de una vida en el mundo de los sueños y otra muy diferente en el mundo real ya la hemos visto en otras obras como la archiconocida «Sandman». «Parasonmia» juega esa baza y realmente plantea cosas interesantes sobre todo en las primeras páginas, pero el guionista intenta darle a la historia un toque enigmático y de misterio que resulta tan forzado, que el resultado acaba siendo caótico y desordenado. En el número 4 intenta darle un poco más de empaque y pone las cartas sobre la mesa pero aun así no consigue solucionarlo. Tampoco ayuda que la historia se quede abierta a la espera de un segundo volumen ya que el final de este tomo plantea muchas más dudas que respuestas.
Donde sí que sobresale este cómic es en el apartado artístico. El trabajo de Andrea Mutti es brillante sobre todo en el color, ya que el uso de acuarelas con colores apagados le da ese toque todavía más enigmático que va fenomenal con el tono que Cullen intenta darle al guión. Cada viñeta es como una pintura y el uso del rojo en la capa y el gorro del protagonista resalta todavía más en medio de esos colores apagados y ensombrecidos.
Es realmente difícil hacer una valoración de esta obra sin su conclusión ya que no tenemos claro hacia dónde va la historia y qué quiere contarnos realmente. No es que sea confuso estar entre el sueño y la realidad ya que los dos mundos están bien definidos, el problema es que falta demasiada información y la sensación al finalizar el tomo es de frustración más que otra cosa. Tal vez cuando esté terminada y llegue a su resolución puede que el resultado cobre sentido. Eso sí, solo por el trabajo del italiano Andrea Mutti esta obra gana muchísimos enteros y merece la pena.
El volumen incluye los cuatro primeros números de Parasomnia, publicados por Dark Horse entre junio y septiembre de 2021. Al final del tomo encontramos contenido extra con las cubiertas originales de Cullen Bunn y Andrea Mutti y un portafolio de bocetos comentado.
Editorial: Planeta Cómic.
Guion: Cullen Bunn.
Dibujo: Andrea Mutti.
Páginas: 120.
Precio: 17,95 euros.
Presentación: Cartoné.