Crítica: «Baldur’s gate III» versión Xbox Serie S
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Imprescindible
El mejor RPG hasta la fecha. Por historia, por libertad de juego, por todo.
Olía a GOTY. Desde su lanzamiento a finales del pasado verano este juego se convirtió en una referencia dentro del RPG por turnos. Nosotros tuvimos la suerte de probarlo en acceso anticipado, cuando todavía se estaba perfeccionando, y ya apuntaba maneras. PC y PS5 fueron las plataformas afortunadas y desde las que se lanzó el aviso de que este juego era algo a tener en cuenta. Sin embargo, los ususarios de Xbox quedaron (quedamos) huérfanos de él.
Aunque algunas voces hablaban de exclusividad, lo cierto era que la versión de Xbox simplemente se había retrasado por culpa de la Serie S, de menor potencia que PS5 y Serie X, causando quebraderos de cabeza a los desarrolladores de Larian Studios que estaban teniendo verdaderos problemas para optimizar el juego en la Serie S de Microsoft. Problemas con el cooperativo, lo más cantado, que hacían posible la salida del título en Xbox sin dicha opción.
Pero fueron pasando las semanas y el agitado mar de los rumores se fue calmando. Y se confirmó que Baldur’s gate III llegaría antes de acabar el año a Xbox SerieS/X… pero no se habló de fechas. Y ahora sabemos por qué.
Microsoft había apostado por que este juego se iba a llevar el GOTY y esperaban, pacientemente agazapados, a que le entregarán el galrdón para lanzarlo a la venta. El momento ha llegado y nosotros lo hemos jugado en Serie S, para contaros si, siendo usuario de este sistema, merece la pena atreverse con él.
El mejor rol en Xbox SerieS/X
A estas alturas, con tantísima tinta (virtual) empleada en analizar el juego, es un poco absurdo ahondar en según que cuestiones, así que pasaremos rápido, pero pasaremos, por temas tales como la historia, la jugabilidad, etc. Vamos a ello…
Esta tercera entrega inspirada en el universo Dungeons & Dragons nos sitúa como prisioneros a bordo de una nave. Los azotamentes, esos malvados monstruos de aspecto lovecraftiano, nos han capturado y nos inoculan en el cerebro, sin anestesia y vía cuenca del ojo, un parásito la mar de desagradable. Entre gritos y sufrimiento comprobamos que nuestro destino parece sellado y que no somos los únicos cautivos… pero la nave va a sufrir el ataque de distintas facciones, que le obligará a hacer saltos/teletransportarse y, finalmente, caerá estrellada en una playa.
Toca seleccionar personaje. Aquí tendremos que pensarlo muy bien, pues será nuestro avatar durante toda la aventura. Las opciones son tremendas ya que se nos da la posibilidad de crear un héroe de cero: su aspecto, su oficio, algunas habilidades… Pero también podemos elegir entre uno de los héroes ya existentes y, como la variedad es tan rica y diferente, nos va a costar inclinarnos por uno u otro.
Así empieza nuestra aventura, como uno de los pocos supervivientes. Tendremos que localizar a otros y formar una alianza que tendrá como objetivo extirpar ese parásito cerebral que puede eclosionar en cualquier momento. La playa y el bosque cercano conforman el mapa inicial, pero esconde varias sorpresas…
Tú eres parte activa
A partir de aquí nos callamos porque la aventura la creas tú mismo con tus decisiones y acciones, y porque es un inicio intenso y exigente que vale la pena experimentar por uno mismo. Solo diremos que vamos a tener que involucrarnos en un pequeño conflicto entre los habitantes del bosque, refugiados y atemorizados… y un campamento de goblins que los quieren expulsar de la zona. A quien ayudemos o qué decidamos hacer será determinante, cada acción importa. Este inicio es una muestra de lo que nos espera a lo largo de las más de cien horas que encierra el juego.
Los mapas de BGIII son inmensos y repletos de personajes con los que hablar, negociar… interactuar, en definitiva. Algunos nos ofrecen pistas o se muestran amigables y otros son abiertamente hostiles. Si no queremos andar a palos todo el tiempo tendremos que medir nuestra diplomacia y leer bien las lineas de diálogo entre las que podemos optar para conversar con ellos. Pero no siempre será una elección sin más, ya que en muchas ocasiones tendremos que «tirar los dados» y superar una tirada de Inteligencia, Persuasión, Historia… o lo que toque. Un sistema que a los jugadores de rol de toda la vida, los de dados de veinte caras y hojas de personaje en papel, les va a encantar.
Y esto que decimos para interactuar con otros PNJs vale para todo en el juego. Las posibilidades de interacción con el entorno son casi ilimitadas, lo que permite resolver las situaciones de todo tipo de varias maneras posibles. Por ejemplo, el jugador que va «a saco» a los combates no durará mucho. Baldur’s gate III no es como los demás juegos. Aquí hay que planificar y, volviendo al ejemplo, podemos evitar un enfrentamiento si nos internamos en el campamento de los posibles enemigos y echamos veneno en ese caldero que están a punto de comer. Eso sí, con cuidado de que no nos vean.
Libertad para jugar, pero con cautela si quieres sobrevivir
Cualquiera que haya jugado a Baldur’s gate III va a hacer referencia a esa abrumadora libertad de acción y posibilidades que brinda el juego. Y además lo hace de forma sencilla, con una vista aérea que podemos acercar a placer y mover libremente sin perder un atisbo de calidad en los gráficos. Para completar las acciones tenemos que pulsar un gatillo para abrir un círculo en el que se despliegan las distintas opciones, y volviendo a pulsar el gatillo nos desplazamos por más círculos con más acciones. Correr, saltar, usar hechizos o pócimas, hablar con los animales, esconderse… hay infinidad de posibilidades.
Los combates funcionan de la misma manera. En el momento en el que se inicia una contienda el tiempo se para y tenemos que acceder a esos círculos de acciones para elegir qué hacer con cada personaje. Bien atacar cuerpo a cuerpo o a distancia, bien movernos, bien curar a un aliado… La planificación y la estrategia cobran protagonismo pero sin agobiarnos, pues no hay límite de tiempo.
Y así podemos seguir escribiendo y escribiendo sobre el juego, sobre su argumento fantásticamente narrado y en el que nosotros participamos activamente, sobre sus personajes. Pero, como antes hemos adelantado, ya todo está dicho y solo falta centrarse en las diferencias que sufre esta versión de Serie S.
Problemas en la version Serie S, pero sin gravedad
Para empezar, aclarar que el juego es el mismo. Tiene todo lo que ofrecen las otras versiones, modo cooperativo incluído. Así que a nadie debería echar atrás jugarlo en la versión Xbox, a no ser que sea muy exigente con el tema gráfico porque adolece de algunos problemas, menores, en su versión Serie S.
Los problemas que presenta esta versión son reales, pero no determinantes. Y son tales como la carga de texturas, que a veces no llegan a aparecer hasta pasados unos segundos. Cuando es una escena de video (solo pasa en este tipo de escenas) y el plano cambia, vamos a comprobar como la Serie S tarda en cargar esos magníficos acabados que luce el juego. La piel roja y ardiente de Karlach, los tatuajes de Lae’zel… pequeños detalles que te llaman la atención y que no sufren sus versiones de consolas más potentes.
También nos hemos encontrado con algunos combates en los que los enemigos tardan en reaccionar. Imaginamos que hay tantas variables y posibilidades que la fluidez queda sacrificada por la falta de potencia. Eso mismo nos ha pasado (solo en una ocasión) cuando ha caido uno de nuestros personajes. En ese lapso de tiempo en el que está desvanecido y aun no ha muerto se quedó trabado el juego y le costó unos minutos volver al ritmo normal.
Disfrútalo también en Serie S
Por último, y lo más molesto de lejos, es el problema que presenta el juego tras cargarlo. En el momento de escribir esto todavía no se ha solucionado, pero es lógico pensar que se trata de cuestión de tiempo. Resulta que cada vez que cargas una partida, la primera vez en arrancar el juego, te devuelve al menú de la consola. Vuelves a cargar la partida… y ya funciona. Esto nos ha pasado sistemáticamente en cada ocasión desde que el juego fue lanzado. Menos mal que la velocidad del disco duro no hace la espera demasiado larga, pero es incómodo, sin duda.
Y estos son los problemas «detectados» en esta versión supuestamente menor. No hay más. Por eso no creemos que sea determinante para nadie que tenga una Serie S, que no le impida disfrutar de esta maravilla rolera.
Decir que marca un antes y un después es ya un tópico, pero es cierto. Baldur’s gate III indica el camino a seguir, combinando gráficos de última generación con algo todavía más importante: la libertad de elección y la capacidad de interactuar con casi todo y todos. La fusión perfecta de un juego de rol de tablero, con su Master y todo, y un videojuego puntero.
Más allá de los problemas mencionados más arriba se nos ocurre que la mayor pega que puede presentar el juego es la intimidación. No es normal enfrentarse a un juego con tantísimas posibilidades y sin duda muchos usuarios quedarán abrumados en los inicios de la aventura. Una pena. Si te sumerges en estos reinos de fantasía, pasarás a formar parte de ellos.
Baldur’s gate III sigue siendo uno de los mejores del año. En Xbox SerieS/X, también.