Crítica: «Red Room. La Red Antisocial», no apto para sensibles
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy Recomendable
Un cómic crudo y terrorífico, gore y desagradable... incluso inquietante
Después de leer Red Room te recorre una desagradable sensación por el cuerpo. Igual que al terminar de ver Tesis, o Hostel. Esa inquietud de sospechar que aquello que acabas de ver/leer puede darse en la vida real. Ed Piskor quiere agitarnos y agitar nuestros estómagos… y lo consigue. Pero voy a explicar un poco el contexto para que se entienda todo.
Las Red Room, las Salas Rojas, son algo así como la evolución de las películas snuff. Al igual que se hace en onlyfans, que los voyeres pagan por ver a su chica/o y le piden que haga esto o aquello, en las Red Room se producen ejecuciones a petición del público… o dejando que el torturador de rienda suelta a su «creatividad». Estas Red Room no son de fácil acceso por las lógicas restricciones legales, así que solo se puede acceder a ellas a través de la dark web y previo pago, siempre en bitcoins para evitar rastreos.
Lo que se ve en estas salas es tan horrendo, vomitivo y salvaje que será mejor no entrar en detalles. Bien, tras leer el cómic es inevitable echarse a investigar qué hay de verdad detrás de estas perversas Red Room y, después de escarbar y buscar durante horas, adelanto con cierta tranquilidad que hay más de mito y leyenda urbana que de realidad. Hay varios artículos que describen la imposibilidad de que esto se produzca tal y como narra el cómic del que ahora os hablaré: limitaciones técnicas para el visionado streaming, el seguimiento al que se sometería por parte de la justicia, etc. Un buen montón de argumentos que, menos mal, dejan esto de las red Room dentro de las leyendas urbanas.
Aclarado esto, pasamos a hablar del cómic.
Ed Piskor es un autor muy personal y reconocible dentro del panorama del cómic, con un estilo cercano al underground y con una fuerza en su narrativa visual realmente poderosa. Consciente de ello, este cómic de género terror/gore le viene de perlas.
En él nos habla de distintos personajes relacionados con estas Red Room. Aunque al principio parece que se va a centrar en un grupo organizado (Producciones Pentáculo), que se disputa el pódium de los más vistos y con más recaudación, pronto se irán bifurcando los caminos y conoceremos a otros protagonistas… a veces víctimas y a veces familiares, a veces verdugos y a veces investigadores… cuyas vidas están solo conectadas por esta horrenda moda de streaming.
Como el autor dice en las notas del final del tomo, es algo parecido a Balas Perdidas, con historias cruzadas y vidas paralelas. Vidas y personajes en los que quiere seguir indagando en un futuro.
Si os atrevéis a adentraros en Red Room estad preparados. Vais a ser testigos de las más brutales torturas, además de poder leer los comentarios de los espectadores en tiempo real. Sangre, mutilaciones, vísceras y creatividad maníaca que nos pondrán los pelos de punta y nos harán removernos durante la lectura. Porque el estilo gráfico de Ed Piskor es extremadamente realista y pone mucho cuidado en que veamos, con todo lujo de detalles, como se producen los asesinatos.
Avisados quedáis.
Pero aunque se trata de lo más llamativo, tenemos que insistir en la historia que acompaña a tanta sangre. Personajes cotidianos que lidian con este inframundo de terrorífico espectáculo… unos serán causantes de ellos y otros terminarán siendo víctimas, o consumidores del producto. Casi todos los espectros de posibles personajes relacionados con las Red Room se entrecruzan a lo largo del tomo.
A veces Ed Piskor nos pilla a contrapie y tardamos en entender que ha cambiado de marco temporal… o abandona unos personajes cuya trama queda a medias para centrarse en otros. Promete seguir con la serie, pero al ser solo una primera toma de contacto nos quedamos con ganas de más desarrollo. A destacar ese grupo de pervertidos que forman Producciones Pentáculo, comandados por una cruel e inteligente jefa que responde al nombre de Dama Pentáculo. Como nunca veremos sus rostros (y así, pueden ser cualquier personaje que vemos en otras escenas) el autor diferencia los bocadillos de cada uno, para que sepamos en cada momento quien habla.
El cómic está lleno de reflexiones y de datos «reales» que circulan sobre ese fenómeno que es (o son) las Red Room. Hay tantos y tan variados que se torna una lectura incómoda porque, como algo de esto sea real… es para echarse a temblar.
Para terminar, mención honorífica a la edición de Planeta Cómic que bebe de la reedición de Fantagraphics y reproduce no solo los primeros números de la que esperemos sea una serie más larga, sino que recopila los sensacionales materiales extras. Bocetos, páginas originales y lo más impresionante: los comentarios del autor. Página a página nos narra detalles de como lo hizo, lo dibujó, se documentó, etc. convirtiendo esta edición en algo imprescindible para los amantes del cómic gore y del autor.
Nada que ver con sus X-Men. Bueno, sí, que mantienen vigente el talento de este joven artista entregado al cómic y que cosecha premio tras premio. Red Room no va a ser una excepción y ya esperamos nuevas entregas de la que es, hoy por hoy, la serie más bestia e inquietante del mercado.
- Red Room. La red antisocial. Planeta Cómic
- edición original. Red Room. The Antisocial Network. Fantagraphics Books
- cartoné. 216 pp. 30 €