Crítica: «Nightwing: Año Uno», cuando Dick Grayson se emancipó
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Un vistazo al momento en el que Dick Grayson pasó de Robin a Nightwing. La historia podía dar para más.
Todos los héroes tienen un origen… y, en algunos casos, hasta dos. Eso sucede con aquellos que se reinventan y, paradigma entre estos, es el caso de Dick Grayson, Robin. Comenzó como sidekick de Batman, junto a quien permaneció durante años y de él lo aprendió todo. Pero su incorporación a los Nuevos Jóvenes Titanes, miembro fundador, le dio un carácter especial, una popularidad y un peso que solo le hacía crecer como personaje. Gran «culpa» la tienen George Perez y Marv Wolfman, que lo convirtieron en líder del equipo dentro de esa grandísima etapa que marcaría toda una manera de hacer cómics de superhéroes.
En esa misma serie y en esas mismas páginas le vimos cambiar. Maduró y dejó de ser niño para convertirse en joven/adulto y, claro, debía colgar las mallas verdes y las botitas de duende. Ahora tenía pareja, la explosiva Starfire, y lideraba un equipo que rivalizaba con la Liga de la Justicia. Por eso le vimos convertirse en Nigthwing, una versión mejorada y oscura de Robin y, al mismo tiempo, una versión menos psicópata y agresiva que el propio Batman.
Pero resulta que no sabíamos todos los detalles de ese cambio, que para nosotros casi se produjo de la noche al día. No nos paramos a pensar si detrás había algo que el bueno de Dick Grayson se callaba, algo que ocultaba y que fue el detonante que le impulsó a dar el cambio. Chuck Dixon y Scott Beatty decidieron contárnoslo en un arco argumental dentro de la serie regular del personaje (Nightwing 101-106 USA) que ECC Ediciones reedita en tapa dura y formato de lujo.
Es el arco llamado Nightwing: Año Uno. Y esto nos lleva a comentar la influencia que el genial Batman: Año Uno de Frank Miller ha tenido. Casi todos los personajes DC tienen su respectiva miniserie «año uno», pero pocos han podido llegar a las excelencias de aquella obra del maestro Miller. Este es también el caso de Nightwing, pero al menos aquí tenemos la excusa de encontrar una intra historia que faltaba por explicar.
En sus 160 páginas nos enfrentamos al momento crítico en el que Robin, ya adulto, se enfrenta a su mentor. Ya no es el pupilo sumiso y obediente y comienza a imponer su propia manera de entender la justicia, cuestionando en ocasiones el modo de actuar de su maestro. Por eso, de manera natural, llega el momento de romper… y de echar a volar en solitario.
Paralelamente veremos a un Batman rencoroso y dolido, que recoge a otro huerfanito de la calle, literalmente, para ocupar la bacante de Robin. El nuevo y el anterior Robin también tendrán ocasión de encontrarse en estas páginas. Y como eje de todo y figura serena, reflexiva y reconciliadora, tenemos a Alfred. Ejerce como padre de todos, incluído el propio Batman, y como tal solo quiere lo mejor para sus «hijos» y que la familia (Bat-familia) se lleve bien.
Así, a través de los seis números que componen el tomo, nos reencontramos con la transformación de Robin en Nightwing. El enfado que enemista a Dick y Bruce no queda muy claro, casi da la impresión de ser una rabieta infantil por parte de Batman. El protagonista, el propio Dick Grayson, también queda algo desdibujado como personaje enterrado en la acción que se empeñan los autores en incluir. Lo más interesante puede ser su interacción con Jason Todd, el nuevo Robin… además de la figura de Alfred y la participación de Batgirl. Por lo demás, los autores no han sabido encontrar ese tono necesario que precisa una mirada al pasado tan importante como es esta para el personaje.
En el plano visual, Scott McDaniel usa un trazo grueso y definido, brusco pero agradable y muy sencillo de leer. Composiciones curiosas y repetitivas, como esas viñetas circulares, le dan a la obra una cohesión particular y un aspecto diferenciador. Es, posiblemente, lo que ayuda a salvar esta saga que podía haber contado mucho más, si la hubieran tomado con más calma. Quizá el género al que pertenece le obligaba a mantener unos niveles de acción determinados, pero a veces hay que romper con los convencionalismos. En este caso se hace en parte, con el dibujo de McDaniel, y presisamente eso marca la diferencia.
Con todo, se trata de una obra inevitable para los fans de Nigtwing, un personaje que está entre los mejores actualmente gracias a la grandiosa etapa que está firmando Tom Taylor en su serie regular. A futuro, será uno de los protagonistas de Crisis Oscura y sus consecuencias.
Nightwing está de moda.
- Nigthwing: Año Uno. ECC Ediciones
- edición original. Nightwing núms. 101-106 USA. DC Comics
- cartoné. 160 pp. color. 19,95€