Crítica: «Saga 10», el gran regreso

Saga ha sido una de las series estrella de Image. Durante años acumuló premio tras premio y encumbró, todavía más, a sus dos autores: Brian K. Vaughan y Fiona Staples. Pero el ritmo de publicación durante años pasaba factura, los lectores denunciaban un descenso notable en la calidad de la serie y los autores, conscientes de ello, decidieron poner una drástica solución: parar la serie.

Reconocían su agotamiento y como este afectaba directamente a la serie, optaron por esa opción tan valiente como honesta. Querían que Saga fuera esa gran historia que ellos habían planeado desde el principio y no iban a dejar que el agotamiento físico y mental lo echase todo a perder. Un año sabático. Un parón necesario… pero no fue así. Llegó la pandemia y diversas complicaciones que hicieron el paréntesis más largo de lo esperado. Entre el número 54, cuando se pausó la serie, y el número 55, han transcurrido unos cuatro años.

¿Y qué os parecería si os digo que tanta espera ha valido la pena?

Con esta nueva etapa, recopilada en un solo tomo por Planeta Cómic, comprendiendo los números 55 al 60, se ha recuperado la esencia, la calidad y la clase de la serie. Bendito parón creativo. Vaughan y Staples retoman Saga con la misma energía, imaginación y fuerza que en los primeros números.

Pero muchas cosas han cambiado… Recordemos que Saga cuenta la historia de Hazel (la cuenta ella misma en primera persona). Hija de Marko y Alana, miembros de razas distintas… razas que están en guerra y que jamás aprobarían el nacimiento de una mestiza. Dicha guerra se ha extendido hasta los confines del Universo y ha implicado a todas las razas que lo habitan. Por eso es tan difícil huir y ocultarse y por eso la epopeya galáctica de Hazel es tan interesante.

El número 54 (tomo 9 en edición Planeta Cómic) acababa trágicamente con la muerte de un personaje principal y, ahora, todo ha cambiado. Vamos a encontrar una Hazel niña, pre-adolescente, que ya está acostumbrada a lidiar con su vida de fugitiva. Nuevos personajes, aliados y enemigos, entrarán en escena para quedarse y, como siempre, están excelentemente escritos por la maravillosa literatura de un Vaughan con más ganas y motivación que nunca.

Saga vuelve a atraparnos con este gran regreso y con todo lo que plantea y propone. Sencillamente deliciosa la historia que se nos cuenta, y como se nos cuenta, a través de personajes y entornos originales, imaginativos y bien ejecutados. Ahí entra en escena Fiona Staples.

La principal crítica que siempre le caía a Saga era el descuidado trabajo de sus fondos. Los personajes siempre están dibujados con una maestría asombrosa, expresivos y vivos, gracias al talento de Staples… pero los fondos, que son los que conforman y crean este mundo espacial y fantástico, estaban realizados digitalmente y casi eran inexistentes. Bien, no es que se haya corregido del todo pero sí podemos afirmar que tienen más consistencia, ayudando así a que sea un mundo más creíble y evidente.

Tanto Vaughan con sus guiones como Staples con sus dibujos han puesto en estos números todo su cariño, esfuerzo y talento. Eso se nota. Es un cómic realizado con pasión y con ganas de recuperar la gloria perdida… y lo deben de conseguir pues en tan solo seis números han vuelto a atraparnos con sus increíbles personajes, algunos deliciosos y otros tremendos, pero todos sensacionales. Abriendo caminos para que el futuro de Saga sea interesante y marcando terreno para que volvamos a confiar en este título que tan buenos momentos nos ha hecho pasar.

No nos olvidamos de comentar que sigue habiendo un punto de crítica a nuestra sociedad y a nuestra actualidad, además de romper el cómic con escenas explícitas de sexo y violencia, marca de la casa y santo y seña de Saga.

Vuelve con fuerza. Saga no se pausó para ser olvidada, sino que ha cogido impulso. Enhorabuena a sus autores, pues hicieron lo correcto y ahora van a por todo.