Crítica: «Madman Integral 01», bendita locura pop

Nos cansamos de decir que el panorama editorial del cómic en España está sobresaturado, que se publica mucho y que semana tras semana las estanterías de las librerías se comban ante el peso de tantísimas novedades. Con ese escenario es difícil creer que todavía queden cómics inéditos, cómics de esos que se consideran clásicos o de culto. Pues bien, los hay. Uno de ellos era MadMan, cómic independiente de Dark Horse y obra personal del siempre genial Michael Allred y familia.

Aunque, para ser del todo exactos, hay que recordar que MadMan sí llegó a nosotros, pero lo hizo de forma tan errática y parcial que es como si no lo hubiera hecho. Además, esta obra se merecía una edición a su altura. Planeta Cómic ha llegado para poner remedio y ha iniciado la publicación de la serie al completo, en tomos integrales repletos de extras y que contienen todo, todo, lo que se ha publicado de este singular personaje. ¡Incluso contiene historias inéditas que se han rescatado para esta presente edición!

Para hacer un poco de historia pero sin aburrir mucho… Publicado por primera vez en 1990 por Caliber Comics (luego pasaría por IDW, Image, Oni Press…) en una historia corta llamada Creatures of the ID, el joven y resucitado Frank Einstein (obsérvese la intencionada analogía al monstruo de Mary Shelley) hizo acto de presencia. Se trataba de una sencilla aventurilla en la que el protagonista visitaba insistentemente una tienda de discos buscando un álbum que, debido a su aspecto, no le querían vender.

Ni que decir tiene que este primer volumen integral, edición de coleccionista, arranca con dicha historia. Y, a partir de ahí, y por orden cronológico, podemos leer todas las andanzas/desventuras/aventuras y romances de este particular no-muerto reconvertido en super-héroe. 680 páginas que recopilan todas sus miniseries y publicaciones desde ese año donde debutó, 1990, hasta el número 10 de Madman Comics, de 1996.

Estos primeros años están marcados muy profundamente por unos Allred que experimentan con lo que más les gusta: el cómic y la fantasía pop. Son historias delirantes y exageradas, en las que puede pasar (y pasa) cualquier cosa. Desde ataques alienígenas a científicos locos o bellas mujeres de armas tomar. Un carrusel de aventuras pulp con coloridas luces estreboscópicas. Desfase, locura, sorpresa… Y tanto es así que en los primeros compases nos vamos a ver arrasados por tamaño festival de sucesos sin sentido. Pero al avanzar la lectura y familiarizarnos con su modo de narrar y con sus personajes, todo se calma, se vuelve más nítido y cercano. Y reconocemos que el viaje hasta llegar ahí ha sido único, irrepetible… y lo que viene por delante no nos lo podemos perder.

¿Y de qué va Madman? Pues es complicado hacer un resumen o algo parecido hablando de su argumento, precisamente por lo zigzageante y lo distorsionado de su historia. En pocas palabras y sin meternos en demasiados jardines: tras sufrir un accidente mortal, el joven que será MadMan es resucitado por un excéntrico científico. Un vínculo se forja entre ambos que pronto se rompe, al ser atacado dicho científico (el Dr. Boiffard) y que lleva a nuestro protagonista a buscar al Dr. Flem, el único capaz de ayudar al tal Boiffard. MadMan se verá a partir de entonces envuelto en mil aventuras… se enfrentará a mutantes, a robots, a alienígenas. Y siempre acompañado de un rico y creciente grupo de secundarios entre los que destacan su novia, Joe, el alienígena que huye de su prometida, Mott, un trasunto de Astroboy o infinidad de variados personajes.

Narrado en primera persona, como si leyéramos el diario de Frank, conocemos no solo lo que sucede sino sus pensamientos más íntimos y sinceros y asistimos a su evolución como personaje que viene marcada por una molesta amnesia que le impide saber quién era antes del accidente. Aquí no me voy a detener con teorías y especulaciones sobre el verdadero sentido de MadMan y de sus aventuras, pero digamos, solamente, que tras tanta acción psicotrópica hay mucho mensaje.

No hace falta decir que el humor también está presente en la obra, aunque se trata de un humor inocente y provocado… que no podía ser de otra forma para casar con el tono del cómic. Los Allred se permiten incluir cameos, como el de Hellboy, que nos hará sentirnos algo más familiarizados con la obra y evita que Madman se aleje del panteón de personajes de cómic más reconocible de la actualidad.

MadMan es una creación de Michaell Allred. Su dibujo y su estilo tan personal evoluciona con el paso de las páginas y somos testigos, gracias a este integral, de como su trazo se suaviza, de como aprovecha cada vez mejor los recursos narrativos del cómic y de como, en definitiva, se convierte en uno de los autores de referencia del medio. Acompañado por su esposa, Laura, que como siempre sabe dar con la paleta de colores adecuada para reconvertir un cómic en una obra por-art en viñetas.

El volumen finaliza con un cómic inédito: la primera, primerísima, obra de Michael Allred. Una serie compuesta por 3 números llamada They!, que co-guionizó con su hermano Han Allred y que, debido a su elaboración (en plena adolescencia), ha tenido que pasar por cierto proceso de «restauración» antes de ser publicada. Era el cómic de superhéroes que dos jóvenes querían hacer… y que quedó guardado en un cajón hasta ahora. Y era, en cierto modo, el embrión de MadMan.

MadMan es el homenaje que los Allred le dedican al género, y lo hacen como solo ellos saben. Mezclan las aventuras y la acción con personajes encantadores y evocadores sacados de una extraña mezcla de cultura popular y delirios oníricos. Y los sumergen, comandados por MadMan, en un viaje imposible que parece sazonado con LSD. Y resulta genial. Una experiencia que embauca e hipnotiza y que podemos disfrutar, por fin, en nuestro país… y con una edición a su altura.

Durante años se erigió como una serie todopoderosa y ganadora de premios y reconocimiento. Ha llegado el momento de disfrutarla.