Crítica: «Road 96», una road movie interactiva
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Muy Recomendable
Una road movie que tú mismo construyes. A veces relajante y otras absorbente, pero siempre interesante.
Hace unos meses que este juego del estudio independiente francés DigixArt estaba disponible para PC, también para la híbrida de Nintendo y, ahora, lo está en las consolas de la familia PlayStation y Xbox. Se trata de Road 96, y su apuesta es tan original como adictiva. Os aseguramos que nunca habéis jugado a algo similar.
Es lo más parecido a una road movie interactiva que vais a encontrar. Ya sabéis, esas películas en las que los protagonistas hacen un viaje por carretera y el viaje mismo es lo principal de la película. Aventuras y nuevos amigos, nuevos territorios y la sensación de libertad y de dirigirse hacia un futuro desconocido y emocionante. En este tipo de películas el trayecto viene a ser una especie de metáfora sobre la vida, el cambio constante y el crecimiento personal… pero simbolizado en un intenso y divertido viaje.
Road 96 es eso y mucho más.
Huir, sobrevivir, luchar…
Nos encontramos en Petria, un país ficticio pero demasiado parecido a la realidad. Es el verano de 1996 y se acercan unas elecciones que se sabe manipuladas. El país está al borde del colapso y el caos inminente se reprime con dureza policial, un control férreo de los medios de comunicación y con la más absoluta corrupción en cualquier nivel de las instituciones. Con este panorama, los jóvenes deciden huir del país en masa. Se dirigen a la frontera del norte, pero las fuerzas del Estado harán lo posible para evitar esa oleada de emigración.
Nosotros encarnaremos a varios de estos jóvenes y tendremos que ayudarles a escapar. Recorreremos cientos de kilómetros por carretera y tendremos que alcanzar el objetivo sin que nos capturen, mientras vivimos todo tipo de experiencias. Ojo a esto, porque el juego ofrece un abanico increíble de posibilidades y nunca se generarán dos partidas iguales. Las vivencias, las situaciones, los personajes que encontramos, los escenarios y paisajes… todo cambia de una partida a otra. Porque el estudio desarrollador se ha quebrado la cabeza buscando una forma para que el motor del juego genere escenarios procedurales para cada vez que juguemos.
Al principio de nuestra aventura el juego te hace una serie de preguntas y, según respondas, la IA del juego comenzará a adaptar el tipo de historia que encontrarás. No será una historia lineal, sino una serie de secuencias aleatorias que se modificarán según vayamos haciendo/decidiendo en nuestro periplo. Cada decisión, conversación o elección influirá en el desarrollo de la historia y generará uno de los múltiples posibles finales. Dentro de cada secuencia, el número de diferentes variantes sería 60 x 59 x 58, por lo que podéis imaginar que nunca jugaréis la misma aventura por mucho que repitáis partida.
Un viaje impredecible
Es algo absolutamente flipante y que solo llegas a apreciar cuando llevas unas cuantas horas jugadas. Bien pueden atraparte a las pocas jornadas de iniciar tu viaje… o puedes llegar a la frontera forrado de dinero y no tener problemas en sobornar a alguien para pasar… o puedes influir incluso en las inminentes elecciones y decidir el destino del país… Las posibilidades son apabullantes.
Nosotros, por ejemplo, nos hemos encontrado situaciones tan dispares como estar trabajando de camarero para ganarnos un poco de dinero y poder pagarnos un billete de bus y comer (cuidado con alquilar un taxi, porque hay rumores de un taxista psicópata)… o hemos pernoctado en un campamento y hecho migas con otros jóvenes… o hemos participado en un atraco… Porque en Road 96 puede pasar casi cualquier cosa. El viaje es siempre sorprendente e impredecible.
De fondo, la situación política del país sobrevuela nuestras vidas. La campaña electoral y la corrupción siempre están ahí, recordándonos que este mundo digital creado ex-profeso guarda siniestras similitudes con el nuestro. Además, ponernos en la piel de alguien que está huyendo, a merced de los desconocidos y de lo acertado de nuestras decisiones, es todo un reto y da que pensar.
En lo jugable, Road 96 es extremadamente sencillo. Sus gráficos no son precisamente realistas, más bien son personajes cartoon, así como los escenarios que presentan entornos semi-desérticos (menos al final, que llegamos a la zona montañosa y de bosque). La manera de interactuar con las personas y las cosas, incluso de seleccionar líneas de conversaciones, es con un puntero en pantalla que controlamos con nuestro mando. Así que no se trata de un juego de acción y disparos, sino más bien una aventura basada en los guiones y la toma de decisiones. Eso no quita, claro, a que haya momentos de extrema tensión e incluso una cuenta atrás nos ponga los nervios de punta. Tendréis que estar rápidos y tener la mente fría si queréis seguir vuestro camino y no acabar como todos esos jóvenes que aparecen en las noticias, desaparecidos (se rumorea que los llevan a trabajar a una mina)
Nosotros decidimos… y nos atenemos a las consecuencias
Nosotros decidiremos si cada etapa de nuestro viaje la emprendemos a pie, tomamos un bus, un taxi o hacemos auto-stop. Cada una de esas maneras de viajar tiene sus pros y sus contras, aunque serán parte importante de la historia. Y es en los viajes en los que disfrutamos de la velocidad, del trayecto, de parajes cambiantes… es nuestro camino a la libertad. Cada etapa concluye (o comienza) bien en un restaurante de carretera, en un camping, un hotel… o en cualquier lugar apto para descansar. Porque nuestro personaje tendrá que comer y dormir si no quiere desfallecer y quedarse a medio camino.
Algunos minijuegos amenizarán partes de la aventura, como cuando tenemos que demostrar nuestras habilidades musicales o contentar a los feligreses del bar, sedientos de alcohol o echar una partida al pong. También iremos desbloqueando habilidades que nos harán más fácil la supervivencia, como el hackeo o la apertura de cerraduras, por ejemplo.
También tendremos que recoger coleccionables, como las cintas de audio. A lo largo del viaje hay muchos reproductores de casete y podremos escuchar aquellas cintas que hayamos encontrado en nuestro camino. Otro aliciente del juego que tiene, en su gran banda sonora, un recorrido por la música de la época… y más allá (hasta encontramos el Bella Ciao)
Los personajes que nos vamos encontrando por el camino son otro de los puntos fuertes del juego. En la pantalla de carga nos aparecerán aquellos que ya hayamos conocido y un porcentaje que marca lo que de ellos sabemos. Dicho porcentaje se incrementará conforme hablemos con ellos y si somos capaces de empatizar y sacarles información. Ellos recordarán su encuentro con nosotros y su historia personal puede cambiar gracias o por culpa nuestra… así como el hecho de que nos proporcionen ayuda futura o nos perjudiquen.
Un viaje intenso, una experiencia original
Meterse en la piel de estos emigrantes virtuales y vivir su largo peregrinaje hacia la libertad es una experiencia asombrosa. Emotiva en unas ocasiones y vibrante en otras, pero siempre intensa. El juego, que al comienzo parece una sucesión de conversaciones más o menos interesantes con pintorescos personajes, se torna una aventura divertida e intensa llena de momentos inolvidables. Cuando te das cuenta, ya no puedes parar y necesitas llegar a la frontera… o seguir luchando por desvelar que hay detrás de ese gobierno sátrapa y, por que no, darle la vuelta.
En DigixArt es lo que pretendían. Conseguir un juego único y siempre en evolución, que se adapta a nosotros y cambia constantemente… pero que mientras nos divierte nos lanza un mensaje tan duro como real. Cada uno de los premios que ha conseguido Road 96 está más que justificado. Es una experiencia distinta, un videojuego único y, como tantos indies últimamente, una de las apuestas más originales y recomendables que se pueden hacer.