Crítica: «Soul Surfer». Ejemplar historia real para una mala película

Yendo al grano; Soul Surfer nos cuenta la historia real de Bethany Hamilton, una surfista que siendo adolescente perdió un brazo después de ser atacada por un tiburón y de como volvió a las competiciones de Surf consiguiendo mantener sus marcas e incluso mejorándolas. Con esto tenemos la historia perfecta para otra película de superación personal que en un primer vistazo podría verse como la antítesis filmica y a la vez complementaria de la película 127 horas. Muchos podríais llevaros las manos a la cabeza y empezar a gritar hasta dañar vuestras cuerdas vocales de por vida tan solo con leer este argumento, el cual, si se escucha como anécdota nos deja un mensaje inspirador pero visto como el argumento de una película solo provoca que uno se espere un producto de baja calidad, sobrecargado de sentimentalidad y tópico, ¿Es justificable este prejuicio?. Vamos a ver.

Una vez sumergidos en la la película nos encontramos con AnnaSophia Robb, Dennis Quaid y Helen Hunt, estos dos últimos en el papel de padres y a la primera como protagonista de la historia, a ella la hemos podido ver como la niña pija y malcriada de Charlie y la fábrica de chocolate de Tim Burton, pero no nos fijemos en el reparto. El principal responsable de esto es Sean McNamara, si ojeamos brevemente su filmografía podemos darnos cuenta rápidamente de que este hombre no es verdaderamente un director de cine al uso, y mucho menos un director del que pueda esperarse calidad, la probabilidad esta en su contra, pues bien se ha visto involucrado en títulos como Zack y Cody: la película, Bratz: La película o 3 ninjas en el parque de atracciones (Tres pequeños ninjas 4), lo cual ayuda a hacernos una buena idea del poco respeto que debe tener este señor por el cine y también del carácter infantil que seguramente tendrá -y efectivamente, lo tiene- Soul Surfer.

Y es que Soul Surfer es una película que echa agua por todas partes en el sentido más despectivo de la expresión, si pasamos por alto el mensaje de superación que nos envía la historia y la buena intención con la que parece estar rodada, nos encontramos con una película tonta, llena de tópicos, mal ejecutada y algo cutre que perfectamente podría pasar por un telefilm.

A ritmo de música popera nos van narrando esta historia que claramente puede diferenciarse en dos partes; antes y después del accidente. La primera parte funciona como presentación de personajes, y esto significa para el espectador media hora olvidable a la espera de visualizar el ataque del tiburón, que es sin duda la parte que más interés ofrece, siendo este interés únicamente derivado del morbo, porque la escena en sí tiene tanta poca emoción como las escenas de Surf y de competición, una vez pasada esta primera parte, comienza el bombardeo de tópicos mientras se desarrolla un argumento predecible (que el que sea predecible no es malo, a no ser, como es el caso, que este todo hecho con tanta falta de emoción que el que sea predecible moleste, y moleste aún más que lo sea a cada escena y segundo que pasa) que lo único que consigue es hacer que el espectador pierda el interés por una historia y unos personajes a los cuales no siente apego ninguno y todos ellos construidos a base de los clichés más facilones. Todo es un continuo déjà vu a pesar de lo excéntrico y diferente que es el argumento.

Soul Surfer podría funcionar de cara a un público preadolescente y aún así no dejaría de ser una tomadura de pelo hecha con muy poco interés por trascender o hacer algo con una pizca de calidad, en mi opinión se ha ido a lo fácil con esta película, se ha querido jugar sobre seguro y esto para este tipo de producciones quiere decir el copiar una estructura prefabricada, que por muchos argumentos e historias diferentes y originales que nos cuenten con ellas nunca dejarán de ser comida rápida cinematográfica.