Crítica: «La Oveja Samurai. La senda del tatuador», el Gran Maestro del Humor
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Una desenfadada y divertida historia ambientada en el Japón de los samuráis más loco y animal que os imaginéis
Con Grafito Editorial hemos disfrutado de todo tipo de géneros. En sus ya casi ocho años de vida han publicado cómic histórico, de terror, ciencia-ficción, infantil, fantasía… y humor. Aunque quizá sea ese, por cierto, el género que menos han explorado (con las gloriosas excepciones de las obras de Carles Ponsí, José Fonollosa… y las míticas Chorizos, Atraco a la española y El Gran libro de los magos). Y precisamente el humor caracteriza a su nueva publicación, La Oveja Samurai, obra de Fran Carmona, Sati Girón y Puzy.
Estos autores colaboran desde hace tiempo en la elaboración de cómics (ya había obras de este lanudo personaje con anterioridad) y se nota la confianza y buen rollo que hay entre ellos. Solo tenéis que escuchar uno de sus podcast (Lecturas desde el water) para daros cuenta. Ese cachondeo y cordialidad queda reflejada en las páginas de esta obra, que no nos deja ni un respiro para recobrar el aliento entre carcajada y carcajada.
¿De que va esto, con tan extraño título? Nos situamos en un Japón medieval habitado por animales antropomorfos. La referencia a Usagi Yojimbo es inmediata, pero se pierde toda asociación entre ambos cómics cuando lees las primeras páginas de La Oveja Samurai. Esta es más desenfadada y ligera, impacta más con sus simpáticos personajes y colorido entorno… y con sus diálogos repletos de chistes, chistazos y chistacos. Pero, volviendo al argumento… El shogun Sumo Isigo está decidido a pasar su título a uno de sus herederos. Pero sabiendo que el mayor de los dos hijos, Tekito Isigo, es taimado y egoísta, la mejor opción es el bondadoso y soñador Tedoi. El problema es que Tedoi tiene otro objetivo: convertirse en tatuador.
Su padre, el shogun, le ofrece un trato: marchar por todo Japón en busca de los cuatro Grandes Maestros y, si es capaz de tatuarles algo, se convertirá en el Gran Maestro Tatuador, con categoría suficiente como para ser, a la vez, shogun. Pero, si falla en su empeño, la vergüenza le obligará a practicar el sepukku ritual. Así comienza una peligrosa y divertida aventura en la que Tedoi viajará junto a sus dos nuevos amigos, la Oveja Samurái y su fiel «escudero».
Y así acompañamos al peculiar trío de amigos que, entre aventura y aventura, deberán cumplir la misión…
Echadle un vistazo a los dibujos de Fran Carmona (tenéis las primeras páginas para leer libremente en la web de Grafito), y veréis lo sensacionales que son. No solo porque cada viñeta está plagada de detalles, de guiños y de bromas en segundo y tercer plano, sino porque los personajes parece que han escapado de alguna serie animada. Su aspecto fresco y simpático, sus gestos exagerados y potenciados para hacernos llegar cada momento, cada conversación y reacción. Todo en este aspecto está pensado para que nos divirtamos y disfrutemos. Como se suele decir, entra por los ojos. Preparaos a buscar entre el vivo fondo de cada viñeta, que encontraréis, seguro, a más de un «artista invitado».
El sensacional dibujo de Fran se beneficia del color que imprime Puzy, que sabe dotar de vida a este mundo de animales bromistas y descarados. Colores fuertes y contundentes que potencian aun más el aspecto visual de la obra. En este sentido, un acierto el decidir publicarla en formato europeo, con unas dimensiones considerablemente más grandes a las habituales en Grafito. Este gran tamaño es el complemento ideal para que el despliegue artístico brille como se merece.
Santiago Girón es el responsable del guion, aunque es indudable que Fran participó activamente ya sea en la elaboración de muchos de los gags y/o en la escritura de la obra. Si estamos acostumbrados en este negocio a ver como distintos autores colaboran en la distancia y casi sin contacto, la cercanía y empatía entre los tres responsables de la Oveja Samurái se respira en cada página. Es decir, que este cómic es, descaradamente, un trabajo en equipo. Su argumento es un poco la excusa para meternos en una loca aventura repleta de personajes imposibles y situaciones inverosímiles (ni los yokai faltan) que se resuelven con el buen humor que caracteriza a los autores. Cierto que en algunas ocasiones es humor directo y sin capas, pero te suele pillar de sorpresa y su efecto es el esperado.
Tenemos que destacar también lo encantadores y achuchables que son todos los personajes. La Oveja protagonista, por descontado (ese aspecto lanudo…), pero el resto de «actores» desprende carisma y todo el cariño que se ha puesto en su elaboración. A este respecto, decir que algunos de estos personajes son creados por los propios lectores, como indican los autores en el apéndice de la obra.
Enhorabuena a Fran, Santi y Pozy. Ojalá consigan hacer llegar a más público esta genial creación, ahora que ha sido publicada en un formato digno gracias a Grafito Editorial. Nosotros, estamos deseando seguir con más aventuras de nuestra oveja favorita porque, sinceramente, nos hemos reído como hacía mucho tiempo no lo hacíamos.
Durante todo el mes de Febrero La Oveja Samurai. La senda del tatuador, se encuentra en preventa en la web de Grafito. Con suculentas recompensas y regalitos varios. En Marzo, llegará a las librerías y también podrá seguir adquiriéndose en la web.
- La Oveja samurái. La senda del tatuador. Grafito Editorial
- cartoné (23×31 cm), color, 19 €