Críticas de cine

Crítica: «La maldición de Rookford». Una historia no tan clásica de fantasmas.

Resumen de la Crítica

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La maldición de Rookford es un thriller sobrenatural ambientado en el Londres de 1921. Tanto la protagonista, Florence Cathcart (Rebecca Hall), como los personajes secundarios han sido profundamente marcados por la tragedia de la Gran Guerra. Florence aparece como una mujer fuerte, inteligente y cínica que además de escribir se dedica a demostrar que las historias de fantasmas no son más que una enorme farsa y que lo único fiable en este mundo es la ciencia. Recibe entonces la visita de Robert Mallory (Dominic West), profesor de historia del colegio Rookford, que le pide que investigue la muerte de uno de sus alumnos, puesto que justo antes de fallecer el pequeño afirmó haber visto al fantasma del niño que lleva rondando el internado durante dieciocho años.   

La mayor parte del tiempo el film no parece ser más que la clásica historia de fantasmas. Aunque plagada de lugares comunes como el viejo caserón o la casita de muñecas, hay que admitir que la trama es bastante consistente y que el guión, si no es muy original, sí que está bien construido. Sin embargo, el desarrollo puede llegar a resultar algo lento y si no eres un amante de los espectros lo más probable es que la película te deje más bien indiferente. Hay algún que otro susto bien colocado, pero en general vamos a pasar más desazón que miedo.

No obstante, hay tres elementos destacables en la película que pueden convencerte para adquirir una entrada de cine: la fotografía, los personajes y el desenlace de la historia.
El trabajo de fotografía es excelente. La maldición de Rookford es, al contrario que muchos largometrajes del género, visualmente agradable.

Por otro lado, la labor de los actores es magnífica. Todos bordan sus papeles (al fin y al cabo son ingleses) y la caracterización es inmejorable. Se cuidan mucho los pequeños detalles: qué vemos sobre la mesilla de uno de los profesores, el ligero renqueo de Robert Mallory, el hecho de que Florence lleve una pitillera que no es suya, sino del amante que perdió en la guerra, o de que la ama de llaves (Imelda Stauton, a la que reconoceremos enseguida por haber sido la peor directora de Hogwarts) guarde una copia del libro escrito por Mss. Cathcart junto a la Biblia. Además, de por sí los personajes son bastante inquietantes. Todos tienen algo que ocultar: el profesor que no duda en usar la vara con los niños, el repugnante jardinero e incluso Florence, la protagonista, de cuya cordura llegamos a dudar más de una vez. La primera guerra mundial ha afectado a la mayoría de alguna manera y estos conflictos saldrán a relucir tarde o temprano. En definitiva, los actores son impresionantes y los personajes poseen una gran presencia.

Pese a todo esto, lo que hace realmente diferente al filme es su desenlace, inesperado y ambiguo. Es la resolución de la trama lo que consigue desmarcarlo un poco de la inmensa multitud de películas sobre espíritus y lo que convierte a esta historia clásica de fantasmas en una historia no tan clásica.  

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