Crítica: «El espíritu del bosque», lectura recomendada
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy Recomendable
Historia de cambios, de amor y de crecimiento... con mucho humor, sensibilidad y una pizca de misterio.
Los campamentos de verano nunca ha sido uno de esos subgéneros en los haya encontrado lecturas o visionados, en cómic o cine o series, que me hayan interesado. Salvo excepciones. Tópicos de la edad y tópicos del género se amalgaman en casi todos ellos contando al final la misma historia y, por eso, mi acercamiento a El espíritu del bosque fue, como poco, cauteloso. Además, a la autora, Axelle Lenoir, no la conocía por obras previas más allá de sus buenas referencias. Y tras leer unas pocas páginas quedé prendado de su trabajo, de su narrativa, de sus personajes… El espíritu del bosque se convirtió en una lectura compulsiva hasta su final, consiguiendo hacerme reír, emocionarme y disfrutar como hacía tiempo no lo conseguía otro cómic.
El desparpajo y naturalidad de sus diálogos, lo histriónico de algunos personajes que desequilibran el halo de realidad que rodea a la obra, pero lo hacen para bien, para exagerar y enfatizar, para hacernos soltar la carcajada o darle dos vueltas… su dibujo suelto y detallado, tan luminoso y optimista como tenebroso en ocasiones… su mensaje, universal e íntimo a la vez. Muchos componentes positivos que han conseguido reconciliarme con el subgénero y, una vez más, apostar siempre por el nombre del autor/a que haya detrás, eliminando todo tipo de prejuicio previo.
Pero ¿de qué va esta obra que tanto elogio y que ha publicado para nosotros Ediciones La Cúpula?
Estamos en el verano de 1994. Élodie tiene 17 años y el próximo curso entrará en la Universidad. Para no pasar las vacaciones en blanco y sacarse unos dineros su madre la apunta como monitora en un campamento de verano… algo que ella odia profundamente, de naturaleza poco social. Nada más llegar al Campamento del Lago del Oso sus temores se hacen realidad… un grupo de antiguos monitores que ya se conocen (por lo que ella es «la nueva»), niños hiperactivos corriendo y gritando de acá para allá y un director que parece sacado de un psiquiátrico. La sorpresa es todavía mayor cuando cantan el himno del campamento y resulta ser una canción de Black Sabbath. Es todo muy raro.
Cuando todavía no han terminado de explicarle sus funciones como monitora llega el grupo de niñas de las que Élodie se tiene que hacer cargo… y sus peores pesadillas se confirman. Se trata de un puñado de mocosas pelirrojas a cada cual más peculiar, que la sacan de quicio y no la dejan tranquila. Todo parece abocado al desastre, más que un verano va a ser una condena. Y aquí llega la maravillosa historia que cuenta la autora, porque con esos elementos iniciales transitamos por toda una historia de autoconocimiento y madurez, de cambio en la protagonista, destilando una sensibilidad impresionante.
Junto a Élodie vamos a reír con las rocambolescas situaciones en las que la meten sus tuteladas, que son para darles de comer a parte. Llegará la amistad en la figura de una de las monitoras, Étienne, que la acompañará en todo momento y servirá de apoyo en cada momento. Llegará el amor. Y para poner la guinda, el misterio. En torno al campamento revolotea un secreto ancestral, algo que surge del bosque, y que da ese toque oscuro a la obra, sobre todo en su parte final, pero que no deja de ser una parte más del camino vital a recorrer por la protagonista.
Lo cierto es que acabas enamorándote de casi todos los personajes, sabes que permanecerán en la memoria formando parte de esta obra. Se nota que hay mucho de autobiográfico y que la autora canadiense lo ha escrito y dibujado con el corazón. Nos muestra una parte de ella, de su pasado y de sus experiencias… adornándolas con su fantástica manera de narrar. Tiene unos diálogos deliciosos, llenos de ternura y de humor que no renuncian al lenguaje «de a pie», natural y cotidiano que todos utilizamos en el día a día. También por eso la obra sabe conectar. Está contada dividida en episodios o capítulos, con cliffhanger incluido, y que permiten interrumpir la lectura para retomarla en otro momento… aunque no hace falta porque sus más de 200 páginas se leen del tirón.
El aspecto artístico merece punto y aparte. Con un cierto aire cartoon, que para mostrar personajes exagerados o un aspecto cómico en las niñas (ay, ese grupo de locas pelirrojas) viene fenomenal, está plagado de detalles. Pone especial cuidado en la expresividad de los personajes, otra cosa que ayuda a que los sentimientos y los estados de ánimos se transmitan de un solo vistazo… y esta obra es una montaña rusa, porque tan pronto los personajes ríen, como se enfadan, sufren, se asustan o se divierten en una juerga. Y todo contado con una pulcritud y tino absolutamente certero.
Totalmente recomendable esta obra, para todas las edades. Si salvas cualquier tipo de reparo o prejuicio, como me pasaba a mi, vas a disfrutar de una maravillosa historia que lo contiene todo. Sensacional.
- El espíritu del bosque. Ediciones La Cúpula
- L’esprit du Camp. Axelle Lenoir. 2020
- rústica con solapas. 212 pp. color. 21 €