Crítica: “Green Lantern/Green Arrow: Héroes errantes en el espacio”. Tono clásico.
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“¿Ha pasado el peligro?”
Abarca un montón de subgéneros y tramas potentes, desde space opera pulpera, conspiraciones políticas y superhéroes en estado puro hasta terror a lo Twilight Zone.
La segunda época del team up más carismático del cómic se aleja del estilo narrativo y de contenido de la etapa dibujada por Neal Adams a cambio de volver al tipo de entretenimiento de Broome y Kane. Esto es, historias ligeras con apenas denuncia social y más arquetípicas en relación a sus inicios, allá en 1959. No obstante, tiene más dureza que todo lo de la Silver Age. Aúna más complejidad y amplitud de miras, abarcando más de una grapa la ambición de sus historias en la mayoría de las ocasiones.
El espacio como hilo conductor de un conjunto de aventuras de distinta calidad es el escenario elegido para seguir desarrollando la relación entre Hal Jordan y Oliver Queen. Sin el peso argumental de la anterior época, lo más relevante, habida cuenta que cada dilema planteado enfrentaba las posturas de uno y otro, impulsando a su vez una serie de historias llenas de imaginación visual gracias al talento de Adams y a unas narraciones novedosos y rompedores por la valentía de Dennis O´Neill, Aquí, más allá de la resolución de algún malentendido entre ellos, la dinámica de grupo funciona de una forma mucho más clásica, cubriéndose las espaldas y apoyándose mutuamente en beneficio de la resolución de la amenaza presentada. Por tanto, una vez consolidada la relación y amortizada su evolución al girar todo sobre sí misma, hay que atender lo que orbita alrededor de ella. Y en estas estamos, con diversas y variopintas amenazas que lanza el espacio exterior, disfrazándose en ocasiones en alegorías sociales sobre las desigualdades económicas, las crisis internacionales en materia de refugiados y las corrupciones políticas. Es decir, alguno de los latiguillos de la anterior etapa aún colean, pero de forma lateral y superficial, no como fondo del asunto.
A la vista de estos elementos, la cuestión queda en si la fusión de entretenimiento e imaginación da resultado. Aunque no de forma regular, sí considero que la mayoría de las historias combina con acierto la alegría desenfadada de pura aventura con la contundencia en la creación de amenazas y los alucinantes escenarios dónde se resuelven las mismas, ya sea en la tierra o en el espacio. Estamos en un todo vale a favor de Mike Grell para desarrollar a su antojo ambientes, escenarios y seres imposibles. A destacar que no cae en la reiteración en los esquemas conceptuales llegando a introducir fantasía espacial pulpera muy Flash Gordon con complots gubernamentales hasta las más altas esferas, lo que da lugar a una serie de momentos inauditos e insospechados. Además, también hay que destacar que O’Neill le da por jugar a la recuperación de personajes de la Golden Age como a Air Wave, en este caso a través de su hijo, respetando el concepto de legado marca de la casa, aunque no con mucha imaginación (el techo de este concepto sobre todo en el binomio padre-hijo lo tocó James Robinson con Starman, por favor ECC, reedítalo).
En cuanto a la mitología de la colección, los secundarios se van repartiendo apariciones, pero de forma bastante residual, más para dar apoyo a los protagonistas que para marcar hitos en sus respectivas evoluciones. La única que sí da empaque a las historias es Canario Negro, muchas veces con vocación feminista en contextos de esta clase, pero que amaga pero no remata. Sí tenemos que agradecer a O’Neill que se acuerde del Green Lantern James Stewart y de Los Guardianes pero en escasas dosis. Eso sí, en presencia de estos irrumpe el mejor arco argumental del recopilatorio, la saga de “El misterio del burlón” muy inmersiva, sorprendente y con mucha tensión dramática. Además, Grell exhibe un torrente de imaginación muy importante en dispositivos, armamento y vehículos alienígenas.
En el apartado gráfico, Mike Grell es un acierto absoluto. Efectivamente no estamos en presencia de la espectacularidad, detalle y realismo de Neal Adams, pero fusiona muy bien los estilos de sus dos predecesores, Gil Kane y el susodicho Adams. No tiene el sentido narrativo tan espectacular y preciosista de los marcos enormes y las casi splash pages increíbles del segundo, pero sí encaja bastante bien en lo que tiene que ver con la sensación de maravilla del superhéroe. Además, se mueve muy bien en el tempo, sabiendo perfectamente en que momento impacto hay que sorprender y en que momento valle hay que conocer.
No obstante, donde sí encontramos la coherencia editorial en este grupo de historias es con las preciosas portadas. La influencia de Adams es patente pero es la autonomía de grell lo que le da un sentido de calidad altísimo a todas ellas. En conjunto forman una pieza artística en sí misma de primer nivel. Porque al margen de que respeta la grandeza de su predecesor, se aprecia la propia identidad de Grell entregando una carta de presentación brillante para zambullirse en la aventura que promete. Sin ser un calco y sin reproducir nada de sus páginas interiores, es un recurso narrativo más. Todas funcionan como momentos del tebeo, como si fuera un teaser de apenas segundos, que son tanto cubiertas como splash page. Unidos al atemporal, espectacular y mítico logo de la cabecera, son auténticas piezas de coleccionismo.
“Héroes errantes en el espacio” abarca un montón de subgéneros y tramas potentes, desde space opera pulpera, conspiraciones políticas y superhéroes en estado puro hasta terror a lo The Twilight Zone. Una recopilación perfecta para seguir avanzando en la publicación en España del Green Lantern más clásico.
Green Lantern/Green Arrow 90-106, DC Comics. Green Lantern/Green Arrow: Héroes errantes en el espacio, ECC Ediciones. Cartoné. 336 páginas. Color. Pvp: 34 €.