Crítica: «Chronos: Before the Ashes», salva a la Humanidad antes de morir de viejo.
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Recomendable
Un juego indie más que decente, con una buena historia y momentos originales pero con una jugabilidad muy justa. Con claras inspiraciones de Dark Souls
Cuando parte del equipo de la mítica Crytek se marchó tras el cierre de la misma y fundó Gunfire Games podíamos imaginar que tenían talento suficiente para crear algo de calidad. Llegó Darksiders y demostraron ser un equipo fuera de serie. Más recientemente el estudio tejano ha estado trabajando en algo más modesto, en este Chronos: Before the Ashes con unas condiciones bien distintas, en cuestión de presupuesto, a lo que estaban acostumbrados. Pero cuando hay talento, el dinero no es siempre lo más importante. Se han sacado de la manga un juego de rol de acción que brilla por su sencillez y también por su imaginación. Lo consiguen combinando elementos tan de moda y solicitados como el «estilo Dark Souls», donde la dificultad, el combate y el diseño de escenarios es esencial… así como una historia que se va construyendo poco a poco.
Chronos recoge esos elementos y los transforma en algo más sencillo, menos frustrante, más… de andar por casa, pero sin renunciar a la diversión y algunos de los mejores componentes presentes en las mítica saga de From Software. Lo hemos jugado y acabado un par de veces y os vamos a contar nuestra experiencia…
Argumento, Historia, Personajes…
Aunque Chronos Before the Ashes es una adaptación de un juego pensado para las VR (Chronos), está situado en el universo de otro título, Remnant From The Ashes, pero tiene su propia historia y sirve a la vez de precuela y complemento de aquella. Aquí controlaremos al héroe, el elegido para salvar a la Humanidad de aquel que ha acabado con la civilización. Para ello nos embarcaremos en un viaje a través de distintos lugares en busca de ciertos objetos que nos den acceso al laberinto, para vencer a los custodios del dragón y enfrentarnos finalmente con él.
Dicho viaje estará repleto de sorpresas y nos llevará a visitar multitud de escenarios que por su aspecto y arquitectura nos despistarán y desorientarán, pues igual estamos en unos laboratorios repletos de ordenadores y pantallas como nos vemos perdidos en unas ruinas habitadas por belicosos trasgos.
El protagonista puede ser hombre o mujer, a nuestra elección, comenzando la aventura con 18 añitos y cada vez que muramos nuestra edad aumentará un año. De esta forma, si no somos muy hábiles, acabaremos la aventura siendo unos carcamales. En el apartado de la jugabilidad profundizaremos en este curioso y original modo de evolucionar nuestro personaje.
A parte de nosotros pocos secundarios encontraremos por el recorrido, predominando la voz en off que nos indica ciertos avances en determinados momentos. Un guardián concreto que nos da la opción de resolver unos acertijos en vez de luchar, un herrero esporádico… y poco más. El elenco de secundarios es escaso y la cantidad de enemigos no muy numerosa.
Y cuando acabemos el juego, nos llevaremos la sorpresa correspondiente y nos quedaremos con bastantes dudas. Aun así, aquello que deducimos y averiguamos con nuestras aventuras es realmente fascinante.
Estilo de juego, Jugabilidad…
Se trata de un juego de rol de acción en tercera persona donde los combates son primordiales y la exploración vital. Los combates no son complicados de dominar y podemos elegir diversas armas (no demasiadas: espada, martillo, hacha, lanza, maza y guadaña) teniendo cada una de ellas sus propios ataques… que se ejecutan con la misma secuencia de botones. Es decir, que si dominamos el manejo de un arma, los dominamos todos. Cambia, eso sí, el alcance y la contundencia. Los ataques los combinamos con la defensa que nos da un escudo y la capacidad de esquivar, incluyendo los ya inevitables parry (el ataque cargado tras esquivar o detener en el momento justo).
Para completar el tema del combate debemos decir que existe la posibilidad de utilizar el poder mágico de unos orbes capaces de aumentar nuestro ataque gracias a sus componentes elementales de fuego, rayo, etc. Como veis, no inventa nada, pero una vez dominado el estilo de lucha cada combate se hace divertido. Los enemigos tienen unas mecánicas bastante simples y sencillas de memorizar y solo se complica un poco cuando son de mayor tamaño o son jefes concretos.
El factor de exploración es fundamental. El diseño de los mapas es muy bueno y sus estructuras laberínticas terminan volviéndose familiares y sorprendiendo cuando, al avanzar, descubres atajos o se desbloquean caminos que conectan dos escenarios aparentemente lejanos. Los pocos objetos que hayamos aquí y allá terminan encontrando su funcionalidad, casi siempre para abrir nuevos caminos o facilitarnos el acceso a un lugar con otro objeto de mayor importancia. Incluso en una primera partida se nos quedaran unas cuantas puertas por abrir y objetos sin utilizar.
El editor de personajes es inexistente y se limita a elegir hombre o mujer. Lo genial es su sistema de aprendizaje, primero porque con cada combate adquirimos puntos de experiencia que nos harán mejorar nuestros parámetros… y encontraremos materiales para mejorar nuestras armas. Pero sobre todo porque con cada muerte nuestro personaje envejece un año. Cada vez que cumplamos 10 años podremos acceder a una mejora... aunque si nos hacemos demasiado mayores iremos perdiendo fuerza, agilidad… y ganando conocimiento y sabiduría.
Algunas fases también derrochan originalidad… como aquella en la que cambiamos de tamaño para entrar en un aparador y robar una llave o aquella en la que tenemos que poner nuestros sentidos al 100% para salvar el laberinto.
Gráficos y banda sonora…
Es un título discreto y su origen como juego VR se deja ver en la parquedad de los escenarios. Sí, son variados y cambiantes, pero se sienten vacíos. La arquitectura de los edificios, caminos y estatuas es onírica y fastuosa, pero un tanto desangelada. Quizá con algo más de vegetación o fauna, con más enemigos u otra luminosidad, se sintiera algo más orgánica. Un mundo desconocido y extraño como nos presenta este Chronos, parco en explicaciones y detalles, debe estar acompañado por un mayor cuidado en detalles secundarios. Porque si quieren que nosotros deduzcamos gran parte de la historia que rodea la aventura, deben darnos esos elementos de manera indirecta.
Pese a la indicada sobriedad en los escenarios, estos están bien elaborados y sobre todo muy bien diseñados. Sí da la sensación de estar en un mundo concreto, perdidos y acosados por seres hostiles coordinados pertenecientes a una cultura desconocida y diferenciada, reconocible. Ahí el juego brilla por su identidad propia y su buen trabajo de creación.
La parte sonora tampoco ayuda a esa inmersión y las melodías acompañan pero no permanecen. Sí es encomiable el trabajo actoral en las voces, localizadas al español en su versión latina, donde se ha puesto un cariño y cuidado remarcable.
Impresiones finales…
Estamos ante un juego de rol de acción muy entretenido y accesible que sin duda gustará a los que busquen algo distinto y divertido… pero que puede horrorizar a los incondicionales de la saga Souls. Tiene sus puntos fuertes en la originalidad de su desarrollo de personaje y en el avance de la aventura, con momentos épicos… pero adolece de una falta considerable de trabajo en el detalle. No es necesaria para que Chronos sea un buen juego, pero molesta saber que hubiera podido convertirse en un título de referencia. Con más tiempo, quizá… pero sobre todo con más ambición. Como juego indie es un auténtico cañonazo, pero tiene dificultad para competir con los grandes del género.
Lo Mejor
- Un mundo de fantasía original y sólido
- Momentos únicos y grandes combates
- La evolución del personaje
Lo Peor
- Lo vacío que aparenta estar este mundo
- Con más presupuesto estaría entre los grandes
- Poca profundidad en el combate y escasez de armas