Crítica: «Sensor», horror cósmico a lo Junji Ito
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Poco terror pero mucho misterio en esta obra atípica del ya atípico magaka.
La obra de Junji Ito es tan prolífica y variada como sobresaliente. Cada vez que alguna editorial lanza una nueva obra del autor nos ponemos en estado de alerta y nos lanzamos a por la obra sabedores de que no nos dejará indiferentes. De él os hablaremos en una próxima entrada, aprovechando la publicación por parte de ECC Ediciones del fantástico Estudio desde el abismo del terror, donde se nos «desnuda» a este fantástico autor. Pero eso será en otra ocasión, porque la misma editorial acaba de lanzar uno de sus últimos trabajos: Sensor.
Originalmente publicado de manera serializada como Muma no Kikô, en este manga de tomo único se nos cuenta como la joven Kyôko Byakuya encuentra un extraño pueblo a los pies del monte Sengoku. Sus habitantes parecen poseídos por un misterioso halo sobrenatural que parte, por lo visto, de unos filamentos dorados que emergen del volcán cercano. Estos filamentos se pegan a la persona y le confieren facultades extrasensoriales. De pronto, el volcán estalla en erupción y el drama está servido.
Pero Kyoko sobrevive milagrosamente y ahora sus cabellos son dorados. Se ha transformado en una persona de extrañas costumbres y despierta la curiosidad de un mediocre periodista, que investigará cual es el secreto que se esconde tras la joven, su trasformación y esos singulares hilillos dorados.
Podéis comprobar que el argumento inicial es de nuevo un tanto singular, algo propio de Junji Ito. Todavía lo es más cuando descubrimos que, en el caso de esta obra, los personajes han evolucionado de manera distinta (y en ocasiones contraria) a lo que el autor tenía previsto. Según sus propias palabras, «es posible que en esta obra mis personajes hayan actuado por cuenta propia, siguiendo una dirección extraña». Quizá sea ese el motivo de lo errático del argumento, con personajes que van y vienen, aparecen y desaparecen, de manera irregular y errática.
Tampoco es un manga de terror al que tan acostumbrados estamos con Junji Ito, pues más bien explora terrenos sobrenaturales con tintes cósmicos. Inquietante, si, pero muy alejado del horror visceral característico que tan bien trabaja… acercándose con Sensor a algo más metafísico y etéreo.
A ratos y en escenas concretas sí encontramos el deje terrorífico marca Junji Ito, pero se trata de momentos contados. Esto puede decepcionar al lector predispuesto que llega con unas expectativas preconcebidas, pero no quiere decir que estemos ante una obra menor del autor. Al contrario. Su arte y narrativa gráfica sigue siendo excelente y el cuidado por los detalles es el acostumbrado, construyendo como siempre un inquietante y misterioso relato que se apoya en gran medida en el apartado visual. El clima de desasosiego y tristeza, sentir como el destino se abalanza sobre los personajes, entrever que algo más grande de lo que se nos ha mostrado está a punto de pasar… La atmósfera, la ambientación, siguen siendo factores clave que Junji Ito maneja con maestría.
Sensor es un manga de misterio (y terror, quizá) de tomo único que resulta inquietante en su lectura y al que se le echa en falta un peso mayor de su protagonista, Kyoko. Es misteriosa y enigmática, pero con muy poca presencia y peso suficiente para quedar en nuestra memoria como lo hizo, por ejemplo, Tomie.
Será porque Sensor no es una historia basada en personajes, sino en situaciones y en misterios. Terrores cósmicos, sectas autodestructivas, pueblos malditos y conceptos ocultistas mezclados en este manga para crear una historia atípica e incómoda. Junji Ito no defrauda ni siquiera con estas rarezas dentro de su ya de por sí rara bibliografía.
- Sensor. ECC Ediciones
- edición original. Muma no Kiko. Shimbun Publications.
- rústica con solapas. 240 pp. B/N. 9,95 €